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Antony, un Ser único

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Es el único calificativo que se me ocurre para denominar a Antony y al concierto que nos regaló anoche en Madrid.

Es un ser único. Podría ser hombre/mujer, da igual. Está por encima de todo eso.
Es una de esas personas que son tan especiales y tan sensibles, y tan distintas al resto de los mortales, que sólo por existir ya deberíamos estarle agradecidos. Hacen falta mucha más gente así frente a tanto anodismo y sociedad gris y prefabricada.

Es una persona tan tímida que prácticamente no nos dejó ver su cara, escondida trás ese negro pelo largo. A mi no me importó, e incluso creo que le añadía aún más misterio y belleza.
La puesta en escena era correcta y bonita, y él/ella iba vestido/a con un punto entre siniestro/grunge/romántico muy curioso (llevaba un look que me recordó mucho a mi adorado Ralf Simons). Todo muy negro y muy rojo al mismo tiempo, supongo que un guiño a su público español. (Por otro lado un público un poco decepcionante a veces, aunque entregado al final).


Es un músico estupendo, con una voz única, que interpreta su música, la mayoría de las veces, de una forma escalofriante.

Su concierto fue especial, en un teatro clásico, que aturdía por momentos y que por otros le venía al pelo. Su música me hizo experimentar muchas sensaciones al mismo tiempo. Por momentos me entró sueño, les pasó lo mismo a Telecine y a JA, y por momentos me emocionó y puso la carne de gallina. Nos costó entrar en su puesta en escena y repertorio (supongo que la hora y el espacio se prestaban a ello), pero la mayoría de las veces me emocionó.
La que más me estremeció fue "Hope there’s someone", una de mis favoritas. Estoy de acuerdo con Telecine en que es una canción espeluznantemente bonita.

Hubo un momento muy especial cuando nos pidió al público que le acompañáramos en una canción que interpretaría a capella, haciendo las bases (¡huuummmmms esencialmente!), con distintos tonos según éramos chicos o chicas.
Por supuesto yo intenté acompañarle en todo momento, pero curiosamente me salían mejor los tonos bajos de chica que los graves. El hecho de ir coordinando la respiración con el control de la laringe me produjo una sensación muy agradable.
Evidentemente el público ñoño no acompañaba, y hubo alguna gente que se sentía extraña, e incluso hubo alguna que otra risa. Definitivamente la gente es muy paleta.

Lo único que se puede decir de él/ella es que hace canciones esencialmente BONITAS. Y si alguien todavía no se ha emocionado con su música es que no tiene sensibilidad ni sentimientos.
No puedo entender cómo todavía hay gente que no haya oido su música. ¡Es tan bonito, que todo el mundo debería tener derecho a oirlo!

Salí muy satisfecho del concierto, con una sensación de haber participado en algo esencialmente único.
Aunque privadamente he de reconocer que Rufus Wainwright me gusta todavía más (pero bueno, es sólo una impresión personal). Lo cierto es que son dos personajes muy necesarios en este mundo en que vivimos.

Os remito a que por favor leais dos comentarios preciosos sobre el concierto de dos de los blogs con quien tengo enlace (el de mi amigo Telecine y el de Supervago), que me han gustado mucho, y que he encontrado muy inspirados.
Estoy muy de acuerdo con los dos:
- Con Telecine en que su música es esencialmente bonita, que la gente es muy paleta y que sus canciones emocionantes (casi todas) son realmente inspiradoras.
- Con Supervago en que yo también me pregunto dónde está ese público gay, que debería apoyar a este tipo de artistas únicos y de verdad innovadores, en vez de dejarse llevar por lo que dictan las masas o lo comercial.

Me hizo mucha gracia ver detrás de nosotros (en peor asiento, todo hay que decirlo) a Pedro Almodóvar, en un teatro donde precisamente en la actualidad se está representando una obra de teatro llamada "Esta noche viene Pedro". Evidentemente esa noche vino Pedro, pero es que él sabe efectivamente dónde hay que ir, y lo que no hay que perderse.

Y como colofón a esa noche redonda, JA y yo acabamos tomanto la última copa en mi terraza, disfrutando de una nocha calurosa y especial, acompañada de una muy buena e interesante conversación. Quizá estuvo hasta casi mejor que el concierto.
Ja está de acuerdo conmigo. (Por cierto, Victor Manuel y Ana Belén casi nos atropellan en su todoterreno al cruzar la calle para entrar en mi casa).

PS: No quiero cerrar esta página sin mandar un cariñoso recuerdo a mi amigo Francis, a quién hubiera encantado haber venido a este concierto, y en cuyo bar en Marbella oí por primera en mi vida a Antony and the Johnsons. La verdad es que produjo una sensación estremecedora oir esa voz maravillosa en un bar de bocatas. Un complemento ideal. El sí que sabe. ¡Muchas gracias!
(Hazme alguna señal si lees esto).

1 comentario

JA -

Yo no sé que me pasó con Antony que logró emocianar a todo el mundo menos a mí. Seguramente no fue culpa suya sino mía. Me pasaba lo que a Gerry, que me salía del camino principal para vagar por unos desiertos aburridos que no llevaban a ninguna parte.
Por cierto, Life on Mars, gracias por ese refresco en tu terraza... (para los que no han estado, que se imaginen el ático de Pepa en Mujeres y se harán una vaga idea).
Ahora mismo estoy escuchando el italo-disco de esa sesión de los PSB que me prestaste, y reconozco que tiene un poder adictivo peligroso...