Un concierto de Rufus Wainwright es todo un acontecimiento. Anoche volvió a demostrar que es uno de los grandes.
Es un músico estupendo, y tiene todo el desparpajo, inteligencia, físico, actitud, glamour, ironía y saber estar que se le debe exigir a una estrella del rock.
El concierto fué esta vez en un teatro clásico, de esos grandes que hay por la Gran Vía madrileña, y ya los teloneros (un nuevo grupo - chico y chica muy simpáticos - de hip-hop de Barcelona que no conocía, y cuyo nombre no recuerdo ahora) nos regalaron unos momentos impresionantes y muy agradables con su poesía urbana dulce y melódica, y a veces más dura, en un escenario de un teatro con gente en los asientos, casi vacios en esos momentos.
Rufus es el típico artista que se gana al público desde que sale al escenario, y aquí nos tenía en el bolsillo desde que empezaron a sonar los acordes de su "himno" "What a world", aún con las luces todavía apagadas. Es un chico con mucha chispa, cultura, simpatía e ironía, y entre canción y canción nos regalaba algunos comentarios brillantes, en un coqueteo continuo con el público: que si se había puesto una cinta de terciopelo alrededor del cuello para parecerse a un personaje de un cuadro de Goya (a esa que a veces aparece desnuda y a veces vestida, decía); que si el Madrid de ayer - plomizo, frio y lluvioso - no se parecía en nada a la imagen que él tiene de España, aunque bueno, quizá sí que se parezca a la España de Felipe II y de la Inquisición, dijo; que si esa tarde le habían hecho una entrevista en un programa de televisión (Cuatro) y le habían llevado a ver un espectáculo en un tablao flamenco con unos tipos que se llamaban Camarones o algo así, dijo; o cuando nos presentó un nuevo tema llamado "entre mis piernas" y dijo que eso era el "fin del mundo" ("the end of the world"); que si se sentía como en un espectáculo de Broadway al cantar en ese sitio, etc, etc... La verdad que tenía comentarios muy chispeantes.
El espectáculo en sí estuvo muy bien. El sonido fue muy bueno, la banda toca muy bien (y son muy guapos y estilosos todos), el entorno y el público estuvieron inmejorables, y él canta bien. A veces tiene limitaciones de voz, pero eso es lo que me gusta, que tiene una voz con muchos matices, es un buen actor, e interpreta muy bien los temas.
Haberlo oído en un teatro le da mucha teatralidad (y valga la redundancia) a su puesta en escena, y le da ese punto barroco y de glamour de Broadway que tanto le gusta - y le va tan bien a su música -. Nos comentó que le encantaba que en ese mismo teatro estuvieran representado ahora la obra Victor o Victoria, y que le encanta la película, aunque nunca sabe muy bien si le gusta más Víctor o Victoria...
De todas formas pienso que la primera vez que lo ví, a principios de este año, en un escenario completamente pop/rock (la sala de conciertos Aqualung) me dejó una impresión todavía más profunda. Supongo que es por ser la primera vez que lo ves (pasa igual que cuando ves por primera vez una película que te gusta mucho - recuerdo que me pasó con "In the mood for love" -, esa primera impresión que te deja el ver algo nuevo es imborrable, y por muchas veces que vuelvas a verla ya no es lo mismo), pero aún así ayer lo vimos de una forma inmejorable. Además nuestros asientos, en cuarta fila y bien centrados, nos dieron el placer de no perdernos detalle y de vibrar de veras con su música.
Le encanta montar fines de fiesta especiales, y un punto escandalosos, con sus canciones fetiche, y si en el anterior concierto toda la banda se montaron un streaptease en pleno escenario, con imaginería leather incluida, y tangas de lentejuelas, tacones, etc, anoche fue todo un espectáculo hilarante de imaginería religiosa: con toda la banda bailando con túnicas blancas tipo gospel, y con dos (2) soldados romanos con gafas de sol negras que clavaron a Rufus en una cruz cual Jesucristo. Rufus acabó clavado en la cruz en medio del escenario con túnica de seda azul celeste, careta con maquillaje de purpurina, labios pintados de rojo y corona de espinas, cantando que él era el Mesías Gay. ¡Todo muy camp, muy barroco, muy Broadway, muy Nueva York de la época de Studio 54! ¡Realmente impresionante! ¡Son ese tipo de cosas que si no lo vives no puedes expresarlo bien!
Nos llamó la atención que el público era en general de edad madura, y como de aspecto "intelectual" o un poco "bohemio", es decir, muy interesante, pero curiosamente se vió poco público gay de los que frecuentan la zona de Chueca y tal. Es una pena que a la mayoría de esa gente sólo le interesen Kylie Minogue, Monica Maranjo, y esa gente (que, por cierto, a veces también están bien); porque pienso que Rufus - junto con Anthony and the Johnsons y algún otro más - (precisamente porque quizá no son demasiado comerciales) es hoy en día uno de los pocos músicos y artistas que representa de verdad una homosexualidad inteligente y lúcida (y lúdica, también), de la que nos debemos sentir muy orgullosos. Es ese tipo de artista culto y con una formación musical excelente, que resume y engloba muy bien todo lo que representa ser homosexual. Y creo que nos honra tener a gente como esa, con esa honestidad y seguridad de ser como es, y de ser así, y que dan tan buen ejemplo a la sociedad.
¿Adónde van la gente del Cogan y los de los colectivos de gays y lesbianas, en vez de a conciertos como los de este artista? ¡Supongo que se quedarán en sus casas viendo Operación Triunfo o Gran Hermano!
El concierto acabó con varios bises que cantó en batín de seda y con calcetines blancos. El público estaba completamente entregado, y queríamos más y más. Y se notó que él lo agradeció sinceramente.
Me alegro que a Edorta le encantara, al igual que a Olaf y a Telecine, con quien estuve hablando un momento a la salida. De verdad pienso que fuimos privilegidaos por haber asistido a ese espectáculo, y todos salimos de allí encantados y con esa sensación de haber vivido algo único.
En ese momento fue un gustazo volver a adentrarse en la fuerte lluvia y el frio que caía en Madrid un lunes de madrugada, y meterte en la cama con la felicidad de haber pasado un rato muy agradable.
Definitivamente pienso que Rufus es un ser único. Una pena los que no lo conozcais o los que no le querais dar una oportunidad. Creo que debeis intentarlo, porque merece la pena.