De Barón Ram-pa"r"te a Venus Bona-parte
Acabo de terminar de leer "El barón rampante" de Italo Calvino, y desde ya lo digo: se ha convertido en uno de mis (muchos) libros imprescindibles.
Sin duda será un libro que me acompañará el resto de mi vida.
Ya forma parte de mi, y nunca más me abandonará.
Pero enlazando esa pasión que nos produce acabar un libro que nos ha encantado, con la misma pasión que nos genera empezar otro libro nuevo, debo decir que las primeras páginas que he leído de Venus Bonaparte me están entusiasmando.
Las aventuras del Conde de Rondó me habían dejado un regusto por la novela histórica, y lo cierto es que ya hacía tiempo que me apetecía volver a leer algo de mi adorado Terenci Moix (quién lamentablemente nos abandonó demasiado pronto).
Y si ya la historia del barón rampante fue extraordinaria, la de la princesa Borghese - nacida Paulina Bonaparte - no le debe envidiar nada.
La hermana favorita de Napoleón es uno de esos seres apasionantes y únicos que nos dejó la historia, que vivió su vida de una forma apasionada y al límite, y que obtuvo en las alcobas los mismos triunfos que su hermano en las batallas.
Es uno de esos personajes que tanto me gustan: mujer avanzada a su época, de una belleza impresionante que se movía con igual soltura en las más altas esferas (sociales, políticas o religiosas) y en los mejores salones del Paris y Roma de su época, que en los prostíbulos o barrios más degradados de esas capitales, que volvía locos a todos los hombres a los que enamoraba, y con una indómita pasión y furia de vivir.
Una mujer que lo mismo era condenada por los puritanos que inmortalizada por los artistas y poetas. Basten por ejemplo las palabras que inspiró a Stendhal ("Hoy hemos visto bailar a la sublime princesa Paulina") o a su propio hermano, Napoleón, ("Paulina siempre fue la mujer más hermosa de su tiempo, y será hasta el fin de sus días la mejor criatura del mundo"); o la inmortal obra del escultor Antonio Canova, quién nos legó su belleza en mármol para la eternidad, bien sea por delante...
... o por detrás...
Ya las primeras páginas de la novela me están encantando, con lo cual creo que las próximas semanas no podré sino también rendirme a los encantos de esta señora, y por supuesto al humor, al arte y a la genial escritura de Terenci Moix.
Sin duda será un libro que me acompañará el resto de mi vida.
Ya forma parte de mi, y nunca más me abandonará.
Pero enlazando esa pasión que nos produce acabar un libro que nos ha encantado, con la misma pasión que nos genera empezar otro libro nuevo, debo decir que las primeras páginas que he leído de Venus Bonaparte me están entusiasmando.
Las aventuras del Conde de Rondó me habían dejado un regusto por la novela histórica, y lo cierto es que ya hacía tiempo que me apetecía volver a leer algo de mi adorado Terenci Moix (quién lamentablemente nos abandonó demasiado pronto).
Y si ya la historia del barón rampante fue extraordinaria, la de la princesa Borghese - nacida Paulina Bonaparte - no le debe envidiar nada.
La hermana favorita de Napoleón es uno de esos seres apasionantes y únicos que nos dejó la historia, que vivió su vida de una forma apasionada y al límite, y que obtuvo en las alcobas los mismos triunfos que su hermano en las batallas.
Es uno de esos personajes que tanto me gustan: mujer avanzada a su época, de una belleza impresionante que se movía con igual soltura en las más altas esferas (sociales, políticas o religiosas) y en los mejores salones del Paris y Roma de su época, que en los prostíbulos o barrios más degradados de esas capitales, que volvía locos a todos los hombres a los que enamoraba, y con una indómita pasión y furia de vivir.
Una mujer que lo mismo era condenada por los puritanos que inmortalizada por los artistas y poetas. Basten por ejemplo las palabras que inspiró a Stendhal ("Hoy hemos visto bailar a la sublime princesa Paulina") o a su propio hermano, Napoleón, ("Paulina siempre fue la mujer más hermosa de su tiempo, y será hasta el fin de sus días la mejor criatura del mundo"); o la inmortal obra del escultor Antonio Canova, quién nos legó su belleza en mármol para la eternidad, bien sea por delante...
... o por detrás...
Ya las primeras páginas de la novela me están encantando, con lo cual creo que las próximas semanas no podré sino también rendirme a los encantos de esta señora, y por supuesto al humor, al arte y a la genial escritura de Terenci Moix.
6 comentarios
lifeonmars -
MM de planetamurciano.tk -
Genial.
lifeonmars -
Pero quizá el de Calvino también sería un buen compañero para tu verano. C U!!
Kike -
lifeonmars -
Ya me hablarás de ellos y me irás dando más pistas..... :)
Florinda Chic -