LONDON me mata...
Londres me fascina. No lo puedo evitar.
Ya he contado por aquí tropecientasmil veces lo mucho que me gusta esa ciudad, así que tampoco sirve de mucho que me repita y repita sin cesar.
Esta vez el viaje de tres días ha sido corto, pero intenso.
Evidentemente centrado en el trabajo, pero con alguna que otra escapada turística o momento de relajación que me han servido para llenarme de energía. Porque con Londres siempre me pasa lo mismo, es una ciudad tan viva, tan cosmopolita, tan moderna y tan distinta a Madrid, que cada vez que voy me da un soplo de energía que me dura por mucho tiempo. Me pasa igual que cuando salgo de algún museo, o galeria de arte o exposición que me hayan gustado, que me dan tanta buena energía y tanta inspiración que me reconfortan por un buen puñado de tiempo, y me ayudan a concienciarme de lo bien que se vive en este mundo y en ésta época en concreto.
Hubo tiempo para todo: para buenas comidas, paseos y visitas turísticas, y hasta para alguna que otra cosa inconfensable.
Y también evidentemente para el shopping, que por algo está uno en Londres, la capital del idem. Desde alguna que otra revista como esta:
Hasta un nuevo perfume con olor a hierba (grass) como este:
(ya usaba el de lluvia (rain) y me fascinan los dos)
Y también algún que otro regalo, que emocionaron a su destinatario.
Pero de lo mejorcito de mi viaje ha sido sin lugar a dudas el hotel, el Selfridge, situado justo al lado de ese templo de las compras tan alucinante como es "Selfridges". Justo estaba a punto de empezar la Semana de la Moda de Londres, y eso se notaba en el ambiente, y sobre todo en los escaparates de la mega tienda. No pude evitar hacer algunas fotos, porque la verdad que lo merecían. O si no, mirad, mirad, que bien lucen las ropas de:
Sofía Kokosalaki:
Ralf Simons:
Balenciaga:
Jil Sander:
O incluso hasta las lámparas:
Increíbles, ¿verdad?
Me parecieron realmente alucinantes.
Ya he contado por aquí tropecientasmil veces lo mucho que me gusta esa ciudad, así que tampoco sirve de mucho que me repita y repita sin cesar.
Esta vez el viaje de tres días ha sido corto, pero intenso.
Evidentemente centrado en el trabajo, pero con alguna que otra escapada turística o momento de relajación que me han servido para llenarme de energía. Porque con Londres siempre me pasa lo mismo, es una ciudad tan viva, tan cosmopolita, tan moderna y tan distinta a Madrid, que cada vez que voy me da un soplo de energía que me dura por mucho tiempo. Me pasa igual que cuando salgo de algún museo, o galeria de arte o exposición que me hayan gustado, que me dan tanta buena energía y tanta inspiración que me reconfortan por un buen puñado de tiempo, y me ayudan a concienciarme de lo bien que se vive en este mundo y en ésta época en concreto.
Hubo tiempo para todo: para buenas comidas, paseos y visitas turísticas, y hasta para alguna que otra cosa inconfensable.
Y también evidentemente para el shopping, que por algo está uno en Londres, la capital del idem. Desde alguna que otra revista como esta:
Hasta un nuevo perfume con olor a hierba (grass) como este:
(ya usaba el de lluvia (rain) y me fascinan los dos)
Y también algún que otro regalo, que emocionaron a su destinatario.
Pero de lo mejorcito de mi viaje ha sido sin lugar a dudas el hotel, el Selfridge, situado justo al lado de ese templo de las compras tan alucinante como es "Selfridges". Justo estaba a punto de empezar la Semana de la Moda de Londres, y eso se notaba en el ambiente, y sobre todo en los escaparates de la mega tienda. No pude evitar hacer algunas fotos, porque la verdad que lo merecían. O si no, mirad, mirad, que bien lucen las ropas de:
Sofía Kokosalaki:
Ralf Simons:
Balenciaga:
Jil Sander:
O incluso hasta las lámparas:
Increíbles, ¿verdad?
Me parecieron realmente alucinantes.
5 comentarios
inthesity -
inthesity -
CooL BoY -
MAL -
jko -