Matrimonio
"El amor es Física, el matrimonio Química."
Alejandro Dumas
Si el matrimonio es la medida del amor, ese sentimiento está muy vivo en mis amigos P & M. Su boda del sábado noche en un cortijo sevillano fue una celabración de su felicidad compartida.
Podremos estar a favor o en contra, pero lo que no hay duda es que SÍ es motivo de celebración que, gracias a gobernantes inteligentes y tolerantes, y a sus leyes progresistas, hoy en día dos personas del mismo sexo puedan celebrar en este país esa opción como cualquier otra. Es un derecho, y cada uno puede materializarlo si le da la gana.
Yo no sé si lo haría, o al menos no por el momento, pero me alegra que haya gente que lo haga y que tenga ganas de celebrarlo.
Esta ha sido mi primera boda homosexual, y me alegro mucho de haber participado en ella. Aunque al fin y al cabo no ha sido muy distinta a cualquier otra boda. Y quizá eso es lo bueno.
La celebración en sí fué muy sencilla e íntima. Rápida y emocionante. Con una simple mesa y algunas sillas en un sencillo escenario sobre frondoso césped y rodeados de palmeras. Realmente emotiva cuando dos de sus amigas leyeron sendos poemas de amor.
Nada de religión, nada de frases estridentes ni imposiciones. Sólo amor y sencillez.
Pero por lo demás todo fue absolutamente idéntico a cualquier otra boda "convencional". Salvo quizá que aquí no hubo ramo de novia ni velo, todo lo demás fue igual que siempre: desde el cóctel en los bonitos jardines, hasta el banquete con sus mesas engalanadas en un patio lleno de buganvillas, pasando por la abundante comida y bebida o el clasicismo de los trajes de los chicos y las sedas y volantes de las chicas.
Me llamó, en cambio, la atención que no hubiera la famosa tarta de pisos, una de mis cosas favoritas de cualquier boda. Pero después me enteré que es que eso ya no se lleva, y que ya no hay boda donde se coman ese tipo de tartas de merengue. Una pena.
Lo que más me gustó fue la música. Y es que ésta ha sido la primera boda de mi vida donde no he tenido que tragarme al Bisbal de turno o al éxito (pedorro) del verano o del momento, y en cambio sí que bailamos al son de las canciones que fueron hechas para bailarse y disfrutarse. Con éxitos como "Like a prayer", "It’s raining men", "Y.M.C.A.", "Love is in the air", "Can’t take my eyes off you" y compañía, cualquiera se resistía.
Supongo que por algo era una boda gay. Se tenía que notar por algún lado, aparte de por tanto chico guapo, y tanta chica elegante y bien vestida.
Y es que sin duda ésta será una de las bodas más interesantes a las que he asistido, o por lo menos especial, ya que casi todo el mundo era gente joven, o de la misma edad, y había muy poca gente mayor. En verdad era más bien como una reunión de amigos más o menos bien avenidos.
Realmente me lo pasé bien, y disfruté, o intenté, cada momento.
Y todo esto a unas horas antes de que la Kidman celebrara también la suya, aunque fuera en las antípodas y estupendamente vestida por un tradicional traje blanco (o crudo) de Balenciaga. Ésta sí que sí.
¡¡Definitivamente hay algo especial en las bodas!!
Alejandro Dumas
Si el matrimonio es la medida del amor, ese sentimiento está muy vivo en mis amigos P & M. Su boda del sábado noche en un cortijo sevillano fue una celabración de su felicidad compartida.
Podremos estar a favor o en contra, pero lo que no hay duda es que SÍ es motivo de celebración que, gracias a gobernantes inteligentes y tolerantes, y a sus leyes progresistas, hoy en día dos personas del mismo sexo puedan celebrar en este país esa opción como cualquier otra. Es un derecho, y cada uno puede materializarlo si le da la gana.
Yo no sé si lo haría, o al menos no por el momento, pero me alegra que haya gente que lo haga y que tenga ganas de celebrarlo.
Esta ha sido mi primera boda homosexual, y me alegro mucho de haber participado en ella. Aunque al fin y al cabo no ha sido muy distinta a cualquier otra boda. Y quizá eso es lo bueno.
La celebración en sí fué muy sencilla e íntima. Rápida y emocionante. Con una simple mesa y algunas sillas en un sencillo escenario sobre frondoso césped y rodeados de palmeras. Realmente emotiva cuando dos de sus amigas leyeron sendos poemas de amor.
Nada de religión, nada de frases estridentes ni imposiciones. Sólo amor y sencillez.
Pero por lo demás todo fue absolutamente idéntico a cualquier otra boda "convencional". Salvo quizá que aquí no hubo ramo de novia ni velo, todo lo demás fue igual que siempre: desde el cóctel en los bonitos jardines, hasta el banquete con sus mesas engalanadas en un patio lleno de buganvillas, pasando por la abundante comida y bebida o el clasicismo de los trajes de los chicos y las sedas y volantes de las chicas.
Me llamó, en cambio, la atención que no hubiera la famosa tarta de pisos, una de mis cosas favoritas de cualquier boda. Pero después me enteré que es que eso ya no se lleva, y que ya no hay boda donde se coman ese tipo de tartas de merengue. Una pena.
Lo que más me gustó fue la música. Y es que ésta ha sido la primera boda de mi vida donde no he tenido que tragarme al Bisbal de turno o al éxito (pedorro) del verano o del momento, y en cambio sí que bailamos al son de las canciones que fueron hechas para bailarse y disfrutarse. Con éxitos como "Like a prayer", "It’s raining men", "Y.M.C.A.", "Love is in the air", "Can’t take my eyes off you" y compañía, cualquiera se resistía.
Supongo que por algo era una boda gay. Se tenía que notar por algún lado, aparte de por tanto chico guapo, y tanta chica elegante y bien vestida.
Y es que sin duda ésta será una de las bodas más interesantes a las que he asistido, o por lo menos especial, ya que casi todo el mundo era gente joven, o de la misma edad, y había muy poca gente mayor. En verdad era más bien como una reunión de amigos más o menos bien avenidos.
Realmente me lo pasé bien, y disfruté, o intenté, cada momento.
Y todo esto a unas horas antes de que la Kidman celebrara también la suya, aunque fuera en las antípodas y estupendamente vestida por un tradicional traje blanco (o crudo) de Balenciaga. Ésta sí que sí.
¡¡Definitivamente hay algo especial en las bodas!!
11 comentarios
lifeonmars -
Yo creo que el 60% de los chicos que había allí eran gays. Y hasta los camareros (todos vestidos elegantemente de completo negro) creo que habían pasado un riguroso casting, para ser guapos y lo suficientemente gays o al menos gay friendly.
Lo dicho, aquello era Jauja. ¡Nunca me sentí tan "a gusto" en una boda!
lifeonmars -
Y tranquilo que ya vendrá alguna de esas....
Sí, te invitaré a la mía, pero a cambio tú harás las ofrendas florales murcianas...
;-))
lifeonmars -
Hombre, hubo un momento un poco triste y de desencanto, por lo que tú ya sabes. Pero allí estábamos los amigos para hacer que su noche fuera especial. Y de verdad que lo fué.
lifeonmars -
Pero aún así tienen algo de entrañables.
Y a lo de reivindicación me uno a tu reflexión. Pero para reivindicación, verás la que vamos a armar a partir de mañana por tu barrio, ¡que no te van a dejar dormir de tanta reivindicación....! ;-))
lifeonmars -
La mía para nunca, o para muy, muy tarde.
Pero si la hiciera sería en la playa de Tarifa o de Ibiza o Formentera.
Si me tuviera que vestir de algo, lo haría sin duda en traje negro de Hedi Slimane para Dior.
El himno para la llegada al Ayuntamiento sería el Blue Monday de New Order, o algo de Prince, por ejemplo.
Me gustaría que las fotos las hiciera Nick Knight, evidentemente. O también Jean-Baptiste Mondino, que me cae muy bien.
Y el oficiante ideal sería Jude Law, todo de negro, por poner sólo un ejemplo.
Pero hasta entonces, do you want to marry me?
lifeonmars -
¿De verdad me véis de marido sufridor y celoso, amo de su casa? ¿O más bien me queréis ver como marido machito y prepotente?
No, no, no..., el matrimonio no es para mí.
jko -
Skywalker -
Estoy deseándo ir a una boda gay.. y si es la tuya, mejor.
jko -
enhorabuena a los casados!
MAL -
C.K. Dexter Haven -