Roma eterna
Roma me ha dejado sin palabras. Literalmente.
Tanto que he tardado más de una semana en poder escribir algo...
Sabía que era una ciudad que me iba a gustar mucho, pero nunca imaginé hasta qué punto. Se ha covertido desde ya en una de mis favoritas (¡y mira que imaginaba que eso iba a suceder!)
Es muy difícil trasladar aquí todas las cosas que he sentido en mis cuatro días romanos. Ha sido un viaje muy intenso. Muy romántico. Y eso es difícilmente transcribible, pero también difícilmente olvidable.
Desde el dulce tiempo de final de verano que nos acompañó, hasta los paseos en "motorino" por sus enrevesadas calles y plazas, hasta la luz del sol reflejada en las descoloridas paredes de los edificios que se caen a pedazos (y que tanto me gustan), pasando por la comida, sus tiendas y sus gentes, o incluso los estupendos baños en el jacuzzi del hotel, todo cuadró perfectamente para hacer un largo fin de semana inolvidable.
¡Me ha gustado todo de Roma...!
Hay infinidad de imágenes que han quedado en mi retina y querría compartir algunas aquí.
Me gusta su luz (esta fue la primera imagen que tuve de la ciudad en cuanto salí de la estación de Termini):
Me gustan sus ventanas:
Me gusta esta foto, no sé, tiene como un toque muy british, muy colonial. Me gusta:
Me gustan sus balcones:
Y sus estatuas, claro:
Mires por donde mires, por tierra o cielo:
¿A alguien se le ocurre un lugar más romántico para casarse?:
Las vistas aéreas son increíbles:
Y cualquier rincón es encantador:
¿Ya he dicho que me apasionan sus balcones y ventanas?:
¿Y qué decir de su comida? ¡Me encanta la ruccola!, no lo puedo evitar:
Hay puentes maravillosos:
Y es que hasta el rojo Valentino es más rojo en Roma:
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inthesity -