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lifeonmars

El tiempo que queda

¿Cómo afrontarías tú cuando un médico te dice que te quedan tres (3) meses de vida? ¿Qué harías? ¿A quién hay que decírselo? ¿Cómo aprovechar el tiempo que te queda? ¿Cómo poder arreglar tu vida? ¿Cómo compartir esos momentos con los seres queridos? ¿Cómo dejar tu vida arreglada? ¿Cómo disfrutar a tope esos últimos días que te quedan?....

Estas y otras muchas cuestiones son las que amenazan al protagonista de la película que vimos en el cine el día de Reyes. Se titula "Le temps qui reste", y es la última historia del prolífico François Ozon (creo que el francés va a película por año).
Esta está bastante bien, pero no apasiona. Como siempre en casi todo su cine, le falta algo para que sea perfecta, anque tiene algunos momentos excepcionales.

Ya la sipnosis te pone a preaviso, y es todo un acierto: "Romain, un jóven fotógrafo de treinta (30) años, de repente se entera de que sólo le quedan unos pocos meses de vida".

¡Toma ya!


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Aunque ya de antemano sepas de qué va o qué va a pasar en la película, te queda todo un mundo por descubrir; ese en el que esa persona decide cómo afrontar y qué hacer con esos meses que le quedan. Quizá no coincida con lo que haríamos otros en una situación tan siniestra, pero por lo menos es su decisión, y al final aprendes a respetarla y a comprender por qué lo hace y actua así.
La historia no es para nada triste ni melodramática, ni sensiblera. Esta rodada de una forma muy limpia y sincera, y transmite mucha dignidad.

Realmente "El tiempo que queda" es eso: esos meses que median entre la transmisión de una horrible noticia y su plácido y solitario desenlace.
Entre medias el director no nos oculta nada, ni los malos humores de su protagonista, ni su "alocada" forma de vida, ni sus dudas, ni sus renuncias, ni sus miedos. Es decir, lo que nos pasaría a cualquiera.

Es una historia hecha de silencios y de pequeñas heroicidades, y destaca por la sensibilidad con que muestra lo directamente no mostrable por el cine, la dura e inapelable verdad de la muerte.
No deja de ser una película sobre una persona que aprende a llevar luto por sí misma, pero no intenta en ningún momento provocar la lágrima fácil ni la identificación con el personaje. Más bien al contrario, hay veces que su protagonista se hace insoportable e irritable, incluso antipático, pero la maestria de la historia está en que conforme más aprendes sobre su historia quizá más aprendes a comprenderle.
Es tierna y dura a la vez. Es decir, como la vida misma.

A mí me ha gustado, aunque, como digo, no me apasionó. Hubo momentos o situaciones que no comprendí, pero otros que me emocionaron más. No es perfecta, pero es muy correcta.

Así pués, creo que es una película que hay que ver. Además su protagonista está muy bien (en todos los sentidos).

Y por último, aunque sólo sea por ver la secuencia final, ya merece la pena desplazarsde a un cine para verla. Creo que es la escena más bonita que ha rodado François Ozon en toda su filmografía, ¡y mira que ya van muchas!
¡Creo que difícilmente se me olvidará!

2 comentarios

lifeonmars -

Gus, soyez-le bienvenue!
¡Qué alegría verte por aquí! ¡Feliz Año para tí también, y para A!
Efectivamente a la película le faltó algo. El personaje estaba realmente solo, y no quería a nadie, creo que ni siquiera así mismo. Aunque pienso que lo bonito de la historia es que conforme se va desarrollando aprende a quererse un poco más.
De todas formas me parece interesnate mostrar esa historia tan dura de alguien tan repulsivo, cuando lo sencillo hubiera sido una historia melosa de amor, sufrimiento e identificación con el personaje.
De toute façon, esperamos mejores cosas de F.Ozon. Mis favoritas son "Gouttes d'eau sur une pierre brûlante" y "Sous la sable". ¡Las he visto todas!
Bissous.

Gus -

Y aprovecho para desearte un 2006 muy feliz!!!
Vi la pelicula y como tu dices quiza peca de no querer arrancar la lagrima. Paso al extremo puesto. O bien me perdi algo o ese hombre no queria a nadie. Quizas todos actuasemos asi, pero es como si su confrontacion con su propia muerte le pusiese mas delante de si la realidad de su soledad y de lo poco que queria a la gente que otra cosa. Lo mas bonito fue su escena con la abuela Jeanne Moreau. Y es que no habia muchas cosas muy "bonitas", la escena final tambien por supuesto, pero quiza sea por esto que no te apasiono. A mi tampoco, porque le faltaba justo eso, pasion.
Un besote.