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Ya sabéis. Hoy hay cita a dos ruedas en Paris...

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Porque lo malo es que luego la vida va en serio, como descubrió Gil de Biedma.

Los Rostros del Verano

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LA BODA

Me encantan las bodas.

Así que estoy encantado porque en un par de horas cojo el tren hacia Córdoba (¡hasta el sudor se intentará llevar con estilo!) para asistir a una de las  bodas más importantes que viviré en los próximos años, y que más de cerca me tocan (y aviso que no es la mía, ¿eh?).

Se casa mi hermano pequeño, y, de hecho, mi único hermano, con lo cual será una celebración muy especial.

Así que espero disfrutarla y pasarlo, no sólo bien, sino requetebién. ¡¡Uff, qué ganas tengo ya!!

Hasta el lunes.

Besos para todos.

Pruebas, exorcismos

"Tandis que j'étais dans le froid des approches de la mort, je regardai comme pour la dernière fois les êtres, profondément."

HENRI MICHAUX (Épreuves, exorcismes)

(Algo así como "Mientras que estaba en la frialdad de las inmediaciones de la muerte, miraba como por última vez a los seres, profundamente.")

 

Lo siento, pero hoy no me salía otra cosa.

Paris en velo!

¡¡Y que viva Urban Cycles!!
¡Si ya daban color y vida a las calles de Paris, a partir de ahora lo harán aún mejor!

Ya ves cómo los sueños se cumplen.

Querido veloturista, cada vez que oigo esta canción me acuerdo de tí.

Cuídate mucho. Y suerte.

Grand, grand Bissou!

Los chicos crecen

Reconozco que tengo especial debilidad por mis sobrinos. No lo puedo evitar. Creo que son algunos de los seres que más quiero en este mundo.

En estos últimos días han pasado dos cosas muy importantes, que demuestran que los chicos se están haciendo mayores.

Mi sobrino M ha sido admitido en el conservatorio de música y solfeo, y acaba de empezar su primer curso de piano, que compaginará con sus clases de bachillerato, sacando el pobre tiempo de donde pueda.
Está feliz, y encantado de hacer lo que de verdad le gusta. Le deso todo lo mejor, y estoy seguro que llegará lejos en el mundo de la música.

Y mi sobrino K acaba de firmar su primer contrato de trabajo, y en esta misma semana empieza su primer trabajo "en serio", que también compaginará con sus últimos cursos de universidad, y también sacando tiempo de donde pueda.
Así sí que empieza una nueva vida. Ya entra en el mundo "real", y también le deseo toda la suerte del mundo. Y también sé que llegará muy lejos.


Reconozco que simplemente son signos de que el mundo avanza y de que todos nos hacemos mayores, pero esos dos hechos importantes que han conseguido mis sobrinos mayores me llenan de orgullo, y, aunque denotan que yo también me estoy quizá haciendo mayor, me hacen muy feliz.

Mucha suerte a los dos, ¡campeones!

La última boda en la familia...

Hoy he recibido una muy buena noticia.

Mi hermano pequeño (y el único), M, me ha anunciado que ya tiene fecha confirmada para el día de su boda.

¡Quién lo iba a decir! ¡Mi hermano pequeño, a quien he visto crecer desde que nació! ¡Quien para mí siempre seguirá siendo un jovencillo!

Pués sí, chicos... el tiempo pasa. La vida sigue. Y la gente crece. ¡¡Uff dios mío, qué rápido pasa la vida!!

Hoy los he visto muy felices. Y me alegro enormemente por ellos. Me encanta que haya encontrado su lugar en el mundo en Córdoba (cada día estoy más convencido de que es un lugar estupendo para vivir, y que sus gentes estupendas). Sé que serán muy felices en su vida. Y estoy convencido que el próximo 12 de julio del 2008 pasaremos un día inolvidable.

Menos mal que, trás tantas malas noticias familiares que no paraban de angustiarme últimamente, siempre hay una luz, y por supuesto algo que nos demuestra que al fin y al cabo la vida no es tan difícil, y que merece la pena. Y que la felicidad está ahí al lado. Detrás de la esquina.

Posiblemente sea la última boda en mi familia (¿o no?), por lo que los motivos de celebración no faltan...

Retorno al hogar

Ya estoy de vuelta de la primera parte de mis vacaciones. Visto y no visto.

Estas han sido las vacaciones familiares. Todo muy bien. Los adoro, aunque algunas veces los problemas familiares (muy a nuestro pesar) no dejan ver el bosque, o en este caso, el mar.

Pero este no es ni el lugar ni el momento para hablar de eso. Además, no me apetece.

Continuemos con las trivialidades, banalidades y asuntos intrascendentes habituales, que es para lo que sirven los blogs, ¿no?

Lunes de hibernación...

Lunes de hibernación...
... y reflexión.

Año nuevo...

... vida nueva.

Os presento a mi nuevo compañero de piso.

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Se llama Diego, y es un pez naranja, que ha venido directamente de Cádiz (¿hay algo más auténtico que venir desde la "tacita de plata" en tren y metido en un bote de aceitunas?).

Sus padrinos ya se han marchado, a Londres él y a Paris ella. Pero tanto Diego como yo les estamos muy agradecidos por habernos hecho pareja de hecho, y por la compañía que nos haremos mutuamente en estos frios días de invierno.

¡Y es que el concepto de familia está cambiando que es una barbaridad! Sobre todo en estos tiempos modernos que corren últimamente...

"Affair de amigos"

Lo mejor sin duda del fin de semana pasado, aparte del concierto del Sábado noche, fue que el mismo Sábado por la mañana me compré por fin mi cámara digital. ¡Y es preciosa!

Hacía tiempo que me negaba o me hacía el remolón, ya que, puesto que me gusta tanto la fotografía, me negaba a dejar de lado mi estupenda reflex de toda la vida (mi adorada NIKON F-10), que me ha acompañado desde que tengo conciencia, o por lo menos conciencia de querer hacer fotos. Por supuesto que seguiré utilizándola, y seguiré haciendo fotos manuales y en papel, pero a partir de ahora mi vida no será igual con mi nuevo artilugio digital.

Y lo que evidentemente tampoco será igual a partir de ahora es este blog, porque imagino que gradualmente también iré colgando aquí fotos que vaya haciendo con mi nueva cámara. Aunque todo a su tiempo. Tengo aún que sentarme un rato tranquilamente a empezar a bajar algunas fotos al ordenador, y precisamente de lo que no dispongo es de mucho tiempo.

La estrené el mismo Sábado por la tarde en mi casa, haciendo fotos de flores de la terraza y esas cosas, pero las tuve que borrar para dejar espacio en la memoria para las fotos del concierto. Así pués, las primeras fotos oficiales tomadas con mi cámara fueron en el concierto de Corazón y La Casa Azul. Ya me inventaré algo a ver qué hago con ellas.

Y en segundo lugar, lo mejor sin duda del fin de semana, aparte del concierto y de la cámara, fue que el Domingo vino a visitarme mi amiga M de Valencia (bueno, esto de Valencia es temporal). Llegó en el tren del mediodía, y nos fuimos rápidamente para comer a ese sitio maravilloso de arroces que hay en la Calle Lavapiés. Nos acompañó Mr E, y pasamos una tarde la mar de agradable entre pescados, vinos y risas... y alguna que otra revelación interesante.

Ayer Lunes supo la noticia de que por fin le han dado plaza en Sevilla (mucho mejor que Valencia, dónde va a parar). Así pués a partir de ahora será mi amiga M de Sevilla, y a la que evidentemente veré más a partir de ahora.

Para celebrarlo, anoche nos fuimos a cenar al Public, y casualidades de la vida, también se vino con nosotros mi primo J de UK, que estaba de visita esa noche. Fue una reunión familiar y amigal en toda regla. Hacía como cinco (5) o seis (6) años que no se veían, pero, entre la complicidad que tenemos entre los tres (3) y lo bien que nos entendemos en nuestras conversaciones, era como si nunca nos hubiéramos dejado de ver. Una noche feliz.            

Al Este del Edén

Hoy lunes me he levantado enfermo y no he ido a trabajar.
Creo que tengo gripe. Una gripe que arrastro ya desde el Viernes, yo creo, porque he estado todo el fin de semana bastante pocho.

Lo bueno de estar en casa con gripe es que se puede ver cine en televisión, ya que el cuerpo no está para muchas otras cosas, ni para leer, ni para escribir, etc.
Así pués he visto cine entre ayer y hoy. Y digamos que han sido dos días muy de James Dean, porque no he visto otra cosa que historias sobre él o protagonizadas por él.


Ayer Domingo vi un documental muy bueno sobre su vida, titulado "James Dean, Forever Young" ("James Dean, por siempre joven"), que se realizó como tributo al cincuenta aniversario de su desaparición. Y de cuyo epílogo he sacado la enigmática frase que escribí ayer en el post, y que ha hecho dar vueltas en la cabeza a mucha gente, preguntándose qué diablos me había pasado, o qué estaba rondando por mi cabeza. Pués eso, esa frase estaba dedicada a James Dean, y al hecho de vivir a tope, aprovechar las oportunidades, vivir el presente, no lamentarse por lo que hayamos hecho o dejado de hacer, no asustarse por lo que pueda venir, no tener miedo al futuro, ni tener añoranza o morriña de lo pasado, y esas cosas....
Quería hablar de todas esas cosas. Nada más.


En cambio esta mañana de Lunes, mientras sabía que todo el mundo estaba trabajando en sus oficinas, me preparé un buen té y me dispuse a tumbarme en el sofá y sudar mi fiebre viendo una buena película. He disfrutado muchísimo de "Al Este del Edén" ("East of Eden").

Decididamente, como bien dice mi amigo Cosimo, muchas de las verdades de la vida se encuentran en el cine.

"Al Este del Edén" es una de mis películas clásicas favoritas, porque tiene un mensaje que me llega mucho. Me toca muy de cerca, y me emociona siempre que lo veo o me confronto a él.
Creo que es emocionalmente arrolladora, y su mensaje es universal. Está tan en auge hoy en día como cuando se hizo la película, o se escribió el libro en el que se basa: las relaciones padres e hijos (o más bien padre/hijo), las relaciones filiales, la compasión, y la búsqueda de identidad.

Efectivamente es la historia de un chico (Dean) que no se siente querido por su padre, que tiene una relación de amor/odio y celos con su hermano gemelo, y que básicamente está buscando su identidad. Necesita saber quién es.
Aparte del mito fraternal de Caín y Abel, el tema que más me interesa es el de la relación paterno/filial.

Creo que educar a sus hijos debe ser una de las cosas más difíciles que puedan existir. Pero decididamente hay muchos padres que no saben cómo hacerlo.

¿Cómo se puede educar a un hijo? ¿Cómo poder dar amor y comprensión cuando no saben transmitir esos sentimientos?
Evidentemente los padres adoran a su hijos, pero muchas veces los hijos no perciben ese amor, o por lo menos no perciben el amor que querrían percibir o el que deberían recibir. Creo que en esa discordancia entre dar y recibir es donde a veces radica el problema.

Pienso que lo más importante es saber escuchar y valorar a los hijos por como son. No se puede pretender hacer de los hijos una imagen y semejanza de lo que nosotros hubiéramos querido ser o hacer. O transmitirles nuestras frustraciones.

Es importante poder tener un espejo dónde reflejarte, y tener unos progenitores de los que sentirte orgullosos, pero también es importante que ellos se sienten orgullosos de tí.

Cada persona debería ser valorada por ser como es y debería ser comprendida por el carácter que tenga. Para mí, uno de los principales valores es la comprensión, aparte de la tolerancia, claro.

Pero es que, la mayoría de las veces, los padres e hijos están en universos tan distintos que es imposible esa comprensión. A veces creo que es hasta inevitable. Nunca comprenderemos a nuestros padres como nunca ellos podrán comprendernos.

Sé que muchos lo intentan, y hacen lo que pueden, y muestran su amor de la mejor manera que saben. Pero a veces no es suficiente.
Por supuesto hay que ponerse en su lugar, y comprender su ignorancia o los motivos por los que son así o se comportan de esa forma, pero a veces la discrepancia es demasidao grande.

Por supuesto el cariño, el amor y la comprensión deben ser los pilares fundamentales de esa relación. Y sobre todo poder expresarlo y mostrarlo, y también saber decirlo. Y decirlo cuando sea necesario, aunque cueste mucho.
Porque a veces la falta de amor de nuestros padres, o el hecho de sentirnos poco queridos o poco apreciados, puede ser devastador, y nos puede convertir en personas inseguras y llenas de dudas para toda la vida. Es muy triste eso de necesitar ser querido, supliendo la falta de amor que no hubo de pequeños, o pedir amor de rodillas, o suplicar ser querido, como hace el personaje de la película. No hay nada más patético.
Pero esas cosas no se pueden enseñar, o uno se da cuenta por sí mismo e intenta remediarlo, o no se da cuenta.


Nunca he creido en el azar, porque pienso que la suerte no existe, sino que en cierta medida la propiciamos o buscamos nosotros. Pero a veces hay casualidades que me asustan. Por ejemplo precisamente hoy es el cumpleaños de mi padre (¡Felicidades, papá!).
Y encima lo que ha hecho que se me pongan los pelos de punta aún más, ha sido comprobar en un link de una página web que muy gentilmente me ha pasado mi amigo Xabi en mi post anterior, que hoy era también el cumpleñaos de John Steinbeck, el escritor a quién se le ocurrió esta historia, y en cuya novela se basó esta película. Él también tuvo relaciones problemáticas con su padre, pero él al menos supo convertir su problema en una obra maestra.

Enero En La Playa (¡Ojalá...!)

Lo malo de escribir un post como el de ayer, de esos de los de abrirte en canal, es que no sabes por dónde coger al del día siguiente.

Pero digamos, así por encima, que la vida continua, y que seguiremos disfrutando de los pequeños detalles cotidianos, que al fin y al cabo son los que hacen que nuestra vida sea interesante. Así debe ser.

Al salir del trabajo me fui a clase de yoga, que esta vez fue muy tranquila, aunque me sucedió un accidente gracioso. Resulta que haciendo un ejercicio llamado el trípode (una especie de “hacer el pino con la cabeza en el suelo”), le puse tanto entusiasmo a la cosa, que dí una vuelta completa y me caí al suelo de espaldas. No me pasó nada, ni caí encima de nadie, pero espero que eso no tenga algún significado o connotación curiosa. 

Salí de allí con mi amiga Lola, y hablando de nuestras cosas, nos cruzamos con su nuevo chico, al que me quería presentar. ¡Vaya bombón, oiga! ¡Cuídalo, chata, que el tema está bastante complicado!

Me dio tiempo a pasar por casa para cambiarme de ropa y quedé con J y su chica para salir a cenar algo por ahí.

Tras una vuelta por la zona de la Latina decidimos finalmente cenar en El Matritum que, aunque está muy bien y todo el mundo habla maravillas de él, pués no sé, no sé. Para mí le falta algo. Siempre que como allí me quedo con la sensación de que no estaba demasiado bueno, de que hay sitios mejores para comer por esa zona, y tal. Aún así, está bastante rico todo. Parece ser que hay un helado de violetas de los de rechuparse los dedos, o la lengua, puesto el caso.

No veía a Jo desde justo antes de Navidad, y nos contamos cómo habían sido nuestras fiestas navideñas varias, y nuestras situaciones/relaciones sentimentales, bastante activas mutuamente. Me dio alegría constatar que pese a conocerse desde hace tan poco, él y Mademoiselle S siguen tan enamorados como al principio. Les veo muy bien juntos. 

Mi primo me trajo ayer un regalo precioso: una cámara de fotos de las que ya no se hacen, de esas manuales totales, de metal y que pesan mogollón. Una rusa, de un modelo descatalogado, el Fed 5B, de esos que se pueden considerar vintage, que había pillado por Ebay. ¡Es preciosa, preciosa! Me ha encantado, y espero poder hacer fotos bonitas con ella.

Como veis, en temas de fotografía yo sigo siendo de los de antigua usanza, es decir de los de las cámaras reflex manuales y tradicionales de toda la vida. Pero es que con mi Nikon F10, mi Lomo de 9 ventanas y mi nueva Fed 5B soy muy feliz. No me hacen falta las cámaras digitales.

Supongo que debo ser de los pocos que aún no tenga una cámara digital. Aunque me he prometido a mí mismo que en el 2006 me compraba una de esas de modelo pequeño extraplano con una pantalla grande detrás, que me parecen preciosas. Sobre todo para poder llevarla escondida y hacer fotos a la gente sin que se den cuenta, y en sitios de esos a los que es difícil acceder.

Cuando tenga esa cámara prometo llevarla siempre conmigo y hacer fotos en todas partes, y por supuesto me acompañará a todos los conciertos a los que acuda en este año y los que vienen. (Una de las cosas que más lamento del año pasado es no haber tenido conmigo una cámara de esas para haberle hecho fotos a Rufus Wainwright en los dos (2) conciertos en los que le ví en Madrid).

Además de la foto, me regaló un cd de Françoiz Breut, el "Une saison Volée" y el de Nouvelle Vague, que aunque ya lo tenía, me ha traido la edición inglesa que venía con un par de canciones más que en la edición que sacaron aquí en España. ¡Toma ya!

Yo ya le había dado por Navidad una camiseta de Stüssy preciosa, pero anoche le regalé también un cd que me está volviendo loco últimamente, el de Facto Delafé y Las Flores Azules, que a mí me encanta. Espero que al oirlo le transporte a otros lugares y otras épocas, y le lleve un poquito de sol de verano de la costa mediterránea y de nuestros veranos calientes, cuando esté allá un UK cualquier día de esos esperando el autobús en un día gris y lluvioso.

Así pués, en pleno mes de Enero todavía andábamos dándonos regalos.

Llegué a casa sobre la una de la mañana, y ya me esperé despierto para ver qué decían en Días de cine sobre LA película que estrenan hoy. Por fin pude ver un programa de esos, y pude aguantar despierto hasta el final, aunque los ojos se me cerraban de cansancio.

La espera mereció la pena, porque el reportaje sobre el western y la homosexualidad estuvo muy bien. Y me alegró oir de boca de nuestro amigo Antonio Gasset (de quién me gusta todo lo que dice, y con quién coincido en casi todos sus gustos cinéfilos) que Brokeback Mountain es una de las mejores y más sensibles películas que ha visto en muchos años. Una historia de amor estremecedora, con independencia de los sujetos que se aman.

En fín, esta misma noche lo comprobaremos con nuestros propios ojos.

You and I have never been formally introduced...

... but I feel confident my writing you will not be irregular. You see honey, I’m your daddy. And I want to welcome you into the family, I know you are going to be a pretty addition. I don’t even know your name yet - maybe you don’t even have a name yet - anyhow I am going to leave that up to your mother. You two girls are very likely thrashing that out right now - but don’t take advantage of your mother about it. "Mike," (that’s your mother) is really just a girl herself though I expect she feels quite grown up, being a mother. I am sorry I couldn’t be there to personally greet you, but I have to help "make the world safe for democracy" - (that one will be about 50 years old before you appreciate it). Sleep tight, darling, and dream of all the big things that are before you.
Bless you, precious

Your DAD
England, Nov 29, 1943


Leo esta carta al empezar el número 58 de la revista BIG, titulada "Lauren Hutton, The Beautiful Persists".
Está dedicada en exclusiva a Lauren Hutton, ese modelo de mujer y esa mujer modelo, que - como actriz y modelo - ha inspirado a generaciones enteras de admiradores desde los años sesenta (60) hasta nuestros días (entre ellos me incluyo).

Resulta que esta carta se la escribió su padre antes de que ella naciera, cuando tuvo que partir a Europa a luchar en la Segunda Guerra Mundial. Dejaba a su mujer embarazada y escribió esta carta a ese futuro hijo - o hija - suyo al que nunca vería. Evidentemente nunca volvió de la Guerra.
Esa hija que nacería sin conocer a su padre fue Lauren Hutton.

Me parece lo más triste del mundo.

Navidad en el recuerdo

Ya pasó la Navidad. ¡Por fín! ¡Cada vez tengo más claro que no me gustan nada estas fiestas!

Ahora a pasar página y a seguir avanzando, mirándo con ánimo e ilusión al nuevo año. Hay que seguir siempre hacia adelante.

He pasado este fin de semana con mi familia, y lo cierto es que ha sido estupendo. Muy fugaz, pero muy bueno. Como diría La Prohibida ha sido todo "como un Flash", rápido y eléctrico, pero lleno de emoción. (Aunque en verdad todo pasa tan rápido que casi ni te enteras).

Ya de entrada el viaje empezó bien. Justo cuando esperaba a que saliera el tren en la estación de Atocha, recibo una llamada de mi amiga cuyo nombre empieza por A y acaba por A, y con una N en medio, de quién hacía más de un (1) año que no tenía noticias, y a quién lamentablemente temía haber perdido como amiga. Pués resulta que no, que siempre ha estado ahí, que hasta me dice que lee este blog de vez en cuando -y yo sin saberlo-, y que ha estado muy pero que muy al tanto de mi vida últimamente. Me encanta que el nuevo año sea el año de nuestro reencuentro, porque es una persona (y una familia) a la que quiero mucho y no querría haberlas perdido así como así. Fue el típico momento que te demuestra que la Navidad al fin y al cabo tiene algo mágico.

Con esa alegría me metí en el tren y llegué a Sevilla donde me esperaba mi prima Elisa (¡hello, si lees esto!), con quien tuve muy buena charla mientras conducía, y así hasta que llegué a casa. Aquí llegó el momento un poco más triste, porque no me esperaba nadie. O más bien, mi padre decidió acostarse antes de esperar a que yo llegara, para ni siquiera darme un beso o decirme hola. Pero bueno, esa es otra historia, que no me apetece contar aquí.

Lo bueno es que al entrar a mi habitación me esperaba un regalo encima de mi cama (de hecho el único regalo que he recibido) que es muy original y me ha gustado mucho. Me lo había enviado mi hermano pequeño (Miguel) y su novia, con quiénes no iba a coincidir en las Navidades, y es un ejemplar de un diario y una revista del día exacto en que yo nací (hace ya mucho tiempo). Es genial, porque es un estupendo documento revelador de qué pasó en el mundo ese mismo día en que yo llegaba a él. ¡Me ha encantado! Se trata de la revista La Codorníz y el periódico ABC, que aunque no es precisamente santo de mi devoición (más bien todo lo contrario), ¡qué coño!, era el único que había. (Para los curiosos: La portada del periódico ese día era la foto de la llegada a la tierra (en algún sitio de EEUU) de los primeros astronautas que habían estado en la luna y que aterrizaban de su viaje). ¡Muchas gracias M y MJ, por vuestro regalo!    

Rápidamente llamé a mi hermana Alicia y para su casa que me fuí, a cenar y a beber cervezas, y a disfrutar con ellos, y a disfrutar de una buena charla, y a disfrutar de los niños, y a darles los regalos y esas cosas. A partir de aquí ya todo fue una sucesión de quedar con gente de mi familia y de comer y de beber, y de no parar.

Al día siguiente volví a comer con ellos y fui a visitar a mi tía Fran. Aunque tiene Alzheimer y está perdiendo la cabeza, y prácticamente no reconoce a nadie, me hizó mucha ilusión, y me dió mucha pena al mismo tiempo, ver cómo se le iluminaba la cara al verme trás tanto tiempo y cómo me reconocía e intentaba hablarme. Le costaba mantener una conversación razonable, pero me dí cuenta que lo que expresaba tenía una lógica; y aunque se le estén destruyendo muchas neuronas, me demostró que algunas, por lo menos las del cariño, las tenía intactas y muy activas. Evidentemente no pude reprimir más de una lágrima.

Espero que no sufra mucho en el tiempo que le quede de vida, y que sea mucho.

De allí me fuí a visitar a mis primos (que también son casi como hermanos para mí, porque por edad y cercanía nos hemos criado juntos), con quienes pasé toda la tarde poniéndonos al día de nuestras cosas, y pasando el rato con sus hijos, a quienes veo muy poco. Es increíble pero a veces sucede que en cuestión de minutos (y mi viaje relámpago fueron cuestión de horas) nos tenemos que poner al día de todo lo que pasa en nuestras vidas. Y evidentemente ellos querían saber todo, todo, de mí: que cómo voy en el trabajo, que cómo va mi vida en Madrid, que cómo voy en cuestión de amigos, en cuestión de amores, que si soy feliz con mi vida, etc... En fín, que es muy difícil poder resumirles en apenas una hora toda mi vida de este año tan complicado, pero algún esbozo sí que les dí. Me alegró mucho volver a verlos a todos juntos -creo que hacía cuatro (4) o cinco (5) años que no sucedía-.

De allí llegué con el tiempo justo a la cena de Navidad propiamente dicha, en casa de mi hermana Cristina, con su marido y sus hijos, mi padre y yo. Resultó todo muy bueno, y pasamos una velada muy agradable. Al final me quedé hasta tarde, y la mejor idea era quedarse a dormir allí. Así que pasé mi noche de Navidad durmiendo en la (pequeña) cama de mi sobrino Pablo, de ocho (8) años, rodeado de osos y muñecos de peluche, ruedas de bicicletas y monopatines, y balones de todos los tamaños y colores, (¡buen sitio para pasar la noche de Navidad!).

Aún así tuve una noche de sueño difícil, y me costó mucho dormir. En un momento dado me puse a leer algunos cuentos de mi sobrino, y me dí cuenta que había heredado mis cuentos de cuando yo era pequeño (con unos dibujos alucinantes), y rápidamente la memoria me llevó a mi infancia, y me recordó la cantidad de veces que yo releía aquellos cuentos, y me dí cuenta que todo aquello influyó también en que hoy yo sea como soy, con todo lo que eso implica. Me ha traido algunos de recuerdo, porque realmente son fantásticos.

Al amanecer desayunamos en la cocina como una familia (algo que echo de menos en mi vida solitaria en Madrid) café con tortas (una cosa de harina frita que se hace en mi pueblo y que mi madre hacía cuando eramos pequeños, y que a mí me encantaban). O sea, que para mí esos son de verdad los momentos entrañables de la Navidad, y el exacto sentido que yo le encuentro a esas fiestas; que por supuesto nunca volvieron a ser iguales desde que mi madre murió.

Con el tiempo justo para volver a mi casa a hacer la maleta y prepararme, me dió tiempo de despedirme de los que ya no iba a ver más y volver a casa de mi hermana mayor para la comida de Navidad, con sus chuletas de cordero y todo. Después de la comida vi con mis sobrinos Pablo y Kike una peli de sobremesa y de Navidad, "Blancanieves y los siete enanitos", que me gustó mucho y también me evocó tiempos pasados.

Al darnos cuenta que esa tarde no había autobús que me llevara a Sevilla, y ya que mi tren salía a las nueve (9) de la noche, mi cuñado y mi sobrino mayor se ofrecieron gustosamente a llevarme en coche a Sevilla -¡casi hora y media (1,5) de viaje!-. ¡Muchas gracias por ello!.

Cuando llegué a mi casa ya casi había terminado el día de Navidad, y evidentemente estaba demasiado cansado para hacer otra cosa que irme a mi cama a dormir, ya que al día siguiente me levantaba temprano para trabajar.

Aparte de mi hermano pequeño (Miguel) y su novia, me ha faltado ver a mi hermana Angeles y a sus hijos, que viven fuera y justo llegaban hoy. Una pena, pero espero poder verlos pronto. Aunque no los he visto en persona, esta ha sido una Navidad que ha evocado en mí el gran espíritu fam¡liar que llevo dentro, y que quizá porque nos vemos tan poco, sale a relucir cada vez que los veo, y me demuestran que me quieren.      

Cuando éramos jóvenes



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No os perdáis el fabuloso concurso que se ha montado el no menos fabuloso Mogkumo en su blog.

Yo he participado con esta estupenda foto en la que salgo con mi primo Joaquín. Evidentemente, como se aprecia en la imagen, nuestro amor viene de largo. No recuerdo cuándo se hizo esta foto, pero debemos tener como unos ocho (8) o nueve (9) años, y fue tomada en mi casa de campo en Cádiz, al borde de la piscina.

Sé que la competencia será grande, pero en fín, a ver si hay suerte y nos llevamos el primer premio - aunque sea en la sección de parejas -.

¡Hay que seguir el concurso con atención, please!

¡Cenas, fiestas, .....trabajo,.....no te defines!

Me acabo de dar cuenta que estoy estresado. Llevo todo un día intenso, realmente con mucho trabajo.

En veinte (20) minutos voy a clase de yoga (¡a ver si me relajo un poco!) y después he quedado para cenar con mi primo Joaquin, que está hoy otra vez de paso en Madrid. También se vienen su Mademoiselle S. y mi sobrino K. Posiblemente también se una mi Mr. E. ¡O sea que vaya reunión familial nos vamos a montar! ¡Seguro que pasamos una velada agradable! O sea, que lo de escribir esta noche, nada, de nada.

Mañana tengo la tradicional comida de Navidad de mi empresa, que normalmente deriva en unas dos (2) o tres (3) copitas. O sea que posiblemente lo de escribir mañana noche, nada, de nada.

Pasado mañana tengo la fiesta de Navidad de todo el grupo (al que pertenece mi empresa), que tradicionalmente deriva en unas tres (3) o cuatro (4) copitas, y baile incluido. O sea que posiblemente lo de escribir pasado mañana noche, nada, de nada.

Así que ya me diréis. ¡Vaya semanita que me espera! Dios, ¿de dónde sacaré yo tiempo para escribir sobre el pasado fin de semana?   

El calor del verano hierve la sangre y altera los cuerpos

Ayer Martes fue un día bastante intenso.

Poco antes de terminar mi jornada laboral (sobre las dos (2) de la tarde) empecé a recibir mensajes desesperados en el móvil de un amigo pidiendo ayuda, diciéndome que si podía hablar conmigo cuanto antes porque necesitaba desahogo y consuelo.
Reconozco que me asustó bastante, y me temía lo peor, que había sucedido algo terrible, o algo incluso peor (el tono de los mensajes, y el no poder contactarle por teléfono ayudaron a esa incertidumbre).

Le cité a las cuatro (4) de la tarde en mi casa para poder hablar tranquilamente, mientras yo me preparaba mi almuerzo.
Así sucedió, y mientras yo empezaba a comer, a la hora en que otra gente toman el té o la merienda, empezó a relatarme lo sucedido.

La situación es muy grave, pero no más de lo que sucede en casi todas las familias. Sobre todo en las familias que tienen algún problema, casi todas. Y es que es casi "normal" que haya enfrentamiento y peleas entre padres e hijos.
Lamentablemente es "casi" ley de vida (es muy, pero que muy raro, que existan unos padres avanzados y modernos con los que se pueda hablar sin problemas).
Supongo que forma parte de la evolución y la madurez, pero realmente hay padres que no quieren, o no saben, dejar madurar a sus hijos.

Mi amigo ha cambiado, ha madurado. Ha mejorado, y ya no es el mismo. Y los padres tienen miedo.
Para él su vida en la misma ciudad y en la casa de sus padres ya no tiene ningún sentido, prácticamente no tienen nada que ver. Y eso los padres lo saben y les aterra.

No me queda más remedio que recomendarle que tiene que usar esas alas que ha ganado hace poco y echar a volar del nido.

Es ley de vida, y hay que hacerlo para madurar.
Por supuesto que los padres no lo entienden y piensan que somos unos ingratos por irnos de casa, pero a la larga lo entenderán y lo comprenderán. No hay más remedio.


Conforme iba pasando la tarde nos relajamos un poco más y acabamos hablando de cosas más banales e insignificantes. Preparé café, pusimos música y estuvimos viendo algunas de las fotos de mi viaje, hasta que me di cuenta que estaban dando las ocho (8) de la tarde, y a esa hora había quedado con otros amigos para ir al cine.
Pero eso ya es otra historia, y es objeto de otra página...