De CORAZÓN II
Me da una rabia tremenda que se me vayan acumulando los temas y pasando los días y yo no puedo encontrar un p.u.t.o. minuto para actualizar este blog. ¡¡Me da, me da, me da....rrrrabia!!
Debo hacer todavía mi comentario al fin de semana, o sea, volver a actualizar la página tan escuchimizada que escribí ayer. Pero lo que pasa es que, si durante el fin de semana no escribí por pereza y/o falta de tiempo (y/o que decidí gastarlo en otras cosas o emplearlo en otros menesteres), lo que me pasa ahora es que una vez que ha empezado esta semana - y aunque me apetezca escribir - tengo taaanto trabajo en la oficina que literalmente no tengo tiempo para otra cosa.
Pero lo peor es que ayer tarde encontré un momento entre llamadas, reuniones, etc, para ir escribiendo mi post poco a poco, y justo antes de irme de la oficina le dí al botón equivocado y se me perdió todo lo que había escrito durante la tarde (y debo decir que era uno de esos post tochos/coñazos como a veces me salen, y con los que a veces os martirizo). ¡Así que os podeis imaginar cómo me sentí! (¡No me cagué en la madre de nadie porque no tenía a nadie a mano en cuya madre cagarme!).
Y así pués, estaba taan agotado al llegar a casa que escribí lo que escribí (lo que veis más abajo) por dejar constancia de algo, pero al momento me quedé dormido. Creo que todavía no había acabado el telediario de las nueve (9) cuando yo ya estaba dormido tirado en el sofá de casa (en fin, supongo que consecuencia directa del susodicho fin de semana).
Además, en mi post de ayer quería haber hecho todo un elogio (como se merecen) al concierto del Viernes de Corazón, que me gustó mucho; y aunque no pude escribirlo, me sucedió una cosa realmente graciosa (definitivamente pienso que las casualidades y yo (yo y mis casualidades) empiezan a darme un poco de miedo, últimamente).
Pués resulta que al salir anoche de la oficina a la primera persona con la que me cruzo por la calle era con uno de los chicos de Corazón, creo que se llama Carlos (el de las gafas en la foto). Me pasaron mil cosas por la cabeza: desde declararle mi admiración, hasta invitarle a tomar una caña y decirle que le agradezco mucho que el Viernes noche me hicieran pasar un momento tan estupendo, hasta decirle que acababa de escribir en un blog sin importancia un elogio de su concierto del Viernes donde les declaraba mi admiración, hasta otras muchas cosas que me callo ..... (por decencia, más que nada)...... Pero lo que pasa es que estaba hablando por teléfono, y mi timidez en esos casos puede más que mi descaro.
¡Tonto que es uno! ¡Una pena!
En fín, ¡otra de esas casualidades de la vida!
2 comentarios
Sr. Skywalker -
Nader -
Ah, se siente! habértelo pensado dos veces antes de abrirte el blog... Estarás encadenado a él de por vida y obligado a escribir para goce de tus lectores.
Pues sí, las casualidades dan miedo...