London, visto y no visto
Una vez más, tanto viaje como me ha salido últimamente no me ha dejado pasar por aquí con la asiduidad que me hubiera gustado; y otra vez me ha impedido contar mis experiencias del concierto del pasado sábado noche como hubiera querido.
Ya han pasado demasiados días, así que nada. Ya no escribo nada. Además, ya me da un poco de pereza, y ya no me apetece contar con pelos y señales cómo fue aquella noche para no olvidar. De todas formas otros amigos como telecine e inthesity, con quienes pasé esa noche, ya lo han contado mejor que yo.
Sólo decir que me lo pasé estupendamente y que el directo de Chico y Chica me gusta cada vez más. Cada vez es diferente - y cada vez mejor -, pero siempre están igual de ingeniosos y divertidos. Realmente pasé una noche muy divertida.
Es cierto que me esperaba algo más de Carlos Díez dj (& friend). Me gustó algo de lo que pincharon (y bailamos), pero en general me defraudó, porque, vamos, lo de pinchar a Camela no tiene perdón de dios. Es verdad eso de que a veces los modernos pierden el norte... Porque está claro que hay cosas como que no, y que no todo debe estar permitido.
Porque lo del eclecticismo a veces debe tener un límite, ¡¿o no...?!
De todas formas trás un domingo de cansancio/resaca/compromisos varios/llámalo x, no tuve tiempo de escribir, y por la tarde/noche ya estaba preparando la maleta para mi viaje a Londres del lunes y martes.
Ha sido todo muy rápido, pero ya estoy de vuelta. Y ya estoy aquí, o sigo aquí, con más trabajo del que pueda absorver y menos tiempo del que me gustaría disponer...
Lo de Londres ha sido un eso, un visto y no visto. Pero, como suelo decir, siempre me gusta ir a Londres, aunque sea por trabajo y con tantas reuniones y citas que no me dejen tiempo para nada más, porque me da mucha vida. Me renueva, aunque sólo sea por sentir un poco el ritmo de esa ciudad que no para, o por oir ese acento que tanto me pone.
Aún así, sí que tuve tiempo para pasear un poco el lunes por la noche por Covent Garden y Soho, y empaparme de la energía que esa ciudad transmite (aunque sea un lunes por la noche).
Lo malo es que no iba solo. Iba con mi jefe, y entre mucha duda, y tanta oferta culinaria internacional, tuvimos la mala fortuna de meternos a cenar en una trattoria italiana malísima (nada que ver con las de Roma de semanas pasadas). Así que nada, entre tanto japonés o buen oriental para elegir, nos tuvimos que ir a las peores pizzas del Soho. En fín, otre vez será.
Pero sin lugar a dudas, lo mejor de la noche (y del corto viaje) fue el esbozo de fiesta que vislumbré, y que alimentó por unos días mi ración de mitomanía... Resulta que paseando por Leicester Square, pasamos por delante del Café de Paris (uno de los clubs de moda en Londres), y ví que había un montón de gente apelotonada en la puerta y muchas cámaras de televisión y tal. De pronto ví una pared de esas de cartón para los photo-calls (o como se llamen), con el símbolo de la revista Q (una de mis revistas de música favoritas), y eso quería decir que posiblemente estarían celebrando su fiesta anual de entrega de premios - sus famosos Q Awards -.
No llegué a vislumbrar nada, ni ví a nadie que yo conociera (los que estaban pasando en ese momento eran cualquier grupo inglés pre-adolescente de esos de pelo largo y cuerpos extra-small, que no reconocí), pero en la televisión esa misma noche ví que por ejemplo Kylie Minogue había posado en ese photocall en plena calle. Con lo cual, fue sólo cuestión de minutos no encontrarme frente a frente con la diminuta cantante australiana, o quizá precisamente por lo diminuta que es a lo mejor lo mismo no hubiera visto nada. Whatever!
De todas formas me hubiera divertido ver en persona a la Kylie enfundada en su traje cocktail negro.
Después me enteré que por allí pasaron Paul McCartney, Damon Albarn, Ian Brown, Bono, Billy Bragg, Johnny Marr, Arctic Monkeys, e infinidad de artistas dignos de mi devoción (y admiración).
¡Vamos, que con mucho gusto me hubiera quedado allí en la puerta toda la noche sólo para ver cómo iban pasando las limusinas con unos y otros!
En fín, no pudo ser.
Por cierto, esta es la lista de premiados.
Aunque para confirmar la regla de que no sé qué pasa pero siempre tengo una gran habilidad para ver a gente famosa o famosilla cuando viajo (por cierto, se me olvidó decir el otro día que en mi viaje a Roma de largo fin de semana me encontré por la calle con el mismísimo Giulio Andreotti - paseando por el centro de Roma un sábado por la mañana - y con la ministra española Elena Salgado (la ex de Sanidad) - que salía de la exposición de Valentino el domingo por la mañana -, o sea, que un fin de semana bastante "político"), cumplí con mi cupo en este viaje cuando me encontré en el avión de ida a Londres el lunes por la mañana con el mismísimo Mister Mundo. Juan García Postigo, se llama.
Vale, ya sé que éste entra más bien en el saco de los famosillos de medio pelo, y que es más hortera que un ataud con pegatinas brillantes de Texaco, pero uno no se encuentra con un Mister Mundo todos los días. Y eso marca. jejejeje... Y vale, yo también me pregunto cómo lo habrá conseguido, y qué potra ha tenido, pero hay que reconocer que el chaval al menos alto y atractivo sí que es, y mucho.
Y ya eso es suficiente para alegrarle a uno un aburrido vuelo de lunes por la mañana lleno de no menos aburrridos hombres de negocios de traje gris. ¡Como yo! Jajajajajaja....
PD: Por cierto, ¡feliz cumpleaños, Alicia!
Ya han pasado demasiados días, así que nada. Ya no escribo nada. Además, ya me da un poco de pereza, y ya no me apetece contar con pelos y señales cómo fue aquella noche para no olvidar. De todas formas otros amigos como telecine e inthesity, con quienes pasé esa noche, ya lo han contado mejor que yo.
Sólo decir que me lo pasé estupendamente y que el directo de Chico y Chica me gusta cada vez más. Cada vez es diferente - y cada vez mejor -, pero siempre están igual de ingeniosos y divertidos. Realmente pasé una noche muy divertida.
Es cierto que me esperaba algo más de Carlos Díez dj (& friend). Me gustó algo de lo que pincharon (y bailamos), pero en general me defraudó, porque, vamos, lo de pinchar a Camela no tiene perdón de dios. Es verdad eso de que a veces los modernos pierden el norte... Porque está claro que hay cosas como que no, y que no todo debe estar permitido.
Porque lo del eclecticismo a veces debe tener un límite, ¡¿o no...?!
De todas formas trás un domingo de cansancio/resaca/compromisos varios/llámalo x, no tuve tiempo de escribir, y por la tarde/noche ya estaba preparando la maleta para mi viaje a Londres del lunes y martes.
Ha sido todo muy rápido, pero ya estoy de vuelta. Y ya estoy aquí, o sigo aquí, con más trabajo del que pueda absorver y menos tiempo del que me gustaría disponer...
Lo de Londres ha sido un eso, un visto y no visto. Pero, como suelo decir, siempre me gusta ir a Londres, aunque sea por trabajo y con tantas reuniones y citas que no me dejen tiempo para nada más, porque me da mucha vida. Me renueva, aunque sólo sea por sentir un poco el ritmo de esa ciudad que no para, o por oir ese acento que tanto me pone.
Aún así, sí que tuve tiempo para pasear un poco el lunes por la noche por Covent Garden y Soho, y empaparme de la energía que esa ciudad transmite (aunque sea un lunes por la noche).
Lo malo es que no iba solo. Iba con mi jefe, y entre mucha duda, y tanta oferta culinaria internacional, tuvimos la mala fortuna de meternos a cenar en una trattoria italiana malísima (nada que ver con las de Roma de semanas pasadas). Así que nada, entre tanto japonés o buen oriental para elegir, nos tuvimos que ir a las peores pizzas del Soho. En fín, otre vez será.
Pero sin lugar a dudas, lo mejor de la noche (y del corto viaje) fue el esbozo de fiesta que vislumbré, y que alimentó por unos días mi ración de mitomanía... Resulta que paseando por Leicester Square, pasamos por delante del Café de Paris (uno de los clubs de moda en Londres), y ví que había un montón de gente apelotonada en la puerta y muchas cámaras de televisión y tal. De pronto ví una pared de esas de cartón para los photo-calls (o como se llamen), con el símbolo de la revista Q (una de mis revistas de música favoritas), y eso quería decir que posiblemente estarían celebrando su fiesta anual de entrega de premios - sus famosos Q Awards -.
No llegué a vislumbrar nada, ni ví a nadie que yo conociera (los que estaban pasando en ese momento eran cualquier grupo inglés pre-adolescente de esos de pelo largo y cuerpos extra-small, que no reconocí), pero en la televisión esa misma noche ví que por ejemplo Kylie Minogue había posado en ese photocall en plena calle. Con lo cual, fue sólo cuestión de minutos no encontrarme frente a frente con la diminuta cantante australiana, o quizá precisamente por lo diminuta que es a lo mejor lo mismo no hubiera visto nada. Whatever!
De todas formas me hubiera divertido ver en persona a la Kylie enfundada en su traje cocktail negro.
Después me enteré que por allí pasaron Paul McCartney, Damon Albarn, Ian Brown, Bono, Billy Bragg, Johnny Marr, Arctic Monkeys, e infinidad de artistas dignos de mi devoción (y admiración).
¡Vamos, que con mucho gusto me hubiera quedado allí en la puerta toda la noche sólo para ver cómo iban pasando las limusinas con unos y otros!
En fín, no pudo ser.
Por cierto, esta es la lista de premiados.
Aunque para confirmar la regla de que no sé qué pasa pero siempre tengo una gran habilidad para ver a gente famosa o famosilla cuando viajo (por cierto, se me olvidó decir el otro día que en mi viaje a Roma de largo fin de semana me encontré por la calle con el mismísimo Giulio Andreotti - paseando por el centro de Roma un sábado por la mañana - y con la ministra española Elena Salgado (la ex de Sanidad) - que salía de la exposición de Valentino el domingo por la mañana -, o sea, que un fin de semana bastante "político"), cumplí con mi cupo en este viaje cuando me encontré en el avión de ida a Londres el lunes por la mañana con el mismísimo Mister Mundo. Juan García Postigo, se llama.
Vale, ya sé que éste entra más bien en el saco de los famosillos de medio pelo, y que es más hortera que un ataud con pegatinas brillantes de Texaco, pero uno no se encuentra con un Mister Mundo todos los días. Y eso marca. jejejeje... Y vale, yo también me pregunto cómo lo habrá conseguido, y qué potra ha tenido, pero hay que reconocer que el chaval al menos alto y atractivo sí que es, y mucho.
Y ya eso es suficiente para alegrarle a uno un aburrido vuelo de lunes por la mañana lleno de no menos aburrridos hombres de negocios de traje gris. ¡Como yo! Jajajajajaja....
PD: Por cierto, ¡feliz cumpleaños, Alicia!
8 comentarios
Cool Boy -
jaja
Yo el lunes ya me vengo,
tngo muchas ganas
Ah, y si te alegras la vista con el Mr. Mundo,
espera a ver a TOM FORD en mi blog,
le han cazado!
unbeso
MM -
A los ChicoyChica los veo en un mes y no kepo en mí del gozo.
Pokito me gusta el pelo de la Kaili ahora; ya sé ke hay razones de peso, pero no sé, otro corte, otro color...
La Semana Fantástica -
telecine -
Oies, esas fotos!!!
lifeonmars -
Y aquella en la que salimos es realmente buena.
Por cierto, me gustaron mucho también tus amigos...(¡qué majos son, leñe!)
inthesity -
lifeonmars -
Por cierto, ¡qué bueno es DISCO Four, ¡por dios!!
Hasta viene una estupenda versión de una de mis canciones favoritas de todos los tiempos, Hallo spaceboy...
Xabi -