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La dosis rosa semanal...

Aún no repuesto de tanta excitación por lo del lunes noche, el martes hubo otro acto social que, al menos, cambió un poco la monotonía de un intenso día laboral.

Sigo pensando que, trás pasar tantas horas encerrado en una aburrida oficina, cuando llega la noche hay que hacer algo que salga de lo normal - al menos de vez en cuando -. Y eso fué justo lo que pasó anoche.

Agradecí mucho que nuestro amigo M (muchas gracias de nuevo, Manolo) nos regalara entradas para la nueva obra de teatro protagonizada por Loles León. Pero lo que me sorprendió aún más es que las invitaciones eran para el día del estreno. ¡Mare mía, la que se formó allí!

Pasamos una noche estupenda, de risas y cotilleos con tanto famoso, famosillo y famosete que vimos por allí. Los había de todo tipo y pelaje, pero sobre todo mucha gente de cine y televisión, y hasta famosos de esos cuya sola presencia hace que las cámaras (de fotos y televisión) los persigan como avispas, como es el caso de Eugenia Martinez de Irujo, la mini duquesita de Alba, (pobrecilla, qué cruz tiene con esos moscones de los ¡¿medios?!)

Había mucha, mucha gente famosa, y para todos los gustos...
Así de los que recuerde y/o más me gustaron estaban Pastora Vega, Rosario, Lolita, su hija con toda la trupe del internado ese, Luis Merlo, otra mucha gente de las series de la tele (de Yo soy Bea, Cámera Café, Aida, etc) cuyos nombres no recuerdo, Alejandra Greppi, Silvia Marsó, toda la trupe de Pepón Nieto, Mariola Fuentes, los cineastas estos Dunia y Ayuso y tal, y todos sus amigos osos amorosos - y apetitosos -, Martirio (me hizo mucha gracia ver por fín sus preciosos ojos verdes sin gafas de sol), Maribel Verdú (la más atractiva, y la que más ilusión me hizo ver en persona), Elena Benaroch con sus amigos de postín, Bibiana Fernández (la más guapa y elegante de todas), etc, etc, etc...

En fín, que ya se sabe que la enorme Loles León tiene un gran poder de convocatoria.

Por cierto, la obra de teatro es horrorosa. Por los Pelos, se llama.
Nos reimos en algunos momentos, pero mala lo es un rato.

Zero degrees

Esta noche vamos a bailar.

Pero no en el sentido literal del término, sino que iremos a contemplar baile del bueno.

Vamos a ver bailar a estos estupendos señores

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Me comentan que el espectáculo de danza contemporánea en el que han colaborado la británica Akram Khan Company y la compañía belga Les Ballets C. de la B., y que está representando estos días en el Teatro de la Zarzuela es alucinante. Así que me muero de ganas de verlo...



Y una vez visto puedo confirmar abiertamente, y confirmo, que es uno de los espectáculos más alucinantes que he visto en mucho tiempo. ¡Realmente increíble!

Una mezcla perfecta de conciencia política comprometida, poesía, fuerza, belleza y emoción, condensada en los espectaculares cuerpos (y movimientos) de estos dos soberbios bailarines y la exótica música de su banda. ¡Todo un auténtico regalo para los sentidos!

El espectáculo que nos han brindado el británico y el belga es sencillamente de los que no se olvidan. Zero degrees, se llama. Y en palabras de su autor, "el punto de arranque de este proyecto es la noción de que la quietud es inalcanzable. Cuando estás vivo, respiras. Cuando estás muerto, tu cuerpo continúa descomponiéndose. Así que, ¿cuál es el lugar de transición?, ¿cuándo mueres? Nadie lo sabe. Sobre esto trata zero degrees, sobre el punto de transición, el grado cero."
Va sobre todo eso y mucho más.

Muchísimas gracias, unflashybasta. Un regalo muy especial. ¡Me ha encantado!

Un hombre que se ahoga

Curiosamente ese título no va referido a mí, aunque por una vez casi hubiera dado lo mismo, tales son mis sentimientos actuales...

De hecho es el título de la obra de teatro que acabo de ver en el Teatro María Guerrero.

Ya que no sólo de trabajo, cena en casa y tele vive el hombre, creo que está bien hacer este tipo de cosas de vez en cuando, porque culturizarse un poco nunca viene mal. Y el hecho es que me he alegrado mucho de haber visto esta obra.

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Basada en el texto clásico de la obra "Tres hermanas" de Anton Chéjov, es una moderna e inteligente reflexión sobre el comportamiento del ser humano, que muestra, con un tono bastante sombrío, a un conjunto de personas marcadas por la soledad y enfrentadas a la difícil tarea de vivir un mundo que cada día se parece menos al que consideran suyo.

Las interpretaciones son de verdad muy buenas, y tanto el texto como el montaje son dinámicos y entretenidos.

Lo que más me ha gustado es que en el Centro Dramático Nacional de España se representa una obra totalmente dirigida, montada e interpretada por argentinos. ¡Me parece estupendo! Todos son argentinos en esta obra, y todos están excelentes.

Además los actores son todos como muy argentinos. Es decir, retratan y saben transmitir muy bien, con total naturalidad, un cierto sentir argentino que yo pienso es muy actual, con ese deje de lúcido desencanto y un pelín de tristeza, que pienso representa últimamente a parte de la sociedad argentina actual.
(Creo que a Telecine le hubiera encantado).

La obra es mucho de guerra de sexos y de conflicto masculino/femenino, y, como en casi todo, aquí son también las mujeres las que toman decisiones y los hombres únicamente esperan. Pero todos se mantienen en su dulce y cotidiana insatisfacción.


Una vez acabada la representación - y un poco para romper esa cotidiana (in)satisfacción -, nos hemos ido al bar ese de las setas tan ricas que está por Chuecatown (frente al Black&White) a disfrutar de un buen vino y un combinado de boletus y setas en esa estupenda barra grasienta y malolienta, para acabar de forma gloriosa con tanto ahogue emocional. Con lo cual supongo que tampoco será para tanto.

Nuevas revistas

Hace unos días descubrí en el kiosko dos nuevas publicaciones, y eso es una muy buena noticia.

Me parece muy positivo que salgan nuevas revistas al mercado, que ofrezcan nuevos proyectos y ayuden a que haya cada vez más pluralidad y variedad de ideas.
Y además si son tan buenas como estas dos, pués mejor que mejor.

Por un lado la versión española y en castellano de la estupenda Cahiers du Cinéma, la mítica revista francesa de y sobre cine, hecha por y para los amantes del cine.

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Es un placer poder disfrutar ahora de sus estupendos artículos sobre todo lo relacionado con el séptimo arte, y encima en nuestra lengua.



Y por otro lado, una revista sueca llamada Acne Paper, que aunque no es precisamente nueva -ya va por el número 4-, yo acabo de conocerla ahora, por lo que ha sido un auténtico descubrimiento para mí.

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Con un gusto exquisito y una cuidada maquetación (me encantan sus páginas de colores), es otra revista más sobre moda, arte, arquitectura, estilo de vida, etc, etc, y además con jugosas entrevistas. Pero sus fotografías y su edición de arte son realmente estupendas.
A mí me ha encantado.


Habrá que seguirles la pista, pués.

Steven Klein mira la vida pasar

El domingo debe ser un día de relax, que debe servir para olvidarse de todo lo demás.

Con el buen tiempo, una de las cosas que más me pueden gustar es sentarme tranquilamente en la terraza y hojear revistas o libros de fotografía. Es mi mejor forma de pasar el tiempo y ver la vida pasar.

Por ejemplo os recomiendo alguno como este Studio de Steven Klein.

A mí al menos me gusta mucho.

Edgy y perverso, a la vez que sensual y tierno.

Il barone rampante

Acabo de realizar una inmersión en una aventura alucinante. La de El barón rampante.

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Curiosamente nunca antes había leído la obra maestra de Italo Calvino, pero por diversas circunstancias creo que ahora ha llegado el momento apropiado, y sé que me va a encantar.

Por lo que llevo leído (unas 7 páginas) veo que se tratará de un libro lleno de humor, fantasía, ironía y mucho entretenimiento, algo que me apetece mucho.
Y es que su verdadero tema narrativo no puede ser más atractivo: "Una persona se fija voluntariamente una difícil regla y la sigue hasta sus últimas consecuencias, ya que sin ella no sería él mismo ni para sí ni para los otros".

Obviamente os remito al estupendo blog de mi amigo Cosimo, cuyo nombre no podía venir sino del personaje principal de esta historia, y cuyos motivos explica en su última entrada - de 16/01/07 - (que desde hoy es su penúltima). Nadie podía haber expresado mejor los sentimientos que produce este libro.

Yo espero poder ir expresando los míos conforme vaya avanzando en su lectura.

I (Love) El Gran Gatsby

Acabo de terminar de leer Contacto, de Dennis Cooper. Y sí, está bastante bien. Pero no, no me ha entusiasmado demasiado.
Esta bien escrita, y tiene un ritmo trepidante y visceral, pero creo que le falta profundidad y un pelín de inteligencia para llegar a ser una estupenda novela.
Se deja leer fácilmente, y es bastante perturbadora y hasta sexy, pero sus historias sobre autodestrucción, deseo brutal y muerte no era precisamente lo más apropiado para que yo leyera estos días.
Precisamente el cuerpo no me estaba pidiendo eso.

Aún así me la he leído en un pis-pás, pero también debo reconocer que conforme iba llegando al final más ganas tenía de que acabara.


Ahora en cambio me apetece leer algo más clásico. Y precisamente me apete retornar a un libro que nunca he leído y que siempre he tenido muchas ganas de descubrir. Se trata de El Gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald.

Voy a leer concretamente esta edición:

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Es la nueva edición de este clásico (moderno) de la literatura norteamericana, con esa preciosa foto en blanco y negro del Vogue de los años 30. Personalmente no creo que esa foto en concreto tenga mucho que ver con la historia y los personajes de la novela. Pero bueno, la foto es tan bonita que se le perdona todo.


Tengo una anécdota graciosa con este libro. Y es que ya lo empecé a leer una vez.
Resulta que en aquella época en que vivía en Bruselas y solía salir los sábados por la noche solo (bueno, eso lo he hecho siempre, y aún hoy todavía me gusta hacerlo), durante una época me gustaba llevarme conmigo un libro para hacer más amenas las esperas en el metro o en las paradas de autobús. Justo una noche me llevé The Great Gatsby (aquella era otra edición anterior con una portada distinta muy colorista), empecé a leerme las primeras páginas, y a lo largo de la noche, supongo que entre el efluvio de las bebidas y el mismo calor de la noche (o vete tú a saber qué), se me debió caer del bolsillo del abrigo en alguna disco, o en algún cuarto oscuro, o algún bar, o qué se yo.
Siempre pensé que el/la persona de la limpieza que se encontrara el libro al día siguiente en el suelo, o en cualquier rincón lleno de mugre, junto con los restos varios de la noche anterior, debió flipar, claro.

En fín, pués eso, que no lo volví a leer nunca más hasta hoy, que me apetece retomarlo y leerlo hasta el fin. Eso espero.

Solamente el prefacio de la primera página ya es de por sí maravilloso:
"Then wear the gold hat, if that will move her;
If you can bounce high, bounce for her too,
Till she cry "Lover, gold-hatted, high-bouncing lover,
I must have you!"
THOMAS PARKE D’INVILLIERS



PD: Por cierto, están poniendo ahora mismo una peli estupenda en la2. La francesa "Va savoir", de Jacques Rivette. Una delicia.
¡Hay que verla!

Contacto

Una vez acabado el libro sobre la guerra civil, me meto de lleno en otra nueva novela y otra historia completamente distinta.
Curiosamente es otro libro que me regaló otro amigo -Cosimo- por mi pasado cumpleños. Lo cierto es que es un gustazo que te regalen libros (no se me ocurre un regalo mejor), y sobre todo si vienen amigos que me conoce tan bien, como él.

"Los girasoles ciegos" me han encantado, pero me han dejado un poso tan triste y melancólico que necesitaba algo radicalmente distinto. Y para cambio, cambio, no podía pensar en nada mejor que en "Contacto", una novela cañera, brutal y osada como pocas. Y es que no sólo de historias políticas y tristes vive el hombre. La salsa de la vida está precisamente en eso, en la variedad.

Así pués, en los próximos días me veré envuelto en estas historias que tan bien se describen en la contraportada del libro:
"Un punk de dieciocho años que pinta rostros deformados y se pregunta qué es el amor; un adolescente paranoico que se cree una estrella de rock y sufre manía persecutoria; un estudiante de cine, fascinado por las películas de terror de serie B, que quiere rodar un porno duro como trabajo de fin de curso; un cuarentón francés que practica la coprofagia y sueña con descuartizar a muchachos adolescentes, cosa que lleva a cabo su mejor amigo, con ayuda de una taladradora... Y en el centro -cuerpo deseado, poseído, agredido, mutilado-, el pasivo George Miles, que vive rodeado de sus fetiches de Disneylandia y se pasa el día entero colocado con ácido, dejándose arrastrar por la marea de los deseos y pasiones de quienes lo rodean.
Con una prosa incisiva, un ritmo trepidante, un tono brutal y algunas pinceladas de un humor salvaje, Dennis Cooper agita un cóctel auténticamente explosivo, mezclado con la ayuda de los más variopintos ingredientes: el cine de terror de la serie B, la pornografía en sus diversas variantes y subgéneros, las comedias de adolescentes, el rock y la estética punk. El resultado es una novela brillante y provocadora, que plasma sin velos ni tapujos un mundo en el que el sexo y la violencia se expresan de manera visceral y cotidiana."

¡Indescriptible!

Ya iré contando qué cosas voy descubriendo, y qué sensaciones me va produciendo este libro.


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Solamente su prefacio ya es memorable:

"Si esperas malas noticias, tienes que estar preparado para recibirlas con mucha antelación, de manera que cuando llegue el telegrama puedas pronunciar las sílabas antes de abrirlo."
Robert PINGET


¡Intrigante, es sólo una de las palabras que se me ocurren!

Los girasoles ciegos

"Superar exige asumir, no pasar página o echar en el olvido.
En el caso de una tragedia requiere, inexcusablemente, la labor del duelo, que es del todo independiente de que haya o no reconciliación y perdón.
En España no se ha cumplido con el duelo, que es, entre otras cosas, el reconocimiento público de que algo es trágico y, sobre todo, de que es irreparable. Por el contrario, se festeja una vez y otra, en la relativa normalidad adquirida, la confusión entre el que algo sea ya materia de historia y el que no lo sea aún, y en cierto modo para siempre, de vida y ausencia de vida.
El duelo no es ni siquiera cuestión de recuerdo: no corresponde al momento en que uno recuerda a un muerto, un recuerdo que puede ser doloroso o consolador, sino a aquel en que se patentiza su ausencia definitiva. Es hacer nuestra la existencia de un vacío."

CARLOS PIERA, "Introducción" a Tomás Segovia: En los ojos del día: antología poética



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Una vez acabado el estupendo recopilatorio de relatos de Murakami sobre las "Historias de Cumpleaños", acabo de empezar otro libro que precisamente también fue un regalo que recibí en mi pasado cumpleaños.
Se titula "Los girasoles ciegos". Su autor es Alberto Méndez, y relata una serie de historias de la posguerra española recién acabada la Guerra Civil.

Se compone de varios relatos basados en hechos reales sucedidos en esa parte negra de nuestra historia que aún hoy nos cuesta mucho aceptar, sobre todo por la vergüenza ajena que produce.

Nos cuentan las historias individuales de diferentes personas que participaron en la contienda y/o sufrieron sus consecuencias, con independencia del bando en el que participaran. Pero son historias en las que, por encima de las vicisitudes individuales que nos cuenten, se va perfilando la verdadera protagonista de esta narración: la derrota.

Porque es evidente que en cualquier guerra (en todas las guerras) nadie vence. Nunca hay vencedores ni vencidos, porque todos pierden. Siempre.

La bestia en la jungla

"... llevando concentrado en sí mismo el peso de su perpetua inquietud."

Henry James (La bestia en la jungla) 

Birthday Stories

Acabo de terminar de leer uno de los regalos que me hizo uno de mis amigos por mi último cumpleaños.
JB me regaló un libro de relatos de uno de sus escritores favoritos de todos los tiempos, Marcel Proust, (no por nada su blog se llama alarecherche), y lo cierto es que me ha encantado.
Se llama "El indiferente y otros relatos", y está constituido por diversas historias llenas de sutileza, clase y fina ironía, básicamente centradas en un único tema principal: el amor (¿hay algún tema más importante?). O más bien sobre el sufrimiento que conlleva el amor (uno de mis temas favoritos). Aunque evidentemente en su trasfondo se tratan otros muy diversos temas.

Lo cierto es que me ha mantenido muy alegremente entretenido estos días pasados.

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Proust, con su caraterístico estilo barroco y lleno de florituras - pero a la vez sencillo, claro y directo como la vida misma - conoce como nadie los recobecos de la aristocracia francesa de su época, y evidentemente sus historias de amor imposible (bien sea por ser un amor no correspondido, o por salirse de las normas establecidas por la sociedad - ya sea por diferencias sociales, de género, de tendencia sexual, o meramente económicas o de clases -, o bien por malentendidos o simplemente por no saber "aprovechar el momento") son extrapolables a cualquier circunstancia, momento, sociedad o lugar.
Y, aunque escritas en el siglo XIX, se leen como si las hubiera escrito un chaval de ahora mismo.
He disfrutado de lo lindo.


Pero como la vida cambia que es una barbaridad, y rápidamente hay que saber adaptarse de una cosa a otra, hoy mismo ya me he sumergido en mi próximo libro, que curiosamente también es una historia de relatos (qué casualidad), y curiosamente también me lo regaló otro de mis amigos por mi pasado cumpleaños (qué casualidad).
C.K. Dexter Haven, acas Novio de Tracy Lord, me regaló otro libro estupendo: una serie de relatos cortos sobre historias de cumpleaños (¡vaya regalo más bien elegido!), escritos por muy distintos escritores recientes de diversa procedencia pero editados, seleccionados y con la introducción de el que, sin lugar a dudas, es uno de mis escritores actuales favoritos, el japonés Haruki Murakami.

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Sólo acabo de leer su introducción y sus motivos por los que se decidió a recolectar y publicar estas historias. Y sus cinco primeras páginas ya me han hipnotizado y seducido para seguir leyéndolas encantado. Una pura maravilla, oiga.


Siempre me han gustado los relatos breves. Así que ahora me estoy dando un auténtico banquete.

Heaven to Hell (tributo a las fotos)

Hoy no me apetece escribir.

Estoy tremendamente cansado, y arrastro un estrés causado por una agotadora semana de trabajo que no me deja tiempo para nada. Y mucho menos para escribir aquí.

Así pues me limitaré a enumerar mis adquisiciones culturales de hoy. O frivolonas, depende de cómo se mire, claro.

- Por un lado el nuevo número del Vogue británico (el de Diciembre), que es un especial que celebra su noventa (90) cumpleaños, ¡ahí es nada!
Hacen un recorrido por los mejores momentos de sus noventa años de vida, y realmente me ha encantado rememorar cantidad de imágenes que ya forman parte de mi vida.
Sin lugar a dudas, esa revista ha sido uno de mis referentes fundamentales en fotografía de moda, una de las cosas que más me gustan en este mundo (raro, que es uno).

Merece la pena, y lo recomiendo a todos los que disfrutamos tanto con esto del voguerío, y por supuesto a los amantes de lo british, entre los cuales me incluyo (obviously!)

Además la portada es alucinante. En una especie de tríptico plegable recrean sus noventa portadas favoritas...

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- Y por otro lado el nuevo libro de David Lachapelle, "Heaven to Hell", que ya está en los kioscos. Bueno, más bien en las tiendas tipo vips, fnacs, y esas cosas.

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Este fotógrafo (que curiosamente también hace alguna fotografía de moda, jejeje) es un personaje realmente peculiar, y tiene una imaginería única. Sus fotos recrean un mundo surreal y único, lleno de color y excesos. Y es un fiel representante (o resultado) del caos en que vive el mundo actual, en el que estamos inmersos, vamos.

Este es su tercer libro, y cierra una especie de trilogía. Si exceptuamos uno especial, de edición limitada y numerotada, que sacó el año pasado, titulado "Artistas y prostitutas", y que por los 1.500 euros que costaba se lo iba a comprar su puta madre, y nunca mejor dicho.

A mí me encanta su trabajo, y no me canso de mirarlo. Y si no, observad bien algunas de las imágenes de este libro.

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Creo que poca gente sabe mezclar las cotradicciones del mundo actual con tal punto de ironía y humor. Y todo muy pop, claro.

Espectacular.

Cultura X 2

La noche del sábado tuvimos dos actividades culturales de muy diverso signo.

Por un lado estuvimos en el Teatro Real viendo la película rusa de 1938 "Alexander Nevsky", de Sergei Eisenstein, con orquesta y coro en directo, y hasta con una mezzosoprano rusa incluida.
Fue realmente alucinante ver esa peli en blanco y negro con una estética expresionista completamente belicista, y hasta militarista, en pantallón gigante y en ese decorado tan de cartón-piedra del Teatro Real de Madrid.
Tanto a Mr E como a mí nos gustó mucho, y salimos realmente encantados con esa estética comunista rusa que tanto nos gusta, con esos planos eternos de la extensa estepa y las aldeas rusas, mezcladas con la estupenda música de Sergei Prokofiev.


De allí salimos con hambre, y no se nos ocurrió nada mejor que ir a comer un bocadillo de jamón con tomate y una caña a un Mesón del Jamón cercano (¡y no me digáis que eso no es cultura!).
Es lo bueno que tiene ser abierto de mente y espíritu, y las posibilidades tan eclécticas que te ofrece el centro de Madrid, que te permite pasar como quién no quiere la cosa del ambiente "fino" (así, entre comillas) del Teatro Real, y del enfrentamiento belicista ruso alemán del siglo XIII, con rígidos tonos negros y blancos (la sangre no llegó a verse en pantalla), a verte rodeado de pronto por montañas de jamones y paredes de espejos y colorines chillones y señoras con estolas de pieles falsas. La noche de Madrid, es lo que tiene...


Pero por otro lado, nuestro segundo acontecimiento de la noche era la celebración del cumpleños de Gerard, que nos invitaba a la fiesta que había organizado en su casa.
Este no era un acto cultural propiamente dicho, pero si el hecho de socializar, hablar con tus amigos, estar en una casa bonita y agradable, comer y beber bien y oir buena música, no es cultura, que venga Dios y lo vea.

Nosotros llegamos como de los últimos, pero así pudimos apreciar que la fiesta ya estaba casi en su apogeo. Y trás las salutaciones varias y besuqueos a todos, rápidamente nos echamos a la bebida y a la charla. Fue un gustazo ver a gente que no solemos ver muy a menudo, y conocer a otros amigos de Gerard que normalmente no frecuentamos.
Faltaron algunos amigos fundamentales en ese entorno y lugar que estaban de vacaciones (¡no se puede tener todo!); pero, aunque con menos gente que otras veces, la fiesta resultó todo un éxito.
Gerard estuvo tan simpático y tan buen anfitrión como siempre, y Xabi y UNO se estuvieron repartiendo la tarea de disjockey, y tanto uno como otro nos iban intercalando - y regalando - buena música, que disfrutamos, y hasta bailamos, con fervor.
Pasamos realmente una noche estupenda.

Nosotros nos retiramos a tiempo, y es que la noche aún era larga. Me contaron que otro grupo siguió por ahí quemando la noche madrileña. Y hasta que hubo encuentro bloguero en pleno Heaven... ¡Ah no, que era el Angel! (¡bueno, perdón, los ángeles están en el cielo, ¿no?!).
Y hasta ahí puedo leer...

El viento de la Luna

Acabo de terminar la novela en la que he estado inmerso las pasadas semanas, "El Viento de la Luna" (me encantan el título y la portada).
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No he leído mucho de Antonio Muñoz Molina, porque no es un autor que me apasione especialmente. Aunque me cae muy bien.
Evidentemente es un señor inteligente y culto, y lo cierto es que escribe bastante bien, pero siempre me ha parecido un pelín soso y aburrido. Su "santa" (Elvira Lindo) me parece mucho más ingeniosa y divertida que él, dónde va a parar.
 
Esta novela no está mal. Es una historia de iniciación que me ha resultado ingeniosa y por momentos divertida.
Usa magistralmente el símil de la primera llegada del hombre a la luna, allá por 1969, con el fin de la inocencia y el inicio de la edad adulta de un chico de un pueblo andaluz a finales de los años 60.
La fascinación del chaval con esos acontecimientos que cambiarían el rumbo del mundo, contrastan con sus pequeños aconteceres diarios y su agobiante mundo rural.
Describe muy bien los pasajes en el pueblo jienense (estoy convencido que muchos trazos son autobiográficos), y sobre todo el cambio de una época y los avances que se estaban produciendo en este país en aquella época.
Es cierto que en este libro el autor transmite como nadie la fragilidad de los instantes capaces de cambiar una vida. Y por supuesto ha habido momentos que incluso me han recordado a mi propia historia y a ciertas partes de mis vivencias.

Me compré este libro un poco por casualidad en un aeropuerto en uno de los últimos viajes que hice, porque se me había olvidado otro libro para leer, y lo cierto es que ha sido todo un descubrimiento.

Al final me ha dejado un ligero poso de nostalgia, pero ahora corren otros vientos (no sólo en la luna).
Y ya es hora de pasar a otra cosa, mariposa...

Bélgica, la novela de un país

Acabo de leer este libro. Y me ha apasionado.

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"La Belgique, Le roman d’un pais" es una mezcla de ensayo histórico/político y novela sobre el diminuto país.

Hace ya tiempo un conocido mío, Sélian, me regaló este libro, y tenía muchas ganas de leerlo. Sélian es un belga que vive en Madrid, y precisamente me lo regaló porque sabe lo mucho que yo quiero a esa tierra.

Ahora va a hacer casi seis años que ya estoy de vuelta en España, y el tiempo casi todo lo cura y hace olvidar las cosas. Pero aún hoy todavía recuerdo, y a veces aún echo de menos, los ocho años de mi vida que pasé en Bélgica.
Se dice pronto, pero ocho años son muchos años, que evidentemente ya quedarán dentro de mí para siempre.

En principio me fui con una beca por seis meses, pero todo aquello (o más bien cierta persona) me lió y me gustó de tal manera que me quedé algunos años más.
Evidentemente yo soy hoy quién soy, y estoy donde estoy, gracias también a las circunstancias y vivencias que tuve en ese país, y a todas las cosas que pasé, porque evidentemente allí pasé muchas cosas buenas, pero también muchas malas.

Me da rabia que en España es casi políticamente incorrecto decir que te gusta Bélgica, porque rápidamente sale el tópico de si es un país aburrido, que si llueve mucho, que si es pequeño, que si nunca pasa nada, etc, etc. Pero lamentablemente, como casi siempre, se habla mucho por desconocimiento. Aunque allí pasaba igual, en cuanto decía que era español (y de Cádiz), ya rápidamente me saltaban con el tópico de que si no echaba de menos el sol, la paella, que si en España nos gustaba mucho el flamenco y los toros, que si qué simpático es todo el mundo, que sí p’aquí, que si p’allá....
Nada más lejos de la realidad. Sigo pensando que no se puede generalizar, que cada uno es de una forma. Distinta, pero igualmente respetable. Y que se puede ser feliz en cualquier sitio, que lo importante es ser feliz consigo mismo y con tu entorno, ser abierto y saber adaptarse a cualquier circunstancia o lugar. Y sobre todo que se puede tener un hogar allá donde tú decidas que se encuentra tu hogar.
Y por supuesto siempre defenderé que vivir fuera de tu país durante un tiempo es lo más positivo que le puede pasar a un individuo.

Bueno, pues todo este rollo venía para decir que el hecho de haber leído este libro ahora me ha traído a la memoria infinidad de recuerdos, y casi todos muy gratos.
Además me ha servido para conocer cantidad de circunstancias de su historia que no conocía, y para aprender a entender un poco mejor su carácter y la forma de ser de sus gentes, evidentemente también con sus contradicciones y sus problemas.
Obviamente hay muchas cosas de ellos que me revuelven, como sus problemas lingüísticos y políticos, su testadurez, sus cuestiones nacionalistas, su complejo de inferioridad, etc, etc. Pero hoy sólo quiero recordar lo bueno.

Y es que, ya que lo conozco muy bien, hay muchas cosas que me gustan de ese país: como sus ciudades - Gent, Antwerpen, Brugges,... -, o su comida (esos mejillones o esas croquetas de crevettes grises), o sus cervezas (¡esa Duvel, por dios!), o sus bosques y jardines tan verdes, o sus antigüedades y mercadillos, o su arte (desde pintores, hasta músicos, pasando por diseñadores de ropa, o arquitectos y movimientos artísticos, o artistas en general, y hasta sus estupendas modelos - que también hay muchas, y muy buenas -).
¿Cómo no sentir admiración por una tierra que ha dado a gente como Bruegel, Van Eyck, Rubens, James Ensor o Magritte, por nombrar sólo unos pocos pintores; a cantantes como Jacques Brel, Vaya con Dios o Vive la Fête, por enumerar sólo a tres, o a djs como los 2manydjs; donde han nacido diseñadores de la talla de Dries Van Noten, Anne Demeulemeester, Martin Margiela o Raf Simons o arquitectos como Victor Horta; o donde se han desarrollado tan bien movimientos como el Art Decó o el Art Nouveau; y donde han crecido chicas como Hannelore Knuts, Anouck Lèpere o Elise Crombez?

Es increíble cómo de un país tan pequeño y tan joven (Bélgica se creó en 1830) haya podido salir tanto arte, y la gente sea tan abierta, natural, sencilla, generosa y preparada.

Evidentemente es como mi segunda patria, porque no sólo he vivido allí quizá algunos de los años más importantes (y definitorios) de mi vida, sino por la cantidad de amigos que allí tengo, y/o por lo menos alguna que otra gente que sé que me quiere, y a las que yo quiero mucho.

Gracias a este libro he aprendido a entenderlos un poco mejor, y a conocerlos aún más profundamente. Y vaya desde aquí esta entrada de hoy como mi pequeño homenaje. Se lo merecían.

De Madrid al cielo

Esta noche he tocado el cielo.

Nunca en mi vida había visto una vista tan alucinante como la que hemos disfrutado desde la terraza/azotea del Círculo de Bellas Artes.

Se celebraba una fiesta con motivo de la entrega de premios de relatos organizada por la revista de literatuta "eñe".

Xabi y yo fuimos invitados por El Becario, y siempre le estaremos agradecidos.

El edificio es ya de por sí alucinante, pero lo que se ve desde allí arriba no se puede describir con palabras. La vista de Madrid desde el cielo es sencillamente indescriptible.

Una pena que se me olvidó la cámara de fotos, porque las vistas eran de verdad únicas.

La Feria de las Vanidades

Me gusta el nuevo número del Vanity Fair norteamericano.

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El ejemplar de Septiembre es un especial sobre "El Estilo", y aunque la portada no es de las mejores que Kate Moss ha hecho, el reportaje de fotos que le dedican en el interior es realmente alucinante. Cual heroína de cine clásico, las imágenes en blanco y negro que le han hecho los fotógrafos Mert y Marcus, emulan a la época dorada de Marlene Dietrich: rubia platino, enigma y mucho, mucho, glamour.


Pero aparte de ese editorial de "la rubia de oro", lo que más me ha gustado ha sido el reportaje sobre Sofia Coppola, en una entrevista muy entretenida y honesta donde habla sobre las luces y sombras de su vida, que de todo ha tenido la chica (las fotos de Craig McDean son también muy buenas).


Impagable es también su polémica lista de las personas mejores vestidas del año. Polémico digo porque hay cosas realmente inconcebibles. Porque, por ejemplo, que entre las mejores vestidas de las señoras elijan a Charlotte Casiraghi o a Sofia Coppola o a Selma Blair o a Kate Moss o a Stella Tennant, o incluso a Eugenia Silva con su novio (por cierto, es concuñada de Andrea Casiraghi) lo entiendo; pero que entre las mejores vestidas del año esté por ejemplo Condoleezza (esa) Rice (??!!) no lo entiende nadie. Realmente inconcebible. ¡Pero si es un cacho de hielo soso, o una tabla de color marrón!
Tampoco entiendo que Gwen Stefani o Renée Zellweger estén entre las mejores vestidas del 2006; dos de las celebrities norteamericanas que menos me gustan y que me parecen más horteras.
Pero bueno, supongo que es lo que se puede esperar de una publicación norteamericana. Porque por algo se dice que los norteamericanos son un poco horteras, ¿no?

Eso sí, me ha encantado que en la lista figuren Anna Piaggi e Isabella Blow. ¡Eso sí que son dos señoras originales y auténticas!

Y en el lado señores sucede algo parecido, porque entiendo que entre los mejores vestidos estén Hedi Slimane o Mario Testino o incluso George Clooney o hasta Charlie Watts (el abuelete ese batería de los Rolling Stones). ¡¿Pero que aparezcan David Beckham y Lapo Elkann (el heredero de la Fiat) entre los mejores vestidos?!
¡Pero si el primero parece un fantoche de sí mismo, hombre! Artificial y falso hasta decir basta. Y el segundo, a sus veintiocho años, parece un abuelete estirado y demasiado pijo-peripuesto de los que se pasean por Mallorca!


Es muy bueno también el editorial que une a varios de los mejores diseñadores de esta temporada con algunas películas clásicas en las que se han inspirado (¡geniales los chicos de Taxi Driver = Junya Watanabe o las chicas de Qui êtes-vous Polly Maggoo? = Balenciaga!).


Me he reido mucho con el artículo del actor Rupert Everett sobre los desfiles de moda de hombre en Milán (¡vaya morro!).


Pero en un tono bastante menos "vanidoso", y un poco más serio (aunque dudo de que eso se pueda también tomar en serio, por las atrocidades que se comentan), tiene también un jugoso artículo sobre las correrías de los Bush (padre e hijo) y cómo juegan a vaqueros en su rancho, que no es otro que el planeta tierra entero. ¡Realmente vergonzoso!


Y otro sobre cómo los USA llevaron a Irak a una guerra civil. Cómo lo provocaron, vamos.


O aquél otro sobre las confesiones de una adicta a la cirugía plástica.


O aquél otro sobre lo mal que se lo montó la fuerza aérea de los EEUU (se supone que es la primera del mundo) cuando los ataques del 11/9. De cómo fallaron, vamos.


En fín, por estas y muchas otras razones, Vanity Fair vuelve a demostrar que es una de las mejores y más entretenidas (y formativas) revistas que se puede encontrar uno en el mercado. Un placer.

Cuentos de amor victorianos

El período victoriano, con su afán por lo verdadero y razonable, la preocupación por la decencia y la aceptación de la autoridad y la ortodoxia, produjo una desmesurada literatura y el máximo esplendor de la novela inglesa. Pero al mismo tiempo, gracias al abaratamiento de las técnicas de impresión y al acceso de la clase media a la lectura, la profusión de periódicos y revistas, que necesitaban incluir narraciones breves para llenar sus páginas, impulsó el género del cuento, que alcanzó entonces un florecimiento extraordinario.

El amor, en cuanto sentimiento de complejas implicaciones, habría de tener una conflictiva relevancia en una sociedad firmemente volcada al utiliratismo, como ya reflejaban las grandes novelas de pasión y tácticas de rentabilidad de Jane Austen. "Cuentos de amor victorianos" recoge una amplia, sorprendente y magnífica selección de historias de amor, que cubre todo el espectro de un sentimiento tan arraigado en el corazón como determinante para la confrontación de diferentes estamentos sociales. Desde ángulos y tratamientos muy diversos, veintidós autores - de Mary Shelley a D.H. Lawrence, pasando pro Dickens, Stevenson, Conrad o Kipling, además de algunos infelizmente inéditos en nuestra lengua - proporcionan un riquísimo panorama de los padecimientos y de los intrincados laberintos del deseo amoroso, esa experiencia insólita y común, todavía hoy de incalculables consecuencias...


Así reza la contraportada del libro que me regaló mi amiga MJ el otro día y que pienso llevarme para leer durante la primera parte de mis vacaciones, que (por fín) empiezan mañana.

No se me ocurre ningún tema más apropiado para leer al borde del mar: historias de amor (¡que viva (un poco más) el amor!, ¡siempre!) de la época victoriana británica. Me seduce bastante.
Y además el hecho de que sean cuentos es un plus.
Nunca me ha gustado llevarme una novela a la playa. Pienso que cuando el calor aprieta, como en estos días, los cuentos o historias cortas es lo mejor que hay para leer y entretenerte entre bañito y bañito.....

Rufus, "el dandi rosa"

Bueno, así al menos lo llamaba el titular del suplemento cultural de El Pais el pasado Viernes.

Leí la entrevista ayer, trás volver a disfrutar con su música el mismo Viernes pasado.

Es la tercera vez que lo veo actuar en directo en casi un año y medio, y ya me considero fan incondicional.

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Sin lugar a dudas conocer la música (y el personaje) de Rufus Wainwright fue lo mejor que me pasó el año pasado. Bueno, junto con haberme encontrado con Mr E y haber conocido a los que se están convirtiendo en mis mejores amigos.

En esta entrevista de hace tres días que le han hecho en Berlín hace un comentario sobre la causa (y la cosa) gay que me ha hecho gracia, y comparto en cierta medida su opinión.

Siempre con su sutil sentido del humor, y su punto arrogante, hace una crítica sincera al colectivo, aún a sabiendas de que siempre ha mantenido una actitud muy abierta y natural, y bastante militante, con el hecho de ser gay.
Dice algo así como:
"La cultura homosexual es universal. En cambio, los gays de mi generación (treintaytantos) y de la siguiente son muy ignorantes con respecto al pasado cultural gay. Vale, es mi toque romántico del tema, pero hubo un tiempo en que para ser gay debías ser culto y educado si querías sobrevivir. Ahora todo es sexo, fiestas, ropa... Eso me gusta, no te equivoques. Sin embargo, hay una parte intelectual, un sustrato cultural que creo que todo gay debería conocer: Wilde, Visconti, Cocteau, los griegos... Me cabrean los medios gays. Todo es pop, moda, decoración..."

Estoy de acuerdo con su opinión. También pienso que hay cosas que se han perdido en el mundo gay, porque definitivamente hay vida mucho más allá del gimnasio, Madonna, los libros y películas de y para homosexuales, Kylie Minogue, Chueca, la ropa de marca y los clubs de moda...

Hay que ser un poquito más abiertos y tolerantes. A todo. Y sobre todo extender y promover la cultura a todos los ámbitos de la vida. Por y para todos, sin distinción de géneros ni etiquetas.

LULA

"Girl of my dreams"

La verdad es que todavía da gusto dejarse sorprender por nuevas publicaciones que aparezcan en los kioskos con propuestas interesantes.

Ayer descubrí una nueva joya en uno de los kioskos que tiene revistas de esas que traen de fuera. Se llama Lula, y es una pura maravilla.

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Cuando esos ojos se fijaron en mí no pude quitármelos de la cabeza...