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Munich, bien vale una...

... cerveza (o varias).

Continuando con mi loco mes de septiembre, y casi sin poder digerir aún el regreso de Roma, el martes tuve que hacer de nuevo la maleta para un viaje de dos días a Munich, y obviamente ese ha sido uno de los motivos fundamentales por los que he tenido un poco abandonado esto del blog últimamente.

En principio ha sido un viaje de negocios, pero el motivo fundamental era que un cliente me invitaba a la Oktoberfest (o fiesta de la cerveza); así que digamos que fue un viaje de trabajo y de placer al mismo tiempo, o ambas cosas a la vez, o ninguna al mismo tiempo.

Debo confesar que lo de la cerveza es una pasada. ¡Realmente muy fuerte!
Es una especie de Feria de Sevilla a lo grande, donde en un descampado instalan unas carpas gigantes de superlujo (y superbien equipadas), con infinidad de bancos/mesas enormes de madera, donde caben miles y miles de personas, que visten unos trajes típicos pelín horteras, donde hay una banda de música que toca canciones típicas del folclore alemán (¡!), y donde la gente se reune fundamentalmente para beber cerveza. Y donde al final de la noche todos acabamos bailando encima de las mesas con los brazos entrelazados...

Hay una jarra estandar que hace exactamente un litro, y antes de que nuestras jarras se acababan ya nos las estaban reemplazando por otra nueva. No me acuerdo muy bien de cuántas bebí en total, pero sí creo recordar que nunca he bebido tanta cerveza en mi vida.
Me lo pasé realmente bien.

Al principio no conocía personalmente a la gente que me invitaba (todos alemanes), y no sabía quién más estaría allí (al final nos habían invitado a tres personas: un español (yo), un inglés y un belga); pero trás pasar allí tantas horas juntos, y sudar y reirnos tanto, con tanta cerveza, pasamos una tarde realmente estupenda. Al final aquello parecía como esos chistes de "... esto era un francés, un inglés y un español..."

Acabamos en la discoteca de moda de Munich. No recuerdo cómo se llamaba ni nada de nada, pero sí recuerdo que era realmente espectacular, tipo palacio, con cúpulas, columnas y tal, y que hasta nos echamos algunos bailes (impensable compartir pista de baile con señores con los que normalmente hablas de negocio y cosas aburridas).

Debo confesar que fue toda una experiencia. Y una vez más uno de esos momentos en los que te dices a tí mismo que de verdad me alegro mucho de poder disfrutar de experiencias tan curiosas. Sí, debo confesar que tengo suerte.

No sé si algún día volveré a eso de la Oktobefest (dura dos semanas, cada año), pero al menos lo he probado, y puedo decir que es realmente asombroso.


Lo que era menos asombroso era mi estado al día siguiente cuando me tuve que ir para una reunión de negocios a las diez de la mañana. Pasé el día como pude, y lo sobreviví.
Lo cierto es que los alemanes con los que me reuní también habían estado en la fiesta, con lo cual compartíamos el mismo sentimiento.


Una vez acabadas las reuniones a mediodía aún tuve un poco de tiempo para hacer turismo por el centro de la ciudad antes de coger el avión de vuelta a casa.
Me gustó mucho lo que ví, y pude constatar lo que ya me habían dicho, que Munich es una ciudad con mucho nivel, mucho dinero y tal (no sin duda es una de las ciudades más ricas de Alemania (y eso es decir mucho)).
No tenía yo el cuerpo para mucha fanfarria, pero sí que estuve paseando y visitando la catedral, haciendo fotos de edificos, plazas y fuentes (me acabo de dar cuenta que cuando estoy visitando una ciudad esos son algunos de mis objetivos favoritos para fotografiar) y hasta visitar alguna que otra tienda.
Me encantó encontrarme con una tienda recién inaugurada de American Apparel (por cierto, como casi siempre la ropa de chica es mucho mejor que la de chico). Nunca antes había estado en ninguna, y me apetecía un montón (sé que en Europa hay en Londres, Paris y Hamburgo, pero nunca antes había tenido la oportunidad de visitar ninguna). Así que no pude evitar proveerme de calconcillos, y algún que otro material de algodón (pantalones de chándal y cosas así). En fín, ¡cosas que pasan...!

Y con todo esto, ya estoy en disposición de confirmar que mis vacaciones de verano han acabado, y que aunque pueda parecer que he viajado mucho, juro que he tenido las mismas vacaciones que todo el mundo.
Debo confesar que cuando esperaba el avión de vuelta a casa me dí cuenta que ya estaba cansado de dar tantas vueltas, y echaba pestes de tantos aeropuertos, y ya estaba echando de menos tener una temporadita de tranquilidad en casa para descansar, poder disfrutar de mi casa, mis amigos y de todo esto.
Así que a partir de ahora ya puedo por fín descansar y llevar una vida más ordenada (aunque debo confesar que me ha costado varios días reponerme y quitarme de encima el cansancio de las cervezas esas alemanas) ;-))

Así sea.

Roma eterna

Roma me ha dejado sin palabras. Literalmente.

Tanto que he tardado más de una semana en poder escribir algo...


Sabía que era una ciudad que me iba a gustar mucho, pero nunca imaginé hasta qué punto. Se ha covertido desde ya en una de mis favoritas (¡y mira que imaginaba que eso iba a suceder!)

Es muy difícil trasladar aquí todas las cosas que he sentido en mis cuatro días romanos. Ha sido un viaje muy intenso. Muy romántico. Y eso es difícilmente transcribible, pero también difícilmente olvidable.

Desde el dulce tiempo de final de verano que nos acompañó, hasta los paseos en "motorino" por sus enrevesadas calles y plazas, hasta la luz del sol reflejada en las descoloridas paredes de los edificios que se caen a pedazos (y que tanto me gustan), pasando por la comida, sus tiendas y sus gentes, o incluso los estupendos baños en el jacuzzi del hotel, todo cuadró perfectamente para hacer un largo fin de semana inolvidable.

¡Me ha gustado todo de Roma...!

Hay infinidad de imágenes que han quedado en mi retina y querría compartir algunas aquí.

Me gusta su luz (esta fue la primera imagen que tuve de la ciudad en cuanto salí de la estación de Termini):

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Me gustan sus ventanas:

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Me gusta esta foto, no sé, tiene como un toque muy british, muy colonial. Me gusta:

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Me gustan sus balcones:

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Y sus estatuas, claro:

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Mires por donde mires, por tierra o cielo:

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¿A alguien se le ocurre un lugar más romántico para casarse?:

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Las vistas aéreas son increíbles:

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Y cualquier rincón es encantador:

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¿Ya he dicho que me apasionan sus balcones y ventanas?:

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¿Y qué decir de su comida? ¡Me encanta la ruccola!, no lo puedo evitar:

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Hay puentes maravillosos:

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Y es que hasta el rojo Valentino es más rojo en Roma:

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"Roma, non basta una vita"

Ya sé que algunos no lo entenderéis, y muchos otros me criticaréis, pero aún me quedan algunos días de vacaciones.

Es obvio que no tengo vacaciones perennes (aunque pudiera parecerlo), y ni yo mismo sé muy bien cómo, pero este año me están cundiendo que no veas.
En fin, supongo que es maña y buena organización. ;-))

Pero lo mejor de todo es que estoy a punto de culminar uno de los momentos cumbres de mi verano (y uno de mis sueños desde hace tiempo)....
En unas horas salgo de vacaciones a Roma (sí, sí, como en aquella mítica película de Audrey Hepburn y Gregory Peck), y estaré allí hasta el próximo domingo por la noche.

Va a ser mi primera vez, pero desde ya (aún sin conocerla) ya sé que será una de mis ciudades favoritas del mundo. Estoy deseando conocerla, y también sé que esto sólo será el inicio de una buena amistad - continuando con los símiles cinéfilos -, porque estoy seguro que volveré más veces.
Obviamente no da tiempo a ver mucho en cuatro días, pero espero poder aprovecharlos, y que sirvan de aperitivo y primera toma de contacto para otras futuras visitas.

Lo que más rabia me da es que coincida con este fin de semana en el que pasan tantas cosas en Madrid. Por segundo año consecutivo me perderé de nuevo la tan manida "noche en blanco". El año pasado me pilló en un fin de semana en Barcelona, y éste me pillará en Roma (por cierto, allí celebraron su "noche en blanco" el pasado 8 de septiembre, por tanto tampoco me sirve), con lo cual nada de nada. En fín, ya me contaréis los que estéis por aquí.

También me entristece perderme otras cosas, como el concierto de Algora, el estreno como djs en Madrid de Los Novios Instantáneos DJs (¡ese Astredu, ese Mogkumo! ¡Hip, Hip, Hurra!), o la inauguración este viernes de la nueva exposición de pintura de mi amigo Fernando Martín Godoy, o incluso el estreno de la nueva película de mi adorado André Téchiné, "Los testigos".
Pero en fín, no se puede llevar todo p’alante. No puedo estar en misa y repicando, aunque muchas veces bien que me gustaría.


Lo de verdad importante de todo esto es que por fín descubriré Roma, y de la mano de un cicerone maravilloso, que está aún más nervioso por enseñármela que yo por conocerla.

Como bien dicen los romanos, y como ilustra el título de esta entrada, "una vida no es suficiente para Roma". Hacen falta muchas más...

C'est fini

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Se acabó eso de tanto deambular por las playas (por cierto, ¡maravillosas las calas menorquinas, oiga!) europeas. ¡Ya está bien, ¡hombre ya!!
Se acabó. C’est fini.

Empieza otra estación. Otra época. Momentos de cambios...

La rentrée puede esperar

Bueno, ya está bien de tanta rentrée y tanto rollo.

Al menos para mí, la vuelta al trabajo, la monotonía, el estrés (y las novedades culturales) pueden esperar...

Voy a dejar todo eso aparcado durante una semana porque me esperan las tranquilas playas y la belleza de Menorca. 

Sí, aún tengo vacaciones, y pienso disfrutarlas a tope.

Ya sé que puede parecer por aquí que siempre estoy de vacaciones, pero os juro que no es cierto. No tengo ni más ni menos que todos los demás, lo que sucede es que sé dosificarlas y esparcirlas bien en el tiempo, y parece que me cunden más. Lo cierto es que este verano he estado yendo y viniendo, pero os puedo asegurar que cuando he estado aquí, he sufrido (lamentablemente) lo que es trabajar a tope. Así que estoy convencido que sabréis entender perfectamente que me merezca unos días de descanso y relax en la isla de Menorca, ¿verdad?

¡Vuelvo a sentir mi verano mediterráneo a tope!

Nos vemos a mi vuelta, allá por el diez de septiembre...

Besos. 

Rodas (Grecia), agosto del 2007

Basten unas imágenes de algunos lugares, momentos, y rincones de la isla de Rodas para darse cuenta de lo maravilloso que es (y lo bien que sienta) pasar una semana por esas tierras...


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He vuelto a convencerme por segundo año consecutivo de que las islas griegas son un destino estupendo para unas vacaciones de verano.

La mezcla perfecta de playas paradisícas, ambiente veraniego y visitas de interés artístico, histórico y cultural de primer orden. Muy interesante. Muy recomendable.

Y es que hasta la lectura estando de vacaciones sabe de otra forma...


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Viaja, viaja, que la vida es corta...

Lo bueno que tienen las vacaciones de verano bien aprovechadas es que dan la sensación de que cunden mucho, y que (casi) siempre estás de viaje. Me gusta así. Y no sé qué pasa estos últimos años (o quizá sí lo sé) que aprovecho mucho mis días libres, y las vacaciones dan mucho de sí.

Además me encanta esa sensación de prácticamente estar deshaciendo una maleta para estar preparando otra.

Eso es precisamente lo que me está pasando ahora mismo.
Todavía no repuesto de mis estupendos cinco días en la costa vasca, ya estoy preparando otra vez el equipaje para mi nueva incursión mediterránea.
Es cierto que ese mar me fascina, y estoy seguro de que Rodas y las islas del Dodecaneso no me defraudarán. Fijo.

¡Qué ganas tengo!


Pero antes de eso, aún tengo tiempo de rememorar y regodearme en las maravillas que nos vienen del Norte.

Es verdad que Donostia, y su playa/Concha, es tan tan bonita que a veces da hasta un pelín de repelús, de tanta belleza tipo-cartón-piedra que por momentos es casi demasiado perfecta para ser verdad.

Una muestra por un lado:


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Y otra por otro lado:


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Y eso que esta vez tiré las fotos de refilón, tarde, y casi sin ganas, vamos.


Curiosamente un paseo por la playa del Gros ya nos avecinaba lo que nos esperará en Grecia:


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Y la playa de Zarautz es tan tan alucinante que hasta apuro me daba sacar fotos a tanta naturaleza y a tanto surfero de buen ver. Me conformo con medio dejar entrever las precauciones que hay que tomar en esa playa. Ya se sabe, la naturaleza es sabia. Las olas son importantes, los surfistas de impresión, y hasta los vigilantes de la playa están a la altura.


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Sólo espero poder seguir haciendo fotos veraniegas por tierras griegas, porque el disfrute está asegurado.

Nos vemos.

Besos a tutti.

La costa vasca es una maravilla, chico...

Así, hay que leerlo así, con el acento vasco, obviamente.

Que digo yo que trás una semana tan nefasta y difícil laboralmente hablando uno se merece un respiro, ¿no?

Y esta vez respirar, lo que voy a respirar es el sano aire del país de los vascos (bueno, sano es por decir algo, con tantos nacionalismos, extremismos y chorrismos de esos) (¡es broma!). Sí, y además voy al país de mi vasco.

Por una vez, haré un alto en mi verano interruptus mediterráneo, y cambiaré el mare nostrum por el mare de los del norte.

 

Pasaré unos cinco días en Zarautz, precioso pueblo, preciosa playa, preciosas olas. Brindaremos (y comeremos) por la gentileza de Super I, que nos presta la casa y todas las comodidades. ¡Muchas gracias!

Habrá alguna que otra visita a Donosti, Donosti. Seguro que visita obligada a la exposición de Julian Schnabel, y a los bares y tiendas modernuquis de la ciudad, que haberlos hailos (y muchos). Y quizá hasta visita a otros sitios de la zona, que cinco días dan para mucho, y el cercanías te lleva adonde quieras. Si no, que se lo pregunten a los de Barcelona...

No creo que pase por aquí hasta el próximo jueves. Aunque lo mismo hasta paso y todo. Nunca se sabe.

Feliz continuación de vacaciones, feliz puente y feliz todo. A todos.

Búscame en las playas...

... del mediterráneo.

Ya llegó el momento de mi merecido descanso. Por fín empiezan mis eternas e intermitentes vacaciones de verano, que, mirándolo bien, van a durar hasta casi finales de septiembre (¡ojalá!)

Bueno, parecerá que siempre estoy de vacaciones, pero no es cierto. Sencillamente les saco buen provecho. Y una vez más las iré dosificando para saborearlas mejor.
Ahora me voy por diez días, con lo cual estaré de vuelta para el uno (1) de Agosto. Sí, cuando todo el mundo se vaya de vacaciones yo ya estaré de vuelta (¡cuando tu vas, yo vengo de allí....!).

O como bien dice el grande de Cosimo en uno de sus comentarios recientes, ahora es cuando yo voy y vengo, voy y vengo, voy y...
(Por cierto, lo siento muchísimo que ni tiempo he tenido siquiera para responder vuestros amables comentarios. Prometo hacerlo a mi vuelta. Espero que podáis disculpadme)


Empieza el que será el más mediterráneo de mis veranos (lo cierto es que no se me ocurre un mejor sitio para pasar el verano que en ese mar), y mi primera parada será la más familial. Aquella en la que tendré sobredosis y disfrute de sobrinos, de crema solar, de juegos en la playa, de mi padre, de revistas satinadas, de eternas siestas al borde de la piscina, de lecturas variadas, de sesión de cine para niños, y de más eternas charlas con mis hermanos. Estoy deseando.
(Creo que, por haber, habrá hasta posiblemente un concierto de mi adorado Bryan Ferry en Málaga)


Lo dicho, imagino que no me pasaré por aquí hasta primeros de Agosto, así que espero que todo el mundo sea feliz e intente disfrutar de su verano a su manera, o de la mejor forma que pueda.

En estos casos siempre recurro a esta (mi) mítica frase de estas fechas, que tanto me gusta y me inspira tantas cosas:
"You can store enough summer in your mind to combat even the dreariest of days..."


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Ese país vecino... So far, so close!

Pués ya estoy de vuelta - vivito y coleando -. Visto y no visto.

Efectivamente este tipo de viajes son muy cortos (demasiado), pero es que, aparte de tener las dos reuniones que debía realizar, no hay mucho más que hacer en este país. Lamentablemente, porque bien que me hubiera gustado quedarme un poco más.
Aunque bien es cierto que ni de coña me hubiera atrevido a salir por ahí solo o ni siquiera a pasear por el centro de la capital (es demasiado peligroso).

Es la segunda vez que visito Argel en mi vida, y me ha producido exactamente la misma sensación que la primera vez: me fascina y horripila a partes iguales. Es una sensación muy rara, y difícil de explicar.

Mi principal conclusión es que aún me aterra pensar cómo dos sociedades pueden ser tan distintas estando tan cerca. A sólo una hora y cinco minutos de avión de Madrid, llegar a Argel es transportarte a otro mundo completamente distinto. Y casi dar una vuelta atrás en el tiempo.

Es llegar a su aeropuerto y realmente es adentrarte en otro mundo. El mundo de un país árabe y bastante integrista, donde el setenta por ciento de las mujeres van completamente tapadas o con chador; donde el intervencionismo estatal es brutal; donde las casas parecen semidestruidas o un escenario trás una guerra; donde tienes que pasar controles policiales y te cachean en cualquier lado; donde los millones de antenas parabólicas encima de las chabolas te indican que estamos en el siglo XXI, pero donde aún ves a gente por la calle en absoluta miseria o tratando de ganarse la vida como hace cuarenta años; donde siempre se ven a cantidad de hombres y jóvenes vagar por las calles o pasar el día sentados en un parque haciendo nada, viendo la vida pasar (tan típico del mundo árabe por otra parte); donde la suciedad y el polvo envuelven todo; donde ese calor axfisiante y pegajoso se te pega al cuerpo desde que sales del aeropuerto y ya no te deja en ningún momento; donde la gente no puede viajar al extranjero porque necesitan un visado que es prácticamente imposible de conseguir (cuando hablas con la gente sientes esa frustración y resignación que tienen de falta de libertad, o simplemente de no poder viajar o salir al extranjero cuando les apetezca sencillamente porque un visado se lo impide); donde la policia tiene literalmente tomada la calle y cada dos por tres te tienes que parar para pasar un control policial o en cada esquina te encuentras a un policia bajo la sombra de un árbol pertrechado con una impresionante metralleta; donde, en suma, la vida se rige por unos parámetros y valores completamente distintos a los nuestros.


(¡Y sólo pensar que hace un par de días estuve bailando en un concierto de un tío medio desnudo (los Scissor Sisters) que predicaba el amor homosexual!) ;-))
(¡¡Realmente otro mundo!!)



La ciudad es una mezcla de escenario postbélico mezclado con un centro histórico impresionante, herencia de un pasado glorioso (lamentablemente su pasado colonial), con esas preciosas casas y palacetes blancos coloniales con sus rejas y balcones azules tan mediterráneos, pero que se están cayendo a pedazos porque no se pueden mantener o no hay nadie que los mantenga. Le da un encanto muy particular y especial. Pero eso se mezcla con los edificios de cemento barato y espejos horteras que están construyendo los chinos (sí, los chinos están colonizando gran parte de África, y Argelia no iba a ser menos), y realmente no sabes por dónde cogerlo.

Es tan apasionante que me fascina, pero me da miedo al mismo tiempo.


Una vez más, me temo que no he puesto un pie en la calle. Te ponen un chófer, te traen y llevan del aeropuerto a las oficinas, de allí al hotel, de allí a cenar, de allí de vuelta al hotel, de allí a la oficina a una segunda reunión, y de allí al aeropuerto que te trae de vuelta.
Hubiera estado bien pasear y mezclarse con su gente en la calle, pero confieso una vez más que he cruzado barrios en los que no me atrevería a pasear yo sólo.
Realmente la situación es grave, y no se puede jugar con eso.


Anoche nos llevaron a cenar a un lugar estupendo, eso sí. La ciudad tiene una colina preciosa que la divide en dos, y justo encima de la montaña hay una horrorosa escultura de esas que tanto gustan en los paises árabes y "dictatoriales", una especie de monolito mastodóntico de cemento gris - que en este caso es el homenaje a los soldados muertos en la guerra de independencia y liberación frente a los franceses -, rodeado de un parque adonde la gente se va por las noches (de verano) a pasear, comer pipas, y pasar el rato. Y justo allí hay un restaurante bereber bastante bueno, con una terraza estupenda.
El pescado fresco era excelente, y la vista sobre el puerto y la ciudad iluminada de noche era realmente espectacular.
Allí sí que tuve tiempo de charlar distendidamente con las personas con las que suelo hacer negocio allí, y que ya se están convirtiendo en casi amigos. Y la verdad es que apasiona ver su visión del mundo, sus inquietudes y opinión de nuestra sociedad. Que por distinta no deja de ser ni mejor ni peor que la nuestra.


Efectivamente otro mundo existe, y está más cerca de lo que podemos pensar. Quizá deberíamos reflexionar un poco sobre ello. Y posiblemente abrir algo más nuestros ojos, y quizá nuestras mentes para acercarnos más a ellos. O posiblemente también al revés, depende de cómo se mire.


Y eso que Argelia no llega a ser tercer mundo, yo lo consideraría segundo mundo, porque obviamente si vas un poco más abajo, la vida es aún peor.


Por ejemplo, hoy me ha chocado muchísimo volar directamente de ese mundo al del aeropuerto de Barcelona, donde he hecho escala para volver a Madrid, con ese exceso de sociedad de opulencia y consumismo agresivo en que vivimos, con gente comprando compulsivamente, comiendo, bebiendo, y derochando en definitiva; y que se ve exagerado en una tarde cualquiera de verano en cualquier aeropuerto de nuestro primer mundo donde miles y miles de personas hacen colas para salir de vacaciones - cargados de maletas y lujos (la mayoría) innecesarios - y disfrutar de vacaciones y de las gloriosas virtudes y ventajas que nos da haber nacido al otro lado de la frontera.


Siempre que pienso en este país, no puedo dejar de acordarme de su escritor más universal, su ciudadano ilustre (aunque pasado por el barniz de Francia), y premio nobel de literatura - en 1957 -. Y que en las proféticas palabras de uno de sus libros más famosos, "La Peste" (novela escrita en 1947), simboliza el dolor y sufrimiento de ese otro mundo:

"- Naturellement, vous savez ce que c’est, Rieux?
- J’attends le résultat des analyses.
- Moi, je le sais. Et je n’ai pas besoin d’analyses. J’ai fait une partie de ma carrière en Chine, et j’ai vu quelques cas à Paris, il y a une vingtaine d’années. Seulement, on n’a pas osé leur donner un nom, sur le moment... Et puis, comme disait un confrère: "C’est impossible, tout le monde sait qu’elle a disparu de l’Occident." Oui, tout le monde le savait, sauf les morts. Allons, Rieux, vous savez aussi bien que moi ce que c’est...
- Oui, Castel, dit-il, c’est à peine croyable. Mais il semble bien que ce soit la peste."

¡Impresionante!

Definitivamente África es una continente excepcional, y merece mucho más respeto y atención.

Argelia y los argelinos

Hoy voy de viaje a Argelia, y así comienza una de mis semanas más estresantes y difíciles laboralmente hablando (¡menos mal que ya me he resarcido y he soltado toda la adrenalina durante el fin de semana, je!).

Lo de Argelia será complicado - en todos los sentidos -, por cómo está el país, y por los temas que tenemos que tratar. No sé a quién se le ocurre hacer negocios con esos países, ¡pero qué difícil es llegar a un acuerdo con ellos, por dios! (¿¡o más bien debería decir por Alá!? ;-)) Oops!)
En fín a ver qué se puede conseguir y cómo van las cosas. Espero que bien.

Así que nada, para allá que me voy cargado de paciencia y valor. ¡Puff, no me apetece nada!

Creo que, si no pasa nada, estaré por aquí de vuelta el miércoles, por lo que espero no me echéis mucho de menos. Y si en las noticias de estos días véis que dos ejecutivos españoles han sido objeto de una atentado integrista en Argelia, pués ese soy yo. (¡Es broma!)

Besos y hasta pronto.

PD: Menos mal que siempre nos quedará el genial Albert Camus (muy bueno el reportaje de ayer domingo en El País) y sus estupendas "La Peste" y "El Extranjero". Por cierto, he decidio que este verano quizá vuelva a releer alguno de sus libros. Me apetece.

Mar, el poder del mar

Vengo vitaminado de la playa.

Tan lleno de energía positiva como la que me producen canciones como éstas.






Volver a oirlas por los auriculares estando tirado en la playa al sol me produjo una sensación muy difícilmente explicable.

Emoción a flor de piel...

Oh What a World!

Pues eso, vuelvo a usar una de las canciones de Rufus porque me viene muy bien para ilustrar este fin de semana que se avecina.

Ya que el verano acaba de empezar, y mañana es la mágica noche de San Juan, no se me ocurre un mejor lugar donde pasarlo que en el mediterráneo.
A mediodía saldré corriendo de la oficina con una pequeña maleta, el periódico enrollado bajo el brazo, un buen par de libros y el ipod lleno de buena música para disfrutar de un pequeño fin de semana en el Sur. Siempre el Sur.

Hombre, me temo que por allí no se celebrarán las famosas hogueras de San Juan, como se hacen en otros sitios como Albacete, Murcia, Cataluña, Mallorca, y toda esa parte, ;-))), pero al menos es el Sur. Y eso es mucho.

Estoy feliz, no sólo por lo que vendrá, sino por lo que acabo de disfrutar en le concierto de Rufus. Un concierto en directo de ese hombre es siempre un espectáculo, lleno de sutileza, estupenda música, inteligentes comentarios y buen gusto.
He salido encantado, y creo que mis amigos también lo han disfrutado mucho.

Hoy no tengo tiempo de colgar aquí alguna foto o algún que otro video que he grabado, pero quizá algún día lo haga, porque de verdad nos ha regalado momentos que merecen la pena ser compartidos.

Entretanto os dejo con algunas interpretaciones pasadas.

Esta porque es una de mis canciones favoritas del cantante, y porque su interpretación de hoy me ha traído a la memoria algo especial:




Pero también sin olvidar sus memorables puestas en escena:




O sus inolvidables bailes fin de fiesta a los que ya nos tiene acostumbrados. Este es el que hizo la penúltima vez que le ví en concierto en Madrid, en un teatro de la Gran Via (la de anoche fue también muy divertida. Grabé algo en video y quizá la cuelgue aquí en algún otro momento):




En fín, que volver a ver cosas como estas nos llevan a pensar eso de ¡en qué mundo vivimos!. Por lo de maravilloso, digo.

Supongo que el lunes regresaré por aquí, quizá relajado trás un par de dias de descanso y lectura en la playa. Espero veros por aquí. Ya os echo de menos...

A quick touch of London

En unas horas cojo el avión para un viaje relámpago a Londres.

Lamentablemente solo iré por un día y medio, y entre reuniones y charlas no tendré prácticamente tiempo para nada.

Pero los que me conocen bien saben de mi debilidad por esa ciudad, con lo cual, aunque sólo sea un viaje de una sola noche, estoy feliz por tener la oportunidad de volver a pisar sus calles, ver a sus gentes y volver a sentir su energía.

Si todo va bien, creo que estaré por aquí el próximo miércoles. Ya contaré.

En Busca del (Mar) Perdido

Bueno, ya está bien de tanta introspección y tanto mirarse el ombligo.
A ver si vamos despertando ya y le damos un poco de marcha a esto del blog. O por lo menos algo de continuidad (aunque con intentar sacar tiempo para escribir algo todos los días ya me daría por satisfecho).

Pero es que, como bien decía inthesity el otro día, llevo una temporada de gran pereza y de pocas ganas de escribir en el blog.
Aunque yo no lo llamaría falta de ganas, sino más bien muchas circunstancias adversas y, sobre todo, falta de tiempo.


Pero ya estoy aquí dispuesto a enmendarlo, trás un superpuente/fin de semana enorme, lleno de energías renovadas, y al menos con la disposición de volver a hacer de esto del blog una actividad cotidiana en la que uno pueda encontrar y dar placer, como cualquier otra de las importantes en mi vida.


Pués, como decía, he estado de viaje unos días, y no podéis imaginar lo bien que me ha sentado. Nada mejor para superar desencantos, decepciones y serie continuada de malas noticias que poner tierra de por medio, salir de la monotonía de la vida en la ciudad, y tomar dirección hacia el sur.
Siempre lo digo, pero a mí ir al sur de vez en cuando me viene muy bien.
Y sobre todo si hay incluida una visita a la familia.

Pero es que sigo pensando que, para desconectar, no hay nada mejor que ir a la playa, respirar aire puro, ver cielos de azul profundo y sentir la brisa del mar, aunque sólo sea por unos días.

El viernes tarde nos cogimos un tren hacia Málaga con Xabi y 1flash, y allí nos esperaba un coche que nos movería por toda la provincia, y la vecina, durantes estos cinco días.

Hemos estado en la Mar Bella (nada que ver con la de la cantante esa del bigote (de eso me enteré esta mañana)), y todo ha resultado perfecto.
Hemos descansado, hemos reído, hemos paseado, hemos comprado, hemos leído, hemos repuesto fuerzas y cogido buen tono, hemos bebido (algunos más que otros), hemos salido, hemos entrado, ... Pero sobre todo hemos comido y hemos ido a la playa.

De lo primero no hemos parado, la verdad. Con verdaderos maratones gastronómicos de campeonato. Por supuesto ha habido frituras, pescados y otras delicias de la zona, pero también ha habido estómago para otras nacionalidades, desde la italiana (mala) hasta la francesa (deliciosa).

Y de lo segundo hemos disfrutado a tope. Tanto en las típicas playas familiares (desiertas por esta época del año, todo hay que decirlo), como en aquellas otras donde se va desnudo y hay dunas de esas naturales donde pasan cosas. Inolvidable.
Pero es que es cierto que da mucho placer (por la envidia que provoca) estar tumbado en arenas suaves doradas por el sol sabiendo que en ese mismo momento el resto del país estaba bajo los efectos de la lluvia y de las borrascas primaverales. Jejeje...

Como digo, debo confesar que el envidiable color moreno de nuestra piel ha causado estragos y envidias en nuestras oficinas, o por dónde quiera que nos hayamos movido hoy.


Sin duda uno de los momentos cumbres del viaje fue la visita a mi pueblo y a mi familia. Y me alegró comprobar que todo está bien, o más o menos bajo control.
Salió perfecto, y creo que a mi chico, y a mis chicos, les gustó bastante todo aquello.
Al menos mis chicos de allí estuvieron encantados. Y todo resultó muy agradable.
Y creo que tanto unos como otros quedaron con muy buena impresión (quieras o no, una presentación oficial en familia, en tu pueblo y en tu casa, debe imponer). Y estoy muy orgulloso de lo bien que salió todo.
Y orgulloso también de lo maravilloso que es el Tajo más impresionante del mundo. Sin duda el estupendo paseo con puestas de sol sobre la verde Serranía de Ronda fue otro de los muchos must del viaje.


Hemos estado en alegre y animado grupete. Divertido, ameno, interesante y bien llevado. Y hasta ha habido algún que otro encuentro agradable, como el del estiloso conductor de minis descapotables color amarillo-yema-de-huevo.... ¡Vaya risas! ¡Vaya charlas!
¡Casualidades que tiene la vida...!


Sin lugar a dudas es necesario disfrutar de estos momentos y estos lugares para poder apreciar y valorar dónde estamos y adónde vamos. Y sobre todo para poder seguir encarando con buen pie éste 2007 tan loco, loco, loco. ;-)))


Como casi siempre que uno está a gusto se nos ha olvidado hacer fotos. Pero como ya apetece tanto eso de disfrutar del mar, de la playa, del solecito agradable y de las palmeras, y como nosotros no hemos hecho, os dejo con estas fotos maravillosas de Bruce Weber que he encontrado en la revista V (una de mis favoritas), y que, aunque no tengan mucho que ver, como véis están llenas de chicos y chicas majos, ropa bonita y situaciones y enclaves llenos de Verano, Mar y Sol. Y que nos hacen soñar....

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Voyage en Algerie!

Non Merci!!

Menos mal que al final se ha impuesto la cordura y, por el momento, no tengo que ir a Argelia.

Llevaba varios días organizando un viaje que tengo que hacer por motivos laborales al país vecino, y era un viaje que no me apetecía nada.
En principio era para la semana del 23 al 26 de Abril (ya mismo, como quien dice), y esta vez no era sólo a Argel, sino que el viaje incluía vuelo a Orán y visita a otro lugar que no recuerdo cerca de la frontera con Marruecos. En fín, toda una odisea.
Pero además del coñazo que representa preparar el viaje en sí mismo (papelos en la embajada para conseguir visado, hacer encajes de bolillos para encontrar vuelos adecuados (¡¿alguien se explica cómo para ir de Madrid a Orán, que se encuentra casi enfrente de Almeria haya que hacer un vuelo de seis horas vía Roma?!) (¿?), etc, etc), es que justamente este mes no me apetecía nada de nada hacer ese viaje.

Lo bueno es que, justo con lo que ha pasado hoy, y con lo que se avecina en el pais en los próximos días, han comprendido por fín en mi empresa que no era conveniente enviarme ahora a hacer una tournée por allá.

En fín, ya lo digo. Sabia decisión.

Quizá vaya a finales de mayo, pero posiblemente para aquel entonces ya me apetezca algo más. Porque lo que es ahora nada de nada.
Mi vida vale mucho como para morir tontamente haciendo cola en el aeropuerto, en la aduana o en cualquier rincón de Argel.
¡Ya te digo!
Jejejejeje.....

¡Y que viva el esquí!

Suiza y sus blancas montañas me han dejado realmente sin palabras.


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Literalmente.

Zurich y las montañas nevadas de Arosa

No he esquiado nunca en mi vida. Pero conociéndome y sabedor de lo mucho que me entrego para todas las cosas, y la pasión que le pongo a (algunas de) las cosas que hago, estoy convencido de que sólo pueden suceder dos cosas: o le cojo yo el gustillo a esto de esquiar (no, si al final va a resultar que me va a gustar y todo) y me hago superfan, o bien me tenéis que ir a recoger a algún hospital de esos de las montañas de cualquier pueblo helvético con una pierna rota.
Todo puede pasar. Y, conociéndome, no habrá término medio.


Lo cierto es que desde que acepté esta invitación ya no hay marcha atrás. Más bien todo lo contrario, la quinta marcha ya esta puesta, y va cuesta abajo y sin frenos. Porque en cuestión de horas cojo el avión para Zurich.

Las maletas ya están preparadas, ¡y vaya si están llenas! ;-))
Pero es que tengo que llevar cantidad de cosas para un viaje que incluirá un poco de todo: sus trajes, corbatas, camisas de las finas, papeles, documentos y tal, para las visitas de negocio que tengo que hacer en Zurich a partir de esta noche.
Bueno, lo cierto es que lo que más habrá serán charlas, cenas, comidas, copas y alguna que otra visita turística (si consigo escaparme y encontrar un poco de tiempo).
Y la segunda parte bien diferenciada es que a partir del jueves tarde nos llevan a uno de esos picos helados de no sé cuántos grados bajo cero, para estar encerrados en una cabaña y practicar esquí (el de descender las montañas blancas).
Aunque también habrá tiempo para charlas, cenas, comidas, copas y alguna que otra visita turística (si consigo escaparme y encontrar un poco de tiempo). ;-)))
O sea, sus jerseys de lana, sus pantalones de pana o contra el agua, sus camisas de cuadros (de las de leñador (jejeje)), sus calcetines gordos, los artilugios para esquí que he podido conseguir de aquí y de allá, etc, etc...
En fin, todo lo necesario para no pasar frío. Porque aquí el amigo, friolero, lo es un rato (¡de algo se tiene que notar que soy del sur, digo yo!)


En resumen, que la historia parece ser que promete.

Y es que estoy aún entre alucinado, acongojado y un poco estartalado. No sólo por lo que dejo aquí, sino por lo que me pueda encontrar allí. Evidentemente este tipo de historias son mucho de contactos, relaciones sociales, profesionales, diplomacia, hartura de hablar de trabajo, etc, etc.
Y nunca sabe uno cómo puede salir aquello hasta que no lo haya probado.

Pués eso, que estaré probándolo hasta el próximo domingo por la noche. Con lo cual, si todo va bien, quizá pueda explicar por aquí la semana que viene algo sobre cómo salió y cómo me lo pasé, y todas esas cosas.

Besos.

Yeesssss!!!

¡Ya está confirmado!

¡Me voy a esquiar gratis a Suiza!

Mis jefes me han confirmado hoy su acuerdo, y la maquinaria ya está en marcha.
Mi empresa me pagará el viaje a Zurich, y el gentil cliente que me invita correrá con los gastos de alojamiento, hoteles, comidas, gastos del esquí, curso, etc durante el fin de semana.

Tendré que empezar a moverme para ver quién me puede prestar el material. Es decir: guantes, gorro, gafas, pantalones, cazadora, etc.
¿Algún amable amigo me los podría prestar?

Es que, hasta ahora, no solía esquiar. Vamos, que nunca he esquiado en mi vida. Pero todo es ponerse.

Soy una persona muy abierta, y siempre estoy dispuesto a conocer y aprender nuevas cosas, y por supuesto abierto a nuevas experiencias. O sea, que superencantado con visitar este maravilloso lugar:

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(Copyright Inthesity)

Y sí, me considero muy afortunado.

PD: Inthesity, ya quedaremos para que me des algunos tips sobre el resort. ¡Y gracias por las fotos! ¡Y perdón por haberlas usado sin permiso! ;-))

Feliz Navidad

Pués ya llegó por fín el momento de poder celebrar algunos días de vacaciones por Navidad. ¡Ya era hora, digo yo!

En un par de horitas sale nuestro tren para volver a casa por Navidad. Me apetece un montón ver a toda la familia, y pasar estos días allí. Y además porque este año vamos a estar todos, todos, todos (bueno, casi).

Además me encanta que en el Ave de las cinco de la tarde viajaremos juntos mi sobrino K, mi primo J que acaba de llegar de Londres (trás una odisea increíble, casi de peli de terror) y yo.
O sea, que ya empezaremos a tener ambientillo familiar desde el tren. (Creo que nunca antes habíamos viajado así juntos, nosotros tres) (¡Mola!)

Así pués, ya no vuelvo por aquí hasta el martes 26 por la noche. O sea que hasta el 27 no volvemos a la vida madrileña y laboral. ¡Algo es algo!


Para despedirme os dejo un regalito y recomendación navideña.
No os perdáis por favor este disco:

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Es sencillamente alucinante.

Con canciones de bandas tan increíbles como Siouxsie & The Banshees, The Strokes, The Radio Dept., New Order, Gang of Four, Adam & The Ants, The Cure, Aphex Twin, Air, etc, etc, y de música clásica de la época, Vivaldi y otros grandes maestros; es, sin duda, una auténtica joya.

Un disco realmente precioso (y no sólo su portada).

Para mí será, sin lugar a dudas, de lo mejorcito de esta Navidad.    


Pero también veo hoy que las carteleras (algunas) de cine españolas nos empiezan a regalar al fin algunas buenas películas por Navidad. Hoy se estrenan dos peliculones que llevaba mucho tiempo con ganas de ver: "Time" del gran Kim Ki-Duk y "Gabrielle" del no menos grande Patrice Chéreau (y con la inconmesurable Isabelle Huppert).
Ya tengo al menos dos buenas razones para volver a la capital la semana que viene: tener la certeza que puedo pasar al menos dos noches de buen cine.

Felices fiestas a todos.

¡Sed felices!