A house at the end of the world
Anoche hicimos quedada queer para ver LA película queer del momento, "Una casa en el fin del mundo". Y aunque no es un peliculón, no defrauda para nada, más bien todo lo contrario.
Es una estupenda y entretenida comedia, divertida y emotiva a partes iguales.
Pero lo malo es que su novel director desperdicia la estupenda historia que tiene entre manos, basada en, parece ser (no la he leido), una estupenda novela de Michael Cunningham del mismo título.
Y es una pena, porque aunque, como digo, divertida y entretenida por momentos, la peli se reduce a una serie de estereotipos de todo lo que os podéis imaginar sobre unos chicos homosexuales en el Nueva York de los años ochenta. Es decir, música, drogas, ropa horterilla y/o llamativa, sexo, sida, dudas sobre sus orientaciones sexuales, casas llenas de colorines, madres comprensivas, etc, etc, etc...
Hombre, dicho así parece que estoy hablando de una nueva versión de Queer as Folk de hace unos diez años antes; pero no, la peli es bastante curiosa, y hasta merece la pena.
Lo cierto es que plantea muchos temas, y casi todos ellos muy interesantes, aunque la mayoría de las veces no profundiza en las relaciones o en las motivaciones o actos de muchos personajes, y te deja una sensación como de que se queda en la superficie, sin entrar en el meollo de las situaciones.
De todas formas se deja ver muy bien, y la época (o el lugar) en que se desarrolla son realmente inolvidables - para los que los hayamos (o los hayan) vivido, claro -.
Sin duda lo que más me gustó de la peli es el mensaje que intenta transmitir de que una familia es todo aquello que tú quieras que sea una familia. Sin seguir la norma tradicional y sin reglas ni leyes estrictas. Y así debería ser.
Mención aparte merece por supuesto Robin Wright-Penn, una de las mejores actrices que existen en el cine actual, y que aunque es una actriz superlativa, aquí está, por momentos, un poco desperdiciada, todo hay que decirlo.
Y otra mención merece por supuesto también Colin Farrell, que si a mi nunca me ha gustado mucho, después de ver lo mal que actua en esta peli ya es que me gusta aún menos. Va de sensible/bondadoso/casi un Mr Right, pero lo cierto es que le falta profundidad, y, gracias a su actuación, su personaje parece por momentos un pelele.
Hombre, el chaval buenorro lo está un rato, y debo confesar que hasta en un momento en concreto se me escapó un gritito nervioso en el cine (bastante patético, todo hay que decirlo), cuando en una escena determinada creí que iba a enseñar la polla en un primer plano.
En fín, supongo que no se debe pedir mucho más a la noche de un domingo un poco cansado y resacoso. O sea, diversión, entretenimiento, buena compañía y algo ligerito. Profundidades, las justas...
Es una estupenda y entretenida comedia, divertida y emotiva a partes iguales.
Pero lo malo es que su novel director desperdicia la estupenda historia que tiene entre manos, basada en, parece ser (no la he leido), una estupenda novela de Michael Cunningham del mismo título.
Y es una pena, porque aunque, como digo, divertida y entretenida por momentos, la peli se reduce a una serie de estereotipos de todo lo que os podéis imaginar sobre unos chicos homosexuales en el Nueva York de los años ochenta. Es decir, música, drogas, ropa horterilla y/o llamativa, sexo, sida, dudas sobre sus orientaciones sexuales, casas llenas de colorines, madres comprensivas, etc, etc, etc...
Hombre, dicho así parece que estoy hablando de una nueva versión de Queer as Folk de hace unos diez años antes; pero no, la peli es bastante curiosa, y hasta merece la pena.
Lo cierto es que plantea muchos temas, y casi todos ellos muy interesantes, aunque la mayoría de las veces no profundiza en las relaciones o en las motivaciones o actos de muchos personajes, y te deja una sensación como de que se queda en la superficie, sin entrar en el meollo de las situaciones.
De todas formas se deja ver muy bien, y la época (o el lugar) en que se desarrolla son realmente inolvidables - para los que los hayamos (o los hayan) vivido, claro -.
Sin duda lo que más me gustó de la peli es el mensaje que intenta transmitir de que una familia es todo aquello que tú quieras que sea una familia. Sin seguir la norma tradicional y sin reglas ni leyes estrictas. Y así debería ser.
Mención aparte merece por supuesto Robin Wright-Penn, una de las mejores actrices que existen en el cine actual, y que aunque es una actriz superlativa, aquí está, por momentos, un poco desperdiciada, todo hay que decirlo.
Y otra mención merece por supuesto también Colin Farrell, que si a mi nunca me ha gustado mucho, después de ver lo mal que actua en esta peli ya es que me gusta aún menos. Va de sensible/bondadoso/casi un Mr Right, pero lo cierto es que le falta profundidad, y, gracias a su actuación, su personaje parece por momentos un pelele.
Hombre, el chaval buenorro lo está un rato, y debo confesar que hasta en un momento en concreto se me escapó un gritito nervioso en el cine (bastante patético, todo hay que decirlo), cuando en una escena determinada creí que iba a enseñar la polla en un primer plano.
En fín, supongo que no se debe pedir mucho más a la noche de un domingo un poco cansado y resacoso. O sea, diversión, entretenimiento, buena compañía y algo ligerito. Profundidades, las justas...
7 comentarios
trapalleiro -
trapalleiro -
dpna -
también apunté vivre sa vie... y la consumación me supo a gloria, oye, éso es cine puro... gracias por la recomén.
MM -
El señor Farrell está claro ke está donde está por chulazo, porke pa demostrar ke sabe actuar todavía le keda.
jko -
Es verdad como dice "el novio" que siempre eres generoso en tus valoraciones, pero bueno, hasta que no la vea no puedo opinar... yo creo que sí le das caña un poquillo, lo cual ya está bien, no??
MAL -
EL NOVIO DE TRACY -
Por cierto, ¿por qué será que últimamente en todas las queer-movies que vemos nos sale Dusty cantando? ¿Será un anticipo del próximo AngLee?