Viaja, viaja, que la vida es corta...
Lo bueno que tienen las vacaciones de verano bien aprovechadas es que dan la sensación de que cunden mucho, y que (casi) siempre estás de viaje. Me gusta así. Y no sé qué pasa estos últimos años (o quizá sí lo sé) que aprovecho mucho mis días libres, y las vacaciones dan mucho de sí.
Además me encanta esa sensación de prácticamente estar deshaciendo una maleta para estar preparando otra.
Eso es precisamente lo que me está pasando ahora mismo.
Todavía no repuesto de mis estupendos cinco días en la costa vasca, ya estoy preparando otra vez el equipaje para mi nueva incursión mediterránea.
Es cierto que ese mar me fascina, y estoy seguro de que Rodas y las islas del Dodecaneso no me defraudarán. Fijo.
¡Qué ganas tengo!
Pero antes de eso, aún tengo tiempo de rememorar y regodearme en las maravillas que nos vienen del Norte.
Es verdad que Donostia, y su playa/Concha, es tan tan bonita que a veces da hasta un pelín de repelús, de tanta belleza tipo-cartón-piedra que por momentos es casi demasiado perfecta para ser verdad.
Una muestra por un lado:
Y otra por otro lado:
Y eso que esta vez tiré las fotos de refilón, tarde, y casi sin ganas, vamos.
Curiosamente un paseo por la playa del Gros ya nos avecinaba lo que nos esperará en Grecia:
Y la playa de Zarautz es tan tan alucinante que hasta apuro me daba sacar fotos a tanta naturaleza y a tanto surfero de buen ver. Me conformo con medio dejar entrever las precauciones que hay que tomar en esa playa. Ya se sabe, la naturaleza es sabia. Las olas son importantes, los surfistas de impresión, y hasta los vigilantes de la playa están a la altura.
Sólo espero poder seguir haciendo fotos veraniegas por tierras griegas, porque el disfrute está asegurado.
Nos vemos.
Besos a tutti.
Además me encanta esa sensación de prácticamente estar deshaciendo una maleta para estar preparando otra.
Eso es precisamente lo que me está pasando ahora mismo.
Todavía no repuesto de mis estupendos cinco días en la costa vasca, ya estoy preparando otra vez el equipaje para mi nueva incursión mediterránea.
Es cierto que ese mar me fascina, y estoy seguro de que Rodas y las islas del Dodecaneso no me defraudarán. Fijo.
¡Qué ganas tengo!
Pero antes de eso, aún tengo tiempo de rememorar y regodearme en las maravillas que nos vienen del Norte.
Es verdad que Donostia, y su playa/Concha, es tan tan bonita que a veces da hasta un pelín de repelús, de tanta belleza tipo-cartón-piedra que por momentos es casi demasiado perfecta para ser verdad.
Una muestra por un lado:
Y otra por otro lado:
Y eso que esta vez tiré las fotos de refilón, tarde, y casi sin ganas, vamos.
Curiosamente un paseo por la playa del Gros ya nos avecinaba lo que nos esperará en Grecia:
Y la playa de Zarautz es tan tan alucinante que hasta apuro me daba sacar fotos a tanta naturaleza y a tanto surfero de buen ver. Me conformo con medio dejar entrever las precauciones que hay que tomar en esa playa. Ya se sabe, la naturaleza es sabia. Las olas son importantes, los surfistas de impresión, y hasta los vigilantes de la playa están a la altura.
Sólo espero poder seguir haciendo fotos veraniegas por tierras griegas, porque el disfrute está asegurado.
Nos vemos.
Besos a tutti.
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TB97 -