Viernes 14 de Julio de 2006
Pasadas las seis de la tarde había quedado con Xabi en una estación de metro a medio camino para ir juntos a Boadilla del Monte. Y sobre las siete de la tarde ya estábamos en el lugar donde se celebraba el Festival.
(Estupenda la organización, tanto de autobuses de ida (me enteré que los de la vuelta funcionaban mucho peor), como de inicio de horarios de los conciertos, etc).
Trás una primera vuelta para revisar el espacio, controlar el lugar y saber dónde estábamos, ya nos metimos en materia, que no era otra que ver y escuchar música en directo.
De la primera tanda me gustaron mucho The Paddingtons y Director. Muy british, mucha actitud punk-rock.
Estos son Director:
Vimos de refilón a otra banda británica llamada The Feeling, con un cantante de voz parecida a Bryan Adams, pero en guapo:
Nos pasamos un ratillo al escenario donde tocaban Bell Orchestre, para ver de qué iba ese grupo "instrumental" en el que se ha metido algún que otro miembro de Arcade Fire, y lo cierto es que no duramos ni dos canciones: ni era el lugar ni el momento para oir ese tipo de música. Soporífero.
Después de un pequeño vistazo a The Dandy Warhols, que no me entusiasmaron mucho, la verdad (salvo quizá su batería), nos fuimos a ver a The Divine Comedy, que sí que me gustaron bastante. El cantante es gracioso, aunque quizá un poco remilgado y estirao.
Desde el principio íbamos Xabi y yo solos, y entre el público de los Divine Comedy nos encontramos con El Becario y otros amigos, y Becario ya se quedó con nosotros y pasamos toda la tarde/noche juntos los tres.
De allí nos fuimos a dar buena cuenta de los Starsailors, cuyo concierto vimos casi entero y cuyo cantante me cayó muy bien y me gustó mucho, mucho. ¡Ese "Four to the floor", por favor!
Lo cierto es que estábamos haciendo tiempo para ver a Rufus Wainwright, que sin duda sería el momento cumbre del día.
Fue muy gracioso que nada más llegar y buscar nuestro sitio entre el público, lo más cerca posible del escenario, me encontré codo con codo con mi amigo Flolaf, (que no sabía que había ido al festival), quien estaba con su amigo Man. Y ya desde entonces estuvimos casi toda la noche juntos también.
¡Qué se puede decir de Rufus que no se haya dicho ya! Pués que es una estrella con mayúsculas, y que aunque esté sólo con su piano y su guitarra, tiene tal poder de atracción que nos emboba a todos.
Es verdad que ni el lugar ni el sonido eran los idóneos para su música (y la gente que no para de hablar entre el público tampoco ayudó, la verdad), pero aún así nos regaló un buen puñado de canciones clásicas, y una novedad muy pero que muy buena. Es cierto también que estuvo un poco más contenido y menos dicharachero que otras veces, pero aún así tuvo alguno de sus famosos comentarios graciosos, como cuando dijo que se sentía como un personaje de Fellini al actuar en una carpa de un circo.
Nos quedamos evidentemente hasta el final, y fue ya uno de los conciertos con numeroso público de la noche. O al menos aquí, el público selecto y "entendido" sí que era.
Tengo grabados un par de videos estupendos.
De allí, nos fuimos rápidamente a pillar algo de los Happy Mondays, que nos apetecía mucho, y aquí tuvimos, Xabi y yo, uno de los subidones de la noche. Fue realmente alucinante oir en directo algunas de las canciones que han marcado tanto mi juventud, y ver que continúan (sobre todo el cantante) igual de pasados que siempre, que Bez se sigue moviendo igual de bien, y que hicieron bailar a la masa de una forma espectacular. Me dieron un muy buen rollo.
Pero lamentablemente no duró mucho, porque de allí nos fuimos a ver a los New Order, que ya habían empezado a tocar, e irían por la tercera o cuarta canción. Y aquí vino la gran decepción de la noche.
Aunque el sonido era espectacular, y fue emocionante oir en directo algunas de las canciones favoritas de mi historia (sobre todo el Blue Monday y Temptation), me dió como vergüenza ajena ver a esos señores mayores intentar moverse con gracia por el escenario, cuando ni siquiera les salía la voz. Me parece patético que siga habiendo bandas, que aunque con un pasado glorioso, tengan que seguir haciendo el ridículo en directo, y destrozar de paso su imagen.
Pasa lo mismo con gente como Rolling Stones, Phil Collins, Simple Minds, etc. No siempre el dinero y los medios y sonido más potente hacen un mejor espectáculo. Mejor harían quedándose en casita, dedicarse a la vida contemplativa, y dejar paso a las nuevas generaciones.
Trás cenar algún bocadillo, nos fuimos a ver a Primal Scream, que eran unos de los que más ganas tenía de ver esa noche, ya que nunca antes los había visto en directo. Y lo cierto es que no me defraudaron nada. Una pena que estuviésemos un poco lejos, aunque el sonido era tan bueno que se oía de todas partes.
Me gustaron menos las canciones nuevas que no conozco, pero me encantó cuando tocaron alguna que otra antigua. He de reconocer que Bobby Gillespie tiene una presencia y estilo apabullantes, y un directo demoledor. Me encantan.
Después tuvimos que sufrir a los Keane, y ya vino el momento bajón de la noche. Lo cierto es que ya estábamos cansados, pero son tan coñazos que nos sentamos en el suelo para reponer un poco las fuerzas, y ya nos apalancamos. No voy a hablar nada de ese grupo, porque me parecen unos moñas y melosos de cuidado. Me recuerdan a una mezcla entre Enrique Iglesias y Rafael, pero en inglés.
Nos pasamos por la carpa donde estaban pinchando los Chemical Brothers porque queríamos buscar a Flolaf y Man, que estaban allí bailando entre la maraña de bacalas sudorosos, pero aunque no los encontramos en ese momento, también disfrutamos un poco del musicón tecno que estaban poniendo y de lo mucho que disfrutaba la gente. Lo cierto es que en un momento dado ya las piernas empezaban a flaquear, y cuando salimos fuera a tomar el aire nos encontramos precisamente con Flolaf y Man, quienes ya se venían para Madrid, y gustosamente se ofrecieron a traernos. Fue todo un detalle. Muchas gracias, super Man.
Creo que eran las cuatro de la mañana cuando llegué a casa. Muy cansado, pero muy feliz.
(Estupenda la organización, tanto de autobuses de ida (me enteré que los de la vuelta funcionaban mucho peor), como de inicio de horarios de los conciertos, etc).
Trás una primera vuelta para revisar el espacio, controlar el lugar y saber dónde estábamos, ya nos metimos en materia, que no era otra que ver y escuchar música en directo.
De la primera tanda me gustaron mucho The Paddingtons y Director. Muy british, mucha actitud punk-rock.
Estos son Director:
Vimos de refilón a otra banda británica llamada The Feeling, con un cantante de voz parecida a Bryan Adams, pero en guapo:
Nos pasamos un ratillo al escenario donde tocaban Bell Orchestre, para ver de qué iba ese grupo "instrumental" en el que se ha metido algún que otro miembro de Arcade Fire, y lo cierto es que no duramos ni dos canciones: ni era el lugar ni el momento para oir ese tipo de música. Soporífero.
Después de un pequeño vistazo a The Dandy Warhols, que no me entusiasmaron mucho, la verdad (salvo quizá su batería), nos fuimos a ver a The Divine Comedy, que sí que me gustaron bastante. El cantante es gracioso, aunque quizá un poco remilgado y estirao.
Desde el principio íbamos Xabi y yo solos, y entre el público de los Divine Comedy nos encontramos con El Becario y otros amigos, y Becario ya se quedó con nosotros y pasamos toda la tarde/noche juntos los tres.
De allí nos fuimos a dar buena cuenta de los Starsailors, cuyo concierto vimos casi entero y cuyo cantante me cayó muy bien y me gustó mucho, mucho. ¡Ese "Four to the floor", por favor!
Lo cierto es que estábamos haciendo tiempo para ver a Rufus Wainwright, que sin duda sería el momento cumbre del día.
Fue muy gracioso que nada más llegar y buscar nuestro sitio entre el público, lo más cerca posible del escenario, me encontré codo con codo con mi amigo Flolaf, (que no sabía que había ido al festival), quien estaba con su amigo Man. Y ya desde entonces estuvimos casi toda la noche juntos también.
¡Qué se puede decir de Rufus que no se haya dicho ya! Pués que es una estrella con mayúsculas, y que aunque esté sólo con su piano y su guitarra, tiene tal poder de atracción que nos emboba a todos.
Es verdad que ni el lugar ni el sonido eran los idóneos para su música (y la gente que no para de hablar entre el público tampoco ayudó, la verdad), pero aún así nos regaló un buen puñado de canciones clásicas, y una novedad muy pero que muy buena. Es cierto también que estuvo un poco más contenido y menos dicharachero que otras veces, pero aún así tuvo alguno de sus famosos comentarios graciosos, como cuando dijo que se sentía como un personaje de Fellini al actuar en una carpa de un circo.
Nos quedamos evidentemente hasta el final, y fue ya uno de los conciertos con numeroso público de la noche. O al menos aquí, el público selecto y "entendido" sí que era.
Tengo grabados un par de videos estupendos.
De allí, nos fuimos rápidamente a pillar algo de los Happy Mondays, que nos apetecía mucho, y aquí tuvimos, Xabi y yo, uno de los subidones de la noche. Fue realmente alucinante oir en directo algunas de las canciones que han marcado tanto mi juventud, y ver que continúan (sobre todo el cantante) igual de pasados que siempre, que Bez se sigue moviendo igual de bien, y que hicieron bailar a la masa de una forma espectacular. Me dieron un muy buen rollo.
Pero lamentablemente no duró mucho, porque de allí nos fuimos a ver a los New Order, que ya habían empezado a tocar, e irían por la tercera o cuarta canción. Y aquí vino la gran decepción de la noche.
Aunque el sonido era espectacular, y fue emocionante oir en directo algunas de las canciones favoritas de mi historia (sobre todo el Blue Monday y Temptation), me dió como vergüenza ajena ver a esos señores mayores intentar moverse con gracia por el escenario, cuando ni siquiera les salía la voz. Me parece patético que siga habiendo bandas, que aunque con un pasado glorioso, tengan que seguir haciendo el ridículo en directo, y destrozar de paso su imagen.
Pasa lo mismo con gente como Rolling Stones, Phil Collins, Simple Minds, etc. No siempre el dinero y los medios y sonido más potente hacen un mejor espectáculo. Mejor harían quedándose en casita, dedicarse a la vida contemplativa, y dejar paso a las nuevas generaciones.
Trás cenar algún bocadillo, nos fuimos a ver a Primal Scream, que eran unos de los que más ganas tenía de ver esa noche, ya que nunca antes los había visto en directo. Y lo cierto es que no me defraudaron nada. Una pena que estuviésemos un poco lejos, aunque el sonido era tan bueno que se oía de todas partes.
Me gustaron menos las canciones nuevas que no conozco, pero me encantó cuando tocaron alguna que otra antigua. He de reconocer que Bobby Gillespie tiene una presencia y estilo apabullantes, y un directo demoledor. Me encantan.
Después tuvimos que sufrir a los Keane, y ya vino el momento bajón de la noche. Lo cierto es que ya estábamos cansados, pero son tan coñazos que nos sentamos en el suelo para reponer un poco las fuerzas, y ya nos apalancamos. No voy a hablar nada de ese grupo, porque me parecen unos moñas y melosos de cuidado. Me recuerdan a una mezcla entre Enrique Iglesias y Rafael, pero en inglés.
Nos pasamos por la carpa donde estaban pinchando los Chemical Brothers porque queríamos buscar a Flolaf y Man, que estaban allí bailando entre la maraña de bacalas sudorosos, pero aunque no los encontramos en ese momento, también disfrutamos un poco del musicón tecno que estaban poniendo y de lo mucho que disfrutaba la gente. Lo cierto es que en un momento dado ya las piernas empezaban a flaquear, y cuando salimos fuera a tomar el aire nos encontramos precisamente con Flolaf y Man, quienes ya se venían para Madrid, y gustosamente se ofrecieron a traernos. Fue todo un detalle. Muchas gracias, super Man.
Creo que eran las cuatro de la mañana cuando llegué a casa. Muy cansado, pero muy feliz.
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Bryana -