Ligue Internationale pour l'organisation du Progrès
"... La puerta quedó abierta.
- Estos papeles - dijo el italiano al tiempo que, con mano alada, sacaba del bolsillo lateral de su levita un voluminoso fajo de papeles, diversos impresos y una carta, que deslizó entre sus dedos hasta ponerla ante los ojos de Hans Castorp para que éste pudiera leer el membrete en francés: "Ligue Internationale pour l’organisation du Prògres" - me los envían de Lugano, donde se encuentra una de las sedes de la Liga. ¿Quiere conocer sus principios y objetivos? Se los expondré en dos palabras. La "Ligue pour l’organisation du Progrès" deduce de la doctrina evolucionista de Darwin el principio filosófico de que la vocación natural más profunda de la humanidad es la de perfeccionarse a sí misma. De ahí concluye también que es deber de todo el que quiera responder a esa vocación natural colaborar activamente en el progreso de la humanidad. Son muchos los que han respondido a este llamamiento, y el número de miembros de la Liga en Francia, Italia, España, Turquía e incluso Alemania, es considerable. Yo también tengo el honor de figurar como tal en sus registros. En su seno se ha elaborado un extenso programa de reforma que comprende todas las posibilidades presentes de perfeccionamiento del organismo humano. Se estudia el problema de la salud de nuestra raza y se examinan todos los métodos para combatir la degeneración, que es sin duda el más lamentable efecto secundario de la creciente industrialización. Además, la Liga persigue la fundación de universidades populares, la superación de la lucha de clases por medio de reformas sociales que puedan servir a este fin, y por último, la supresión de los conflictos entre los pueblos, de la guerra, por medio del desarrollo del derecho internacional. Como ve, las pretensiones de la Liga son altruistas y de muy amplio alcance. Varias revistas internacionales dan testimonio de su actividad, revistas mensuales que, en tres o cuatro lenguas distintas y de una manera muy interesante, informan del desarrollo y los progresos de la humanidad ilustrada. Se han formado también numerosos grupos locales en diversos países que por medio de debates abiertos y encuentros dominicales buscan llevar a cabo una labor civilizadora y educadora en el sentido del ideal progresista. Pero la Liga se dedica principalmente a ayudar a los partidos políticos progresistas de todos los países proporcionándoles materiales. ¿Me sigue usted, ingeniero?
- ¡Perfectamente! - respondió Hans Castorp brusca y atropelladamente. Se sentía como si acabase de dar un resbalón pero aún consiguiera, de milagro, mantenerse en pie.
Settembrini pareció satisfecho.
- Supongo que le estoy abriendo perspectivas nuevas y sorprendentes.
- Sí, he de confesar que es la primera vez que oigo hablar de una iniciativa semejante.
- ¡Ah! ¡Qué lástima que no haya oído hablar de ello antes! Tal vez todavía no sea demasiado tarde. ¿Querrá usted saber de qué tratan esos impresos? ¡Escúcheme! Esta primavera ha tenido lugar en Barcelona una solemne asamblea general de la Liga. Como sabe, esa ciudad puede enorgullecerse de mantener una relación particular con el ideal político del progreso. El congreso se prolongó durante una semana, con banquetes y celebraciones de todas las clases. Dios mío, mi intención era ir, pues sentía el más ardiente deseo de tomar parte en la sesiones. Pero ese canalla de doctor me lo prohibió amenazándome de muerte, y claro, qué esperaba, he tenido miedo a la muerte y no he ido. Estaba desesperado, como puede comprender, ante esa broma cruel que me gastaba mi precaria salud. Nada es tan doloroso como cuando la parte animal y orgánica de nuestro ser nos impide servir a la razón. Tanto más grata me resulta esta carta de la filial de Lugano. ¿No siente curiosidad por conocer su contenido? Así quiero suponerlo. Le informo brevemente... La "Ligue pour l’organisation du Progrès", consciente de que su tarea consiste en cimentar la felicidad de la humanidad, o en otros términos, combatir y eliminar definitivamente el sufrimiento humano a través de una labor social bien orientada y eficaz consciente; por otra parte, de que esta tarea tan elevada sólo puede realizarse con el apoyo de la ciencia sociológica, cuyo fin último es el Estado perfecto, ha decidido, pues, en el congreso de Barcelona, la publicación de una obra en numerosos volúmenes que llevará el título de "Sociología del sufrimiento", y en la que el sufrimiento de la humanidad, en todas sus categorías y variedades, será objeto de un estudio sistemático y exhaustivo. Y usted objetará: ¿para qué sirven las categorías, las clasificaciones y los sistemas? Y yo le contesto: la ordenación y el análisis sistemático constituyen el principio del dominio; el único enemigo temible es el que no conocemos. Hay que sacar a la especie humana de los primitivos estadios de miedo y apatía resignada, hay que conducirla a una fase más activa de la conciencia. Hay que ilustrarla y hacerle ver que sufre las consecuencias cuyas causas se deben analizar, reconocer y, entonces, combatir; que casi todos los sufrimientos del individuo se remontan a enfermedades del organismo social. ¡Bien! Tal es, pues, la finalidad de la "Patología Sociológica". En unos veinte volúmenes, en forma de diccionario, se estudiarán y enumerarán todos los casos de sufrimiento humano que se puedan imaginar, desde los más íntimos y personales hasta los más grandes conflictos de grupos, o el sufrimiento que se deriva de las luchas de clase y los conflictos internacionales: en una palabra, se expondrán los elementos químicos cuyas múltiples mezclas y combinaciones determinan los distintos tipos de sufrimiento humano y, tomando como directriz principal la dignidad y felicidad de los hombres, se propondrán los medios y las medidas que se consideren indicados para eliminar la causa de estos males. Destacados representantes de la intelectualidad europea, médicos, economistas y psicólogos tomarán parte en la redacción de esta enciclopedia del sufrimiento, y la seda central de Lugano se encargará de recopilar los diversos artículos. ¡Déjeme terminar! También las bellas letras han de estar bien representadas en esta gran obra, precisamente porque la literatura tiene como tema el sufrimiento humano. Así pues, se ha previsto un volumen aparte en el cual, para consuelo y enseñanza de los que sufren, se recogerán y analizarán brevemente todas las obras maestras de la literatura universal en que se tratan tales conflictos. Y ésa es la tarea que, en la carta que está usted viendo, se encomienda a este humilde servidor.
- ¡Qué me dice, señor Settembrini! Permita que le felicite de todo corazón..."
Sigo imbuido en la lectura del fascinante libro "La montaña mágica" de Thomas Mann, y el otro día me crucé con estas líneas. Es increíble pensar que estas palabras fueran escritas allá por 1924-25, porque pienso que siguen estando de plena actualidad. Al fin y al cabo la sociedad evoluciona, pero no tanto.
Yo por lo menos, si hoy en día existiera una asociación de este tipo también me apuntaría.
- Estos papeles - dijo el italiano al tiempo que, con mano alada, sacaba del bolsillo lateral de su levita un voluminoso fajo de papeles, diversos impresos y una carta, que deslizó entre sus dedos hasta ponerla ante los ojos de Hans Castorp para que éste pudiera leer el membrete en francés: "Ligue Internationale pour l’organisation du Prògres" - me los envían de Lugano, donde se encuentra una de las sedes de la Liga. ¿Quiere conocer sus principios y objetivos? Se los expondré en dos palabras. La "Ligue pour l’organisation du Progrès" deduce de la doctrina evolucionista de Darwin el principio filosófico de que la vocación natural más profunda de la humanidad es la de perfeccionarse a sí misma. De ahí concluye también que es deber de todo el que quiera responder a esa vocación natural colaborar activamente en el progreso de la humanidad. Son muchos los que han respondido a este llamamiento, y el número de miembros de la Liga en Francia, Italia, España, Turquía e incluso Alemania, es considerable. Yo también tengo el honor de figurar como tal en sus registros. En su seno se ha elaborado un extenso programa de reforma que comprende todas las posibilidades presentes de perfeccionamiento del organismo humano. Se estudia el problema de la salud de nuestra raza y se examinan todos los métodos para combatir la degeneración, que es sin duda el más lamentable efecto secundario de la creciente industrialización. Además, la Liga persigue la fundación de universidades populares, la superación de la lucha de clases por medio de reformas sociales que puedan servir a este fin, y por último, la supresión de los conflictos entre los pueblos, de la guerra, por medio del desarrollo del derecho internacional. Como ve, las pretensiones de la Liga son altruistas y de muy amplio alcance. Varias revistas internacionales dan testimonio de su actividad, revistas mensuales que, en tres o cuatro lenguas distintas y de una manera muy interesante, informan del desarrollo y los progresos de la humanidad ilustrada. Se han formado también numerosos grupos locales en diversos países que por medio de debates abiertos y encuentros dominicales buscan llevar a cabo una labor civilizadora y educadora en el sentido del ideal progresista. Pero la Liga se dedica principalmente a ayudar a los partidos políticos progresistas de todos los países proporcionándoles materiales. ¿Me sigue usted, ingeniero?
- ¡Perfectamente! - respondió Hans Castorp brusca y atropelladamente. Se sentía como si acabase de dar un resbalón pero aún consiguiera, de milagro, mantenerse en pie.
Settembrini pareció satisfecho.
- Supongo que le estoy abriendo perspectivas nuevas y sorprendentes.
- Sí, he de confesar que es la primera vez que oigo hablar de una iniciativa semejante.
- ¡Ah! ¡Qué lástima que no haya oído hablar de ello antes! Tal vez todavía no sea demasiado tarde. ¿Querrá usted saber de qué tratan esos impresos? ¡Escúcheme! Esta primavera ha tenido lugar en Barcelona una solemne asamblea general de la Liga. Como sabe, esa ciudad puede enorgullecerse de mantener una relación particular con el ideal político del progreso. El congreso se prolongó durante una semana, con banquetes y celebraciones de todas las clases. Dios mío, mi intención era ir, pues sentía el más ardiente deseo de tomar parte en la sesiones. Pero ese canalla de doctor me lo prohibió amenazándome de muerte, y claro, qué esperaba, he tenido miedo a la muerte y no he ido. Estaba desesperado, como puede comprender, ante esa broma cruel que me gastaba mi precaria salud. Nada es tan doloroso como cuando la parte animal y orgánica de nuestro ser nos impide servir a la razón. Tanto más grata me resulta esta carta de la filial de Lugano. ¿No siente curiosidad por conocer su contenido? Así quiero suponerlo. Le informo brevemente... La "Ligue pour l’organisation du Progrès", consciente de que su tarea consiste en cimentar la felicidad de la humanidad, o en otros términos, combatir y eliminar definitivamente el sufrimiento humano a través de una labor social bien orientada y eficaz consciente; por otra parte, de que esta tarea tan elevada sólo puede realizarse con el apoyo de la ciencia sociológica, cuyo fin último es el Estado perfecto, ha decidido, pues, en el congreso de Barcelona, la publicación de una obra en numerosos volúmenes que llevará el título de "Sociología del sufrimiento", y en la que el sufrimiento de la humanidad, en todas sus categorías y variedades, será objeto de un estudio sistemático y exhaustivo. Y usted objetará: ¿para qué sirven las categorías, las clasificaciones y los sistemas? Y yo le contesto: la ordenación y el análisis sistemático constituyen el principio del dominio; el único enemigo temible es el que no conocemos. Hay que sacar a la especie humana de los primitivos estadios de miedo y apatía resignada, hay que conducirla a una fase más activa de la conciencia. Hay que ilustrarla y hacerle ver que sufre las consecuencias cuyas causas se deben analizar, reconocer y, entonces, combatir; que casi todos los sufrimientos del individuo se remontan a enfermedades del organismo social. ¡Bien! Tal es, pues, la finalidad de la "Patología Sociológica". En unos veinte volúmenes, en forma de diccionario, se estudiarán y enumerarán todos los casos de sufrimiento humano que se puedan imaginar, desde los más íntimos y personales hasta los más grandes conflictos de grupos, o el sufrimiento que se deriva de las luchas de clase y los conflictos internacionales: en una palabra, se expondrán los elementos químicos cuyas múltiples mezclas y combinaciones determinan los distintos tipos de sufrimiento humano y, tomando como directriz principal la dignidad y felicidad de los hombres, se propondrán los medios y las medidas que se consideren indicados para eliminar la causa de estos males. Destacados representantes de la intelectualidad europea, médicos, economistas y psicólogos tomarán parte en la redacción de esta enciclopedia del sufrimiento, y la seda central de Lugano se encargará de recopilar los diversos artículos. ¡Déjeme terminar! También las bellas letras han de estar bien representadas en esta gran obra, precisamente porque la literatura tiene como tema el sufrimiento humano. Así pues, se ha previsto un volumen aparte en el cual, para consuelo y enseñanza de los que sufren, se recogerán y analizarán brevemente todas las obras maestras de la literatura universal en que se tratan tales conflictos. Y ésa es la tarea que, en la carta que está usted viendo, se encomienda a este humilde servidor.
- ¡Qué me dice, señor Settembrini! Permita que le felicite de todo corazón..."
Sigo imbuido en la lectura del fascinante libro "La montaña mágica" de Thomas Mann, y el otro día me crucé con estas líneas. Es increíble pensar que estas palabras fueran escritas allá por 1924-25, porque pienso que siguen estando de plena actualidad. Al fin y al cabo la sociedad evoluciona, pero no tanto.
Yo por lo menos, si hoy en día existiera una asociación de este tipo también me apuntaría.
0 comentarios