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Comment Te Dire Adieu?

Historia de un amor

En esta época del año me suelo poner meláncolico, y siempre me da por recordar las cosas que más quiero.

Y Dalida es una de ellas, por supuesto...

Harto ya. Hombre, ya...

Harto ya de estar harto, estoy harto de tanta lluvia y de tanto frio. Y sobre todo estoy ya harto, incluso antes de que lleguen, de estas fechas tan horrendas que se avecinan.

Detesto la Navidad (no quiero usar la palabra odio porque me he propuesto quitar esa palabra de mi vocabulario, o al menos usarla lo menos posible), y no puedo soportar este ambiente avaricioso y consumista, lleno de falsedad e hipocresía que nos tocará vivir de aquí a la primera semana de enero.

No me gustan las luces y cancioncillas absurdas que se repiten año tras año como si nada hubiera cambiado (en general, lo que no me gusta nada es la tradición, el hecho de que nada evolucione, que todo siga igual y se repita una y otra vez, sin innovación ni cambio). Y la Navidad es una de las cosas más tradicionales que pueden existir, por eso no la soporto.

Puedo entender unas navidades para disfrutar de unos días de vacaciones, y aprovechar para viajar y conocer nuevos lugares, o bien para estar en una casa en el campo, o alejado de cualquier sitio, confortable, agusto y rodeado de gente querida.

Porque justo en estas fechas que comienzan ahora, cuando es uno de los momentos del año en el que tengo más trabajo, no puedo disfrutar de días de vacaciones y tengo que sufrirlas en medio de una gran ciudad, con ese ambiente tan consumista que raya lo enfermizo. Nunca entenderé por qué a la gente le da por pasearse y comprar en masa, y concentrarse cual borregos en los mismos lugares y en el mismo momento exacto del año, y mucho menos aún entenderé ese rollo carnavalero que le da por llevar a muchos (no puedo con las pelucas pelo pincho o las ridículas melenas flúor, aceptables en carnaval, pero ridículas en Navidad).

Lo que se ha vivido estos días pasados por el centro de Madrid no tiene nombre. Y me niego a formar parte de ese circo.


Aunque también debo reconocer que lo que quizá me de más rabia es no poder disfrutar de vacaciones cuando sé que la mayor parte de la gente dispone de al menos algunos días para disfrutar de los suyos, y de su tiempo libre. Pero aún así, lo siento mucho, no son lo mío.


Sólo nos queda pues atrincherarnos en nuestras casas rodeados de cosas agradables y de buena gente, y seguir soñando con el verano. Y con el día en el que por fin podamos dar un chapuzón como los de esta fotografía, que encuentro inspiradora y suculenta a partes iguales....

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L'été

Con este insoportable calor sólo puedo pensar en dos cosas:

O estar en Acapulco con Dolores del Rio, y darme un baño como ella...

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O en aquellas palabras de la gran Marguerite Duras...

"Il y a des larmes dans ses yeux,
l’enfant le voit, alors il parle,
mais non de cette peine,
il dit qu’il regrette les jours quand il y avait de la tempête,
des vagues fortes,
la pluie."
Marguerite DURAS, L’été 80.

LIFE ON MARS

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(Cortesía de calamarín)
(¡Muchas gracias!)

Porque siempre está bien recordar los orígenes, saber quién eres, y saber de dónde viene uno... ¿De Marte, del Sur? ¿De Bowie, de un Alienígena o de mi Padre y de mi Madre? ¿De aquí, de allá? ¿Hombre, Mujer? ¿Héroe, Payaso? ¿Qué más da?

BAD MOON RISING

Cuando no hay tiempo, ni muchas ganas de escribir, más vale una imagen que mil palabras.


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Pero además esta imagen a mí me vale para reivindicar algo que no debemos olvidar nunca: que debemos seguir manteniendo la lucha.
Precisamente en estos tiempos de crisis en todos los aspectos (no sólo en el económico), tanto en el ideológico como en el creativo, en donde parece que impera el mal gusto y la falta de compromiso auténtico; creo que es muy importante y necesario reivindicar los valores de la revolución de mayo de 1968 (bonito número, por otro lado).
Acaban de pasar cuarenta años, pero, como taitantos años no son nada, aquellas revueltas juveniles, sociales y obreras nos siguen enseñando que hay que protestar y criticar lo que no nos guste.
Hay que mantener la lucha, y seguir haciendo ruido. Porque otro mundo, sí es posible.

Brideshead Revisited

Brideshead Revisited

 

En estos días que ando por casa con bastante tiempo libre, me estoy dedicando a revisar una serie de televisión inolvidable, de esas de verdad, de calidad, que se hacían en otra época, pero que sobreviven a todas las modas y tendencias de la televisión.

Estoy viendo en dvd, uno tras otro, los capítulos de Brideshead Revisited, y me están proporcionando el mismo placer que me produjo la primera vez que descubrí esta mítica serie.
Allá por 1981 se estrenó en televisión española una serie británica que por su calidad estaba muy por encima de lo que estábamos acostumbrados a ver por aquella época en la televisión de este país.
Yo por aquel entonces era un pre adolescente, y recuerdo que la pasaban los viernes por la noche, creo que en la segunda cadena, y, mientras en la primera ponían el "Un, dos, tres", yo siempre hacía lo posible por verla, porque había algo en aquella serie que me atraía poderosamente.

En aquella época no llegaba a entender muy bien la relación de los personajes, ni el sentido de la historia, pero ahora comprendo perfectamente esa atracción. Desde siempre me ha gustado la cultura y la clásica sociedad británica (bueno, y todo lo británico), eso no es ya ningún secreto; y creo que esta serie recrea como ninguna otra la elegancia, el estilo british, su forma de ser, y su decadencia, como ninguna otra.
Basada en la novela de Evelyn Waugh, y situada en la época de entre guerras, es una nostálgica historia de amor y amistad, cargada de romanticismo - también de tragedia -, y la historia de los problemas y desmoronamiento de una aristocrática y rica familia de estricta fe católica, pero también es el símbolo del declive de toda la sociedad británica.

Siempre me ha parecido una de las mejores series que se hayan hecho para televisión. Y sigo pensando que, antes de que aparecieran los HBO y esas cosas, los británicos tradicionalmente han hecho algunas de las mejores series clásicas para televisión (Calígula, Arriba y Abajo, Absolutely Fabulous, Little Britain (aunque estas dos no son tan clásicas también están entre mis favoritas), etc, etc).

Ahora que están a punto de estrenar una película basada en la misma historia (¡me pregunto que a cuento de qué era ahora necesario hacer una película para el cine cuando la serie de televisión es realmente insuperable!, ¡¿había alguna necesidad?!), con Emma Thompson como protagonista - y que no sé qué pinta tendrá, la verdad -, creo que era necesario volver a reivindicar esta obra maestra. A mí al menos me ha ayudado a rebajar la fiebre durante estos días, aunque ha hecho que me subieran otro tipo de fiebres...

I'm not scared

Ayer me encontré por casualidad con esta canción, y me trajo muy buenos recuerdos del pasado (y felices momentos de mi juventud, por qué no reconocerlo).




Confieso que en su momento esta canción me volvía loco.

Reconozco que estaba completamente enamorado de Patsy Kensit, quien por aquellos finales de los años ochenta me parecía el sumun de la sofisticación, el estilo y la belleza.
Coincidió con su lanzamiento en aquella peli de Julian Temple, "Absolute beginners", que en su momento fue una de las películas más importantes en mi juventud, y recuerdo que tenía un ejemplar de la revista Primera Línea donde había un artículo sobre el film y sobre ella, que nunca me cansaba de ojear una y otra vez.

Recuerdo que tenía grabado este video en una cinta en VHS - que todavía andará por casa -, no me acuerdo bien de qué programa lo grabé, pero sí sé que lo veía sin parar una y mil veces, y me parecía lo más (supongo que las frases que decía en francés sirvieron también para fomentar una de las cosas que más me pueden gustar en la música: una voz susurrante de chica cantando en francés).

Reconozco que Patsy Kensit fue uno de mis mitos eróticos (aunque más bien estéticos) de mi adolescencia, y aunque desde aquello ha llovido mucho (y han pasado muchas cosas (jajaja)), y a pesar de que la chica no acabara muy bien, para mí seguirá teniendo un lugar en el altar de divas favoritas.

PD: Además, aunque en aquel momento no lo sabía, imagino que también tiene mucho que ver en que me gustara tanto este tema el hecho de que detrás de él estuvieran Neil Tennant y Chris Lowe, los Pet Shop Boys. Los que con el tiempo se convertirían en uno de mis grupos de música favoritos.
Imagino que todo tiene un cierto sentido. ;-)