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Los fantasmas de Goya y de algún otro

Los fantasmas de Goya y de algún otro Nunca fuí al cine a verla, y ahora me alegro, porque de haberlo hecho habría salido de allí con un enfado morrocotudo.

Aprovechando los dvds que dan ahora con un periódico - sobre "el mejor actor del mundo" que se toma un año sabático, y dejará de trabajar durante un año, porque está cansado de ser "el mejor actor del mundo" -, la he visto en la tele, y creo que es una de las peores películas que he visto en mucho tiempo.
Es mala, mala, y de verdad no hay por dónde cogerla.

Pretende ser un fresco histórico sobre una época clave en la historia de España (el fin de la Inquisición, una de las historias más oscuras y denigrantes de nuestra historia, y valga la redundancia), sobre el punto de vista de uno de nuestros mejores pintores, y un alegato contra la tortura; pero es un absoluto fracaso.
Con interpretaciones acartonadas y caricaturescas, hay momentos en los que te tienes que reir, pero de vergüenza ajena.

Es un total despropósito, que ni llega a ser ni película histórica, ni de aventuras, ni de amor, ni biográfica, ni de intriga, ni de nada de nada.

Todavía me pregunto cómo es posible que una persona que ha hecho películas como "Hair", "Amadeus" o "Valmont", por poner unos ejemplos, haya podido hacer una cosa tan mala.

La fille coupée en deux

La fille coupée en deux Me temo que esta vez Claude Chabrol ha pinchado.

Este (muy) maduro director francés ha llegado ya a esos niveles, sobre todo después de haber hecho tantas y tan buenas películas, en los que se presupone que todo lo que hace ya tiene una aureola de calidad y debe ser necesariamente bueno (algo parecido a lo que le sucede a Woody Allen). Pero me temo que esta vez no le ha salido tan bien.

Es verdad que cuando uno va a ver una película de este señor ya va con las expectativas muy altas, y a veces exigimos demasiado, pero no es menos cierto que cuando no nos encontramos con lo que esperamos, o nos gustaría, el chasco es quizá superior.

A ver, no es que sea un total descalabro. Pero no sé, le falta algo para que llegue a ser una buena película.

Tiene como siempre mucha ironía y momentos inteligentes; pero el guión, y sobre todo algunas situaciones inverosímiles y algún que otro personaje patético, hacen que esta película, que se deja ver muy bien por otro lado, sea un fracaso.

Vuelve a abordar el mismo tema de siempre - y que borda como nadie -: la crítica mordaz a la burguesía francesa de provincias, la lucha de clases y de poder. Y que siempre trata con su irónica visión (y ridiculización) de las clases altas. Pero en este intento fracasa. Cosa muy natural de todas formas, ya que tampoco puede hacer un peliculón cada año.

La historia, basada en un hecho real ocurrido en el Nueva York de principios del siglo XIX, es interesante, y está traspasada brillantemente a la vida de la Francia actual. Pero el triángulo amoroso que nos plantea llega a veces a resultar poco creíble, sobre todo por ciertos fallos de guión, por la caricaturización de sus personajes y la fallida forma de profundizar en los sentimientos o de resolver ciertas situaciones.

Ludivine Sagnier esta estupenda, tan sexual y deseable como siempre. Pero Benoît Magimel, que, por otro lado, es un actor que me encanta, está tan patético, y hace un papel tan ridículo y encasillado, que hasta avergüenza.

Me temo que no deja de ser un envoltorio bonito y seductor (siempre es agradable ver una película francesa con esos decorados tan elegantes y donde siempre están bebiendo champagne (a cualquier hora del día)), pero esta vez está vacío en su interior.

Vogue fait son cinéma

Ahora que todas las revistas de moda - y otros muchos medios - hablan hasta la saciedad de la cada vez más estrecha relación entre moda y arte, me ha encantado cómo el Vogue francés se ha vuelto a desmarcar en su último número (el de su mes cinematográfico por excelencia (no olvidemos que el festival de Cannes está a la vuelta de la esquina)), dedicando todo un especial a la también estrecha relación entre la moda y el cine.

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Por ejemplo, me ha gustado mucho el reportaje sobre algunos diseñadores y creadores de moda que reconocen que el séptimo arte es una de sus principales fuentes de inspiración, y eligen aquellas películas que más les han influido o marcado en su vida. Y encontramos los siguientes resultados, algunos de ellos sorprendentes:

- Pierre Hardy elige "Les Demoiselles de Rochefort", de Jacques Demy (1967), por su ligereza, su humor y su "elegancia a la francesa"...

- Rick Owens elige "La Venus Rubia", de Josef von Sternberg (1932), por la escena en la que Marlene Dietrich sale de un disfraz de gorila. El norteamericano dice que es un resumen literal de esa fusión en la que trabaja - aquella del refinamiento y de lo primitivo... A menos que se trate de la de la pureza y la corrupción...

- Victoire de Castellane elige "Cabaret", de Bob Fosse (1972), por Liza Minelli bailando con su silla en el Kit Kat Club, con sus medias negras, la piel blanca, las uñas verdes y un maquillaje con pestañas postizas. Le gusta su lado sulfuroso, directo y de bestia de la escena...

- John Galliano elige "Napoleón", de Abel Gance (1927), por la impresión que le causó una proyección de esta película simultáneamente en tres pantallas durante seis horas y veintiocho minutos...

- Alber Elbaz elige "In the Mood for Love" (¡como yo!), de Wong Kar-Wai (2000), porque durante casi todo el film Maggie Cheung parece no llevar que un solo vestido: el corte es siempre el mismo, la fórmula es idéntica, pero sólo los tejidos cambian, a veces incluso en el transcurso de una misma secuencia...

- Domenico Dolce & Stefano Gabbana eligen Roma, de Federico Fellini (1972), porque, según dicen, el cine italiano les ha influido desde siempre...

- Silvia Fendi elige "El Aniversario", de Roy Ward Baker (1968), por Bette Davis y el antifaz que ocultaba su ojo izquierdo defectuoso y que cambiaba de color en función del traje que llevara...

- Bruno Frisoni elige "La Notte", de Michelangelo Antonioni (1961), por Jeanne Moreau en ese traje negro de finos tirantes con tacones de aguja. Una casa ultra moderna. Una atmósfera pesada y sensual. La oscuridad, la noche, la intensidad de una espera, el cigarro nervioso...

- Jean Paul Gaultier elige "Satyricon", de Federico Fellini (1969), por una imagen que le remonta a su infancia, la escena en la que los dos protagonistas penetran en una torre llena de gente extraña y que acaba por fundirse. Según el francés, representa al mismo tiempo una imaginación completamente liberada, y una inmensa humanidad...

- Riccardo Tisci elige "Querelle", de Rainer Maria Fassbinder (1982), por su atmósfera melancólica, por ser un film visualmente brutal, a la vez lleno de negrura y de imaginería romántica, con una fascinante amenaza subyacente...

- Christopher Kane elige "The Prime of Miss Jean Brodie", de Ronald Neame (1969), con la gran Maggie Smith, por la escena de la pelea entre Miss Brodie y su directora, Miss Mckay. Miss Brodie es bella pero altiva, entusiasta pero ignorante, apasionada pero sin persona que la ame. Por su actitud progresista, su estilo impecable, sus ideas feministas...


Una vez más me vuelvo a dar cuenta de que no hay nada como el cine clásico, que cada vez deberíamos reivindicar más lo clásico.


Personalmente, aparte de "In the mood for love" y de otras muchas que han influido mi vida (estética), como "Desayuno con diamantes", "Blade Runner", "Oficial y Caballero", "Un tranvía llamado deseo" o "Al final de la escapada" ("A bout de souffle"), por mencionar sólo unas pocas, creo que una de las que más me ha marcado ha sido "Las Vírgenes Suicidas", por esas hermanas rubias correteando por el parque con la música de AIR, y sobre todo por Lux (Kirsten Dunst), obviamente...


Y a vosotros, ¿qué películas os han marcado o influido vitalmente? (ya se que una de las de TB97 va a ser "Tess", por Natassia Kinski, ¡claro está!)

The SAVAGES

Nunca antes una película me había contado muchas de las cosas que me estaban pasando en primera persona, y además en el exacto momento en que están sucediendo.

Dicen que nada en la vida sucede por casualidad. Pero trás un largo fin de semana familiar, lleno de sentimientos y emociones, no me podía imaginar que ir el domingo noche al cine a ver "La familia Savage" me fuera a afectar tanto. Y lo cierto es que no fue casual, que ya había quedado con Cosimo y TB97 para ir a ver esta peli (de la que no sabía absolutamente nada antes de verla) desde muchos días antes, pero sencillamente llegó en el momento que menos me esperaba y en el que más me podía afectar.

Me ha revuelto muchas cosas, pero me ha gustado bastante. Inteligente, triste y alegre al mismo tiempo, como muchas de las buenas películas independientes que se hacen últimamente, y de vez en cuando, en Estados Unidos. Y por supuesto me han gustado los actores protagonistas, que están sencillamente estupendos.


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Elegy / El animal moribundo, 2a parte

Al hilo de lo que escribía ayer (bueno, antes de ayer), me gustaría compartir la crítica que sobre la película he leído hoy en laguíadelocio, y con la que coincido plenamente.

Os sigo animando a que vayáis al cine...

Elegy / El animal moribundo

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Me ha encantado la última película de Isabel Coixet. Me ha perecido una sentida, inteligente y nada ñoña historia de amor. Una historia de amor verdadero, de esos que arrasan con todo lo que se encuentra a su paso, de esos que hacen sentirse personales reales y auténticas, y por tanto vulnerables, a aquellos que lo sienten.
Una historia de amor completamente creíble y sincera, y contada de una forma sencilla y contenida, pero con una efectividad increíble.

No por nada está basada en una espectacular novela, El animal moribundo, de Philip Roth. Pero debo confesar que, por una vez, la película no desmerece para nada a la novela original. Más bien al contrario, representa una perfecta transcripción en imágenes de la mayor parte de sentimientos y conflictos que la novela nos planteaba. Y eso no pasa mucha veces en el cine.

Es cierto que la novela me descolocó y afectó muchísimo cuando la leí por primera vez, y era prácticamente imposible que su puesta en imágenes me llegara a tocar de la misma forma, pero debo confesar que me ha emocionado y agradado a partes iguales.

A eso ha favorecido mucho una muy cuidada y elegante puesta en escena, una narración humana y emotiva basada en unos diálogos sensibles e inteligentes, y una fotografía y música espectaculares, pero sobre todo ha ayudado enormemente un plantel de actores en estado de gracia. En el que por supuesto destaca la pareja protagonista, unos espectaculares Ben Kingsley (impresionante como atormentado, sufrido y carismático animal herido (cazador cazado), en una interpretación de verdad de las de Oscar) y Penélope Cruz (sorprendente y bella, enigmática, frágil y poderosa a partes iguales); pero en el que igualmente destacan unos secundarios de lujo, desde Patricia Clarkson hasta Dennis Hopper, pasando por Peter Sarsgaard o Blondie. Sin duda, un buen ejemplo de casting acertado.


Ya sé que ésta directora es de las que no tiene término medio. Me temo que le sucede lo mismo que a Pedro Almodóvar, Julio Medem, y algún otro realizador parecido, que son de esos que no admiten medias tintas, levantan pasiones y críticas a partes iguales, la gente o los adora o los odia, y nunca he entendido muy bien por qué. Supongo que es porque son gente con mundos muy propios, muy personales, y con bastante personalidad, todo hay que decirlo, y en cuyo cine - ya pueden hacer lo que hagan - o se entra o no se entra, y o bien te gusta mucho o no te gusta nada.
A mí, personalmente, da la casualidad que estos tres directores españoles que he mencionado me encantan. Me gusta todo lo que hacen, algunas veces más que otras, pero en general siempre me sorprenden, y para bien.

En este caso la Coixet vuelve a ser fiel a sí misma, nos vuelve a regalar una película llena de amor y sentimiento atormentado, pero también pienso que es la película que menos se parece "a una película de Isabel Coixet", y, entretanto, creo que posiblemente le ha salido la mejor película de su carrera.

8 1/2

8 1/2


No sé qué he estado esperando todos estos años.
Acabo de ver por primera vez en mi vida "8 1/2" ("Otto e Mezzo"), la película que Federico Fellini hizo en 1963, y por fin he comprendido lo que es una obra maestra.

Es una de las películas sobre cine más grande jamás filmadas, que convierte la crisis artística de un hombre en una gran epopeya del cine.

Su historia sobre la falta de creatividad e inspiración, y la crisis creativa, se transforma en una profunda reflexión sobre el comportamiento humano, sobre las relaciones de pareja y en general sobre la desesperación y el vacío de la vida. Tremendamente desesperada e inquietante, es al mismo tiempo una alegre y gozosa mirada a la sexualidad y a la creatividad.

Su estética y puesta en escena es tan potente, y me ha gustado tanto, que nunca más podré olvidarla.

Fellini decía algo así como: "Mi vocación más auténtica es representar todo cuanto veo, todo aquello que me golpea, me fascina, me sorprende." ¡Cuánta razón tenía! ¡¡Qué grande era!!


Os dejo con su figurado trailer, otra obra maestra...




Y sin olvidar por supuesto al gran Marcello Mastroianni y su harén.....





También me ha gustado el comentario del director de cine británico Terry Gilliam en un programa de la BBC2 donde le preguntaban sobre una de sus películas favoritas de la historia del cine. A mí me ha emocionado:

(BBC2’s Close Up

Close Up is a program on BBC2 where celebrities are asked to choose their favourite cinematic moment. For the edition broadcast on 27 November 1995, Terry Gilliam was the guest. The transcript of what he said is below...

"Because I have to choose, I chose Fellini’s 8 1/2. I don’t like having to choose because I hate reducing all of my filming experience to one film. But 8 1/2 somehow coalesces for me in many ways the essence of cinema and in particular the sequence that I have chosen is Marcello Mastroianno passing down the hallways of the hotel where they’re trying to make this movie, and he has this phenomenal ability to tap dance his way out of trouble and when I saw that, it was long before I ever made a movie, but I suspected there was truth to that and subsequently now having made a few movies, I know it’s the ultimate truth of movie making, and the job of the director is to tap dance past all the problems.

I was 23. Kennedy was planning to get assassinated. I was in New York. I’d left college and this film came on and I’d always been a Fellini fan, but something about 8 1/2, it just got under my skin. Creativity is really what it’s about. It just happens to be about a movie director. It’s about the process of trying to make something and knowing you don’t know how to make it, and everybody waiting for you to come up with the solution. He is stalling. He is dealing with producers and money problems. It’s really just this juggling back and forth while his whole life is disintegrating and him remembering bits of it and the fact that the film then spreads right back through his life, through his dreams, through the relationship with his parents, everything is what’s so wonderful about it. It uses that and it uses the past, the future, the present and it uses dreams - all the things that I’ve used in my films in different ways.

Most people want to think life has got some structure, form and that you can distinguish the past from the future, and the present. I don’t think it’s true, I think Fellini admits to that and allows all of these things to enter into the process. Faces always coming at you - he’s got the money, he’s got everything, but he doesn’t know what he’s doing and everyone’s coming at him. They’re all wanting answers. They’re all wanting something from him. I think one of the first times I was really aware of the camera as a partner in dance, because I think the film is like a dance. He shoots like a dancer would shoot. It’s all moving, it’s shifting. Things are coming in and out of frame. It’s never still. It’s what life always seems like to me. It always feels like the passage through life.

I don’t know. I think Fellini just told me things about my future. He told me about the process of life. He told me things about the process of life. He told me things about memory that all seems true and honest and believable, even though he lies the whole time. That’s what I love about Fellini, he’s a liar. He’s a constant liar. He twists and distorts the truth.

Now whether any of us saw the world like Fellini showed us until he actually made his films I don’t know. I have that terrible feeling he opened our eyes to a world that was sitting there all alone. Those of us who followed could come and see the world that he saw.

Mastroianni - I mean I just - from the moment I saw him I thought - wouldn’t it be nice to be Mastroianni, and even Fellini had the same feeling - wouldn’t it be nice to be Mastroianni, and so he got him in to be Fellini in all his movies. I mean not only was he handsome, but he was tired of life at an early age. He was romantic. He was weak. He vacillated. All the things that I didn’t want to be, and probably would’ve ended up being.

I think when I saw it, my reading of it was that the auteur existed. I mean there was the director - the Fellini character - played by Marcello who they’re all looking to for the answers. They’re all doing their jobs, but the centre man, the one who makes the decisions ultimately is the director. And maybe that’s why I wanted to become a director. I wanted to be that person that they all came to for answers.

Once you become a director you realise that’s the last thing you want because you don’t have the answers, and they all think you do. I’m convinced films don’t need directors to be made. I think that they need somebody who pretends to be the director so that they can all go and blame them for everything and not get the answers they need so they get on and do their job as best they can. Films can be made that way. The director is more of a myth than anything else and I’m happy to be part of that mythology.")

Al otro lado

Al otro lado Hacía tiempo que no veía una película que me llenara tanto. Que me emocionara y gustara de una forma como lo ha hecho la turco-alemana
"Al otro lado" "Auf der anderen seite".
El sábado noche quedamos con unos amigos para verla en el cine, y todos salimos realmente encantados.

Es alucinante cuando te encuentras con una película sencilla y sin muchas pretensiones, pero que te cuenta unas historias de verdad, profundas y con sentimiento, y que no puede sino llegarte hondo por el tema que trata y por la forma en que lo aborda.
Lo mejor de este realizador es lo bien que cuenta sus historias - ya lo demostró con la estupenda "Contra la pared" de 2003 -, y en ésta de ahora en concreto, la magistral forma de llevar a la pantalla un estupendo guión (creo que ha ganado premios en donosti, cannes, festival de cine europeo, etc, etc).

Imagino que con un punto autobiográfico, el director y guionista, el alemán de origen turco (y por tanto hijo de las dos culturas tan diferentes) Fatih Akin, nos presenta un mosaico de historias cruzadas y relaciones personales en esas dos sociedades, tan vecinas y a veces tan diamestralmente opuestas.
Son una serie de personajes en busca de amor y aceptación, que huyen de la soledad y sólo buscan algo tan sencillo como la felicidad y su razón de vivir en un mundo tan convulso y complejo. Bien sea en los brazos de una madura prostituta que hará la vida feliz a un anciano, o bien abrazando la lucha armada política para protestar contra los abusos de un gobierno totalitario. Estos son sólo dos de los ejemplos de los comportamientos que pueden guiar a dos de los personajes para encontrar su lugar en el mundo.

La muerte es muchas veces el hilo conductor de los encuentros y desencuentros de unos personajes a los que rápidamente cojes cariño, pero de su tristeza es de donde se saca la fuerza y energía liberadora para volver a empezar y para seguir luchando.
Me gusta que la muerte no tenga que ser necesariamente triste, sino que sea una lección de la que aprender cosas positivas. La película habla de la muerte en la medida en que cada muerte es un nacimiento, ya que la muerte y el nacimiento abren caminos hacia otras dimensiones.
Y eso es lo bueno de esta historia, que cuenta unas vidas entrecruzadas, y a veces desencontradas, pero abiertas a muchas dimensiones que nos ayudan a reflexionar y en la que cada uno de nosotros podemos sacar nuestras propias interpretaciones y conclusiones.

La historia es realmente emotiva, y está muy bien contada, lo que junto con los personajes e interpretaciones de sus mestizos actores, y los estupendos paisajes de Alemania (desde Bremen hasta Hamburgo) y Turquía (desde Estambul hasta la costa del Mar Negro), la convierten en una película muy altamente recomendable. Al menos a mí me lo parece.


Noches blancas



¿Hasta dónde es capaz de llegar uno por amor?

¿Hasta hacer el ridículo?

¡Posiblemente!

Estupenda "Le notti bianche", la peli de 1957 de Lucchino Visconti.

Inmenso Mastroianni, como siempre.

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Una de las estrellas favoritas de mi universo particular.

Sweeney Todd

Sweeney Todd "Sweeney Todd"

There Will Be Blood

There Will Be Blood "There Will Be Blood"

Oscars 2007

Lo que más me ha llamado la atención (y más me ha gustado) de la pasada edición de los Oscars es que, de los cuatro actores laureados, ninguno es norteamericano. Deben ir tomando buena nota cuando unos premios entera y típicamente norteamericanos (y hollywoodienses) - que se hacen, publicitan hasta la saciedad y autoalimentan ellos para ellos mismos -, se los hayan birlado este año cuatro portentosos actores europeos.


Sin lugar a dudas el mejor actor principal no podía ir a otras manos que a las de uno de los mejores actores vivos, el británico Daniel Day-Lewis (de Paul Smith)

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A la mejor actriz principal, la francesa Marion Cotillard (de Jean-Paul Gaultier), la conozco menos, pero me ha hecho mucha ilusión que una "simple y desconocida actriz francesa" les robe uno de los mejores premios a las típicas norteamericanas de turno, y vuelve a demostrar que todo es posible. Justo el viernes por la noche le dieron el premio César a la mejor actriz en Paris, con lo cual la chica habrá tenido uno de esos fines de semana que no olvidará jamás. Me han entrado muchas ganas de ver la peli/biográfica de Edith Piaf, la verdad.

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Por fín se ve altamente reconocido el talento de la grandísima actriz británica - aparte de elegante, socialmente comprometida, inteligente, y con tan buen gusto - Tilda Swinton (de Lanvin). Me ha encantado siempre.

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Y poco más se puede decir ya del español Javier Bardem (de Prada), un auténtico animal de la escena y uno de los mejores intérpretes que existen en el cine contemporáneo.

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(La foto lo dice todo. Besa el culo del señor Oscar, y de paso se ríe de todos los que lo ponen verde (sobre todo en su propio país). ¡Olé por él!, espero que siga regalándonos muchas interpretaciones gloriosas)



También me ha hecho mucha gracia que esta señora, Diablo Cody (de Dior-sabe-quién!) parece ser que se llama, se haya llevado el Oscar al mejor guión original. De stripper a ganadora de un oscar como mejor guionista. Eso es nada.

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Definitivamente todo es posible, y algo está cambiando. Y eso es bueno.


Ahora, eso sí. La alfombra roja ha sido de las peores, más sosas, aburridas y con peor gusto que se recuerdan. El tan manido "glamour de la alfombra roja de los Oscars" pienso que ha brillado este año por su ausencia.
Aunque he de reconocer que, por una vez, Penélope Cruz (de Chanel) ha sido una de las más elegantes.
¡Qué guapa íba, la tía (aunque ese pelo, no sé, no sé)!

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Por lo demás, creo que estoy muy de acuerdo con que "No country for old men" sea la mejor película del año. Es una peli incomprendida, y que no está gustando a casi nadie. Pero bueno, visto lo que hay, no está tan mal.

J'aime le cinéma français

Aunque otra de las cosas buenas que tiene ARCO es que, como cada año, mi amigo Christophe (galerista y profesor de arte contemporáneo, y belga francófono) viene de visita. Y eso significa que normalmente me trae algún regalo como señal de gratitud por alojarse en mi casa durante cuatro días (esa es otra de las grandes cosas de tener buenos amigos, que te pueden dejar su casa cuando les visitas). Y yo encantado.

Es cierto que últimamente, como también es un gran cinéfilo, está tomando la sana costumbre de regalar películas - se me ocurren pocas cosas mejor para regalar que una buena película (quizá un buen libro, también) -, y por supuesto aprovecha para surtirme del nuevo cine que se está haciendo en Francia, y que desgraciada, e incomprensiblemente, nunca llega a nuestras pantallas.

Aunque he de reconocer que este año se ha pasado de generoso, porque ha traído todas estas películas que desconocía...

1.- "L’homme de sa vie", de Zabou Breitman. Con Charles Berling y Bernard Campan.

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2.- "La vie moderne", de Laurence Ferreira Barbosa, con Isabelle Huppert y Frédéric Pierrot.

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3.- "Dans Paris", de Christophe Honoré. Con Louis Garrel y Romain Duris.

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4.- "Comedie de l’Innocence", de Raoul Ruiz. Con Isabelle Huppert y Jeanne Balibar.

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5.- "Le Clan", de Gaël Morel. Con Nicolas Cazalé y Stéphane Rideau.Image Hosted by ImageShack.us
Pas mal, eh?! ;-))

Obviamente algunas estarán mejor que otras, pero las disfrutaré todas por igual. Y mi ración de cultura francesa estará más que satisfecha, y bien cumplida...

Muchas gracias de nuevo, C.

No es país para viejos

No es país para viejos Sí señor. Decididamente este país (o mundo) en el que vivimos no es para viejos, ni para gente sensible o débil. Y los hermanos Cohen nos vuelven a demostrar por qué.

Con "No country for old men" estos estupendos directores nos acaban de regalar una (otra más de las suyas) obra maestra.

Se trata de un hipnótico relato de suspense, con argumento simple o casi inexistente pero que tiene un fondo enorme. Es una película muy nihilista, de esas en las que se sacan más cosas de los silencios que de profundos diálogos. De esas en las que los personajes hablan más a través de sus acciones que con lo que dicen.
Un auténtico pasatiempo de persecuciones sin fín, llenas de venganza y diálogos irónicos, y que da mucho miedo. Es la representación del miedo, del miedo en estado puro. De la violencia más simple, la peor que pueda existir. Una violencia incómoda y también pesimista, porque todos reaccionan con normalidad ante ella. Pero de la que se saca mucho cuando aprendes a saborearla.

Es mucho más profundo que un mero film de vaqueros o de violencia o de una correlación de muertes consecutivas. Porque es una profunda reflexión sobre la violencia misma. Aquí no hay moraleja ni medias tintas, porque la violencia es eso, un sinsentido. Pero es así.

Todos los actores están excelentes, y sobre todo el trío protagonista - también me ha gustado mucho Kelly Macdonald (la mujer del héroe) -, pero, aunque suene a tópico, el personaje de Javier Bardem ya forma parte de la historia del cine. Porque no es un mero personaje, es una idea, la representación de la violencia pura. Sólo verlo caminar, observar y hablar ya ponen los pelos de punta.

¡Madre mía, qué mal lo he pasado! ¡Madre mía, cuánto me ha gustado!

LA SOLEDAD

LA SOLEDAD Hace algunas semanas que ví la película "La soledad", sin lugar a dudas una de las mejores películas españolas de este año (por ello no debe extrañar que fuera la gran vencedora de los últimos premios Goya), pero por falta de tiempo no pude hablar sobre ella en su momento. Así que os dejo con la crítica de Javier Ocaña en El Pais del viernes pasado porque la describe muy, pero que muy bien.

Las palabras están tan bien elegidas, y habla sobre la película de una forma tan lúcida y acertada que no puedo más que suscribir todo lo que dice sobre ella, cada punto y cada coma...


"La vida es eso que nos pasa entre el tiempo que hacemos cola para sacar dinero del banco y el que acontece mientras preparamos la cena; eso que nos pasa entre que nos duchamos y vamos al médico para consultar una dolencia; eso que nos pasa entre el momento en que discutimos con un familiar por un tema económico y el que transcurre planchando una montaña de ropa; eso que nos pasa entre una banal llamada telefónica en la que apenas escuchamos a nuestro interlocutor y un largo trayecto en autobús con la mirada perdida. La vida es eso importante, trascendente, que nos pasa entre una retahíla de acciones realizadas sin el menor deseo. ¿Es eso la vida o puede que ésta consista exclusivamente en ese absurdo devenir sin pasión ni gracia? Jaime Rosales, director de La soledad, ha compuesto una película que nos habla de la vida; de la vida filmada en directo, con sus momentos aparentemente más trascendentes y, sobre todo, con los instantes más cotidianos; esos que, sumados uno tras otro, acaban convirtiéndose en relevantes por la fuerza del tedio, de la abulia, de la soledad.

Rosales, con toda justicia, ha ganado tres goyas, entre ellos los de mejor película y mejor director, lo que ha provocado que más de medio año después de su estreno se reponga desde hoy en una treintena de salas comerciales. No se esperan riadas de gente en busca de la historia que le ha arrebatado el Goya, contra casi todos los pronósticos, a la exitosa El orfanato. Y si hay alguien que se plantea ir a ver La soledad como un ejercicio de comparación, se estará equivocando. Sería mezclar churras con merinas. El triunfo de La soledad es el del riesgo, el de la experimentación con el lenguaje cinematográfico, el de la búsqueda, aunque también el de la pasión, el de la sensibilidad, el de la garra.

Desde los títulos iniciales, Rosales divide la pantalla en dos en muchas de sus secuencias. La polivisión, ensayada sobre todo a finales de los sesenta y principios de los setenta por gente como Richard Fleischer (El estrangulador de Boston podría ser su película manifiesto), multiplica los puntos de vista, pero lo que normalmente se practica como una solución estética, Rosales lo hace también como solución ética. Ofrece nuevos espacios. Indagando aún más en el magnífico ejercicio de cotidianidad que supuso Las horas del día (2003), su debut en el largometraje, y apoyado en el portentoso trabajo de un extenso plantel interpretativo de pasmosa naturalidad, el director aspira a reducir la distancia entre la verdad de la vida y la verdad del cine, siempre distintas. El hiperrealismo, retratado a través del despojamiento de elementos (ni una nota musical) y de la captura del silencio. Lírica, veraz y profundamente dolorosa, La soledad necesita a un espectador cómplice. Seguro que no son tantos como los cuatro millones que han visto El orfanato (el perfecto producto comercial), pero sí muchos más de los 41.000 que acudieron tras su primer estreno. Ahora tienen una segunda, y fascinante, oportunidad."


También os recomiendo ir a verla. No os arrepentiréis de ver cine novedoso, moderno y sencillo al mismo tiempo, y que trata de forma sensible lo que nos sucede a todos nosotros cada día. La jodida vida.

La Escafandra y la Mariposa

La Escafandra y la Mariposa
"Le escaphandre et le papillon" es una película preciosa. Un regalo para los sentidos y para la mente.
De un sentimiento y una plasticidad tal que hasta hacen daño, pero que conmueven y reconfortan al mismo tiempo.
Yo diría que es dolorosamente bella, y que hasta te golpea físicamente, pero bien sea por sufrimiento o por placer.

Es cierto que es una película dura y compleja, y a veces tramposa, pero muy sensible y humana. Julian Schnabel ha creado un film que, siendo trágico, tiene una suavidad y un aliento poético que desborda. Y nos ha vuelto a regalar una obra plástica que (como ya hiciera con "Antes que anochezca") recrea un universo doliente y al mismo tiempo fascinante.

Su personaje (el francés Mathieu Amalric vuelve a demostrar otra vez el actor tan inmenso que es) es un hombre que se siente como si estuviera atrapado dentro de una escafandra, pero que gracias al uso de su imaginación y de su memoria podrá alejar el cautiverio mental y volar por el espacio y el tiempo como una mariposa.
Es un viaje callado de un prisionero hacia la belleza exterior.
La triste historia de una persona que tiene que descubrir la libertad del amor y la belleza a través de un sufrimiento extremo. Pero al mismo tiempo es la historia de todos nosotros, que seguramente nos enfrentamos a la muerte y la enfermedad; pero si nos fijamos, podemos encontrar en ello sentido y belleza.

Premios Goya 2008

Lo mejor de los premios Goya de este año han sido estos dos actores protagonistas:

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¡Los adoro!


Y la soledad frente a tanto orfanato y tanta rosa, claro está.

Y por supuesto el Goya a mi amiga Lucina como mejor cortometraje documental. ¡¡Mi más sincera enhorabuena, guapa!! ¡Me ha encantado tu discurso! Ese Victor Erice, ¡el mejor, sin lugar a dudas!
¡Y El Sur... siempre el sur!

Ah, y obviamente Fernando Fernán Gómez, que se me olvidaba.

¡Ay, Johan, Johan...!

¡Ay, Johan, Johan...!
¡Cuántos buenos momentos nos vas a dar!

Expiación

En una entrada del otro día critiqué alegremente esta película sin haberla visto. Y ahora me desdigo. Hice muy mal, lo reconozco, porque me parece fatal juzgar algo o a alguien sin haberlo visto, o sin conocerlo.
Es algo que detesto, porque siempre he pensado que para poder opinar de algo hay que conocerlo antes.

Pero yo sabía por dónde iba mi comentario del otro día, y no estaba mal encaminado. Me conozco bien, y, salvo que a veces me equivoque (menos mal), muchas veces sé de antemano si una peli me va a gustar o no. Y aquí no me he equivocado mucho, la verdad.
Por lo que ya había leído y visto, yo intuía que bueno, que ni fú ni fá, que me iba a gustar algo, que sería un poco como un caramelo bonito y tal, pero no mucho más que eso. Y al final así ha sido.

Mi amigo C.K. Dexter fue a verla esta semana y me dijo que estaba muy bien, y que merecía la pena, y como yo siempre me fio ciegamente de todos sus consejos (sobre todo en temas de hombres, porque ahí sí que coincidimos), para el cine que me fuí a verla ayer domingo.

Y bueno, la película está muy bien, con unos detalles muy cuidados, con una ambientación y decorados muy british (que eso sí que me gusta), con una música y fotografía agradable, una historia entretenida, etc. Pero al final me ha dejado un pelín frío, no sé, no me ha llegado a emocionar.
Me parece que se queda bastante en la superficie, que llega a ser un poco superficial y vanidosa, sin profundizar demasiado en lo que están sufriendo los personajes - ¡y mira que sufren! -, sin llegar a entrar en la psicología de los personajes, y ni siquiera explicar por qué actuan así.
Comparada por ejemplo con otras obras maestras "típicamente british" situadas un poco en esos ambientes, como algunas de las más importantes de James Ivory ("Room with a view", "Howard’s End", o la obra maestra absoluta que fue "The remains of the day"), ésta no le llega ni a los talones.

Pienso que el argumento es una historia pelín banal y altamente repetida en literatura y cine, que se podría haber resuelto en relativamente poco tiempo, y de la que el director hace toda una trama que se extiende a la desmesura. Centrándose en la adolescente historia de amor hollywoodiense, pero sin llegar a profundizar en el argumento realmente importante de la película, la culpa y cómo nos paraliza y puede llegar a destrozar nuestra vida para siempre.
Es cierto que tiene algún que otro momento mágico, y que la forma de desarrollar el argumento tiene a veces unos juegos divertidos de avance y retroceso, pero no me ha llegado a apasionar.

Me han comentado que el libro del gran Ian McEwan, en cuyo guión se basa el film, es estupendo. Pero, como suele pasar muchas veces, supongo que de un libro se puede siempre sacar mucho más de lo que se hace de una película basada en un libro. La propia imaginación de cada uno es siempre mucho más rica y libre que la visión que pueda tener un director de cine que decida hacer una película sobre una novela, aunque está claro que siempre hay honrosas excepciones ("Apocalypse Now", se me acaba ahora de venir a la cabeza, sin saber muy bien por qué).

Supongo que es fallo de su director, que en mi opinión peca aún un poco de cierta inexperiencia (no llegué a ver su primera película, pero es que si ya había visto la buena versión de Ang Lee y la estupenda serie de televisión de la BBC, ¿qué necesidad tenía el mundo de otra nueva versión innecesaria de "Orgullo y Prejuicio", para lucimiento de Keira Knightley?). Aunque no sé, quizá me vuelva a equivocar y lo mismo el "Orgullo y Prejuicio" de Joe Wright era maravillosa.

Y llegamos así a la estrella de esta película. Se nota que es la musa de su director, porque algunos planos sirven solamente para el lucimiento de la belleza física de la chica (hubo algunos momentos en que pensaba que estaba en un anuncio de colonia). Reconozco que la chica es mona, pero inexpresiva también lo es un rato. Y de poner morros y andar echando los hombros para atrás ya estamos hartos, vamos digo yo. Lo que queremos es ver a actrices haciendo un papel, no a adolescentes niñas monas que sólo tienen un cutis bonito, una cara proporcionada y unos brazos esqueléticos.

Ahora, eso sí, la ropa y ambientación eran excelentes. ¡Cómo era ese vestido verde, por dios!

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(¡Y qué bien lucía colgado de la librería/estantería!)


Justo al salir del cine nos encontramos con Carlos y Juan (de casualidad estaban justo sentados en los asientos delanteros a los nuestros), y, al comentar un poco en general sobre la película y la actriz, Carlos me contaba que siempre confunde a esta chica con Winona Ryder y con Natalie Portman, y que nunca sabe quién es quién.
No puedo estar más en desacuerdo con él, porque tanto Winona como Natalie SI QUE SON verdaderas actrices; mientras que, en mi humilde opinión, a Kiera aún le falta un montón de trecho por recorrer, y otras cosas...

Si la vuelven a nominar en esta edición de los Oscars de verdad que me voy a enfadar seriamente.

Ahora, debo confesar una cosa, eso sí (a cada uno lo que le corresponde), la cabrona consiguió al final que llorara como una magdalena. Y yo, cuando una película consigue hacerme llorar, ya tiene muchos puntos ganados...
En fín, que la recomiendo a todos los que tengan corazones sensiblones como el mío, y a todos a los que les guste el cine romántico. Los demás abstenerse.

La mirada encendida

Llevaba tiempo buscándolo, pero por fín he encontrado esa joya de (y sobre) Ángel Fernández-Santos, "La mirada encendida".

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Estoy completamente de acuerdo con lo que el libro dice en su contraportada: "Ángel Fernández-Santos fue hasta su muerte, en 2004, la figura más prestigiosa y reconocida de la crítica cinematográfica española, no sólo por su titularidad desde 1982 como crítico del diario El País, sino porque para muchos aficionados al cine en nuestro país él encarnaba plenamente la condición de crítico cinematográfico y representaba una tradición en vías de extinción: aquella crítica capaz de aunar el conocimiento y la pasión, la atracción por el cine y la dimensión literaria de la escritura sobre cine, el compromiso y el placer del espectador atento y privilegiado."

Creo que ha sido una de las figuras más importantes en la formación y evolución de mi persona, y, no cabe duda, uno de los que más me ha ayudado a amar tanto el cine. La lectura de sus críticas semanales en el periódico fué para mí como una especie de ritual, y su mágica forma de escribir, llena de pasión, compromiso, inteligencia y energía, me transmitió también esa pasión. Le estaré eternamente agradecido.

Este será sin duda uno de mis libros de cabecera para el resto de mis días. Volveré a leer y releer todos su ensayos, críticas, artículos y comentarios cinematográficos y, claro está, volveré a emocionarme, se me volverá a poner la carne de gallina y con alguna de ellas me volverán a brotar las lágrimas. ¿Por qué no?