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MANDERLAY

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Anoche teníamos ganas de cine del profundo e intelectual, así que sacamos nuestras gafas de pasta, pusimos nuestras caras serias y nos fuimos a ver Manderlay.

Hicimos una quedada en condiciones, y me encontré en los cines Ideal con Telecine, Depard, MAL, Xabi, C.K. Dexter y Mr -Blank-.

Lars Von Trier es un director de cine polémico. Le encanta provocar y remover conciencias, y la gente le odia o le ama. No hay término medio. Jamás deja indiferente.

Yo considero que es un genio, y siempre espero cada película suya con muchas ganas (me pasa lo mismo con algún otro de mis directores favoritos: Wong Kar Wai, Pedro Almodóvar, Julio Medem, Woody Allen,...). Algunas son mejores que otras, pero todas son películas mayores. Efectivamente Lars Von Trier juega en otra dimensión.

Manderlay me ha apasionado (o digamos impactado) menos que Dogville, pero porque vuelve a repetir en concepto y forma una nueva manera de hacer, presentar y contar el cine, que me impresionó mucho en la primera. Aunque pienso que Manderlay es una perfecta continuadora de Dogville, una perfecta segunda parte de la trilogía sobre USA que el director se propuso regalarnos hace tres (3) años.

Manderlay es una fábula sobre la libertad. Es un relato sobre la condición de los negros en la sociedad estadounidense, y en este sentido es algo así como un recorrido por el concepto de la libertad y ciudadanía a lo largo de la convulsionada historia norteamericana.
El relato está situado en un momento preciso (o impreciso) de la historia, pero perfectamente se puede extrapolar a la situación actual de los EEUU, y sobre todo a su papel en el mundo.
No es solamente un alegato en favor de la libertad y contra la esclavitud - de todo tipo -, sino que se trata de recrear el concepto mismo de ciudadanía, con un toque de ambigüedad (y confusión incluida) en su mensaje, pero con las ideas claras en su exposición y en la maravillosa forma de exponerlo. El filme es al mismo tiempo un cuestionamiento de la buena conciencia progresista, aderezado con toque de autoristarismo (la heroina pretende defender la libertad de los esclavos a punta de metralleta), pero también una denuncia de la brutalidad y el horror de lo que ha sido - y es - un pais no preparado para aceptar la libertad de buena parte de sus conciudadanos.

De nuevo me ha encantado la escenografía muy teatral, pero ya no era algo nuevo, puesto que Dogville nos enseñó ese camino.
Un punto quizá negativo es la sustitución de la actriz para el mismo personaje, pero pienso sinceramente que la Nicole Kidman que hizo aquél inolvidable personaje de Grace hace tres (3) años no lo hubiera podido hacer hoy, siendo una actriz tan mediatizada como es. Yo por lo menos no me hubiera podido creer el personaje, aunque es cierto que siendo tan buena actriz como es, quizá me hubiera sorprendido. Nunca se sabe.
En cualquier caso no tengo nada que criticar a la nueva actriz que da vida a Grace en Manderlay, una actriz totalmente desconocida para mí, y que pienso salva muy bien su papel.

De nuevo un film duro, para remover conciencias, que aunque menos redondo que el anterior, es un digno paso adelante de su creador.
Seguimos a la espera del siguiente.

2 comentarios

MAL -

he oído que quizá vuelva la kidman en la tercera parte.
si al final la tercera parte resulta ser más de lo mismo, quizá pueda volver a lo mejor de dogville con unos actores más seguros y con la reaparición de la chinorri que molaba mucho...

Xabi -

Bryce Dallas Howard, la actriz que hace de Grace, (aparte de tener la desgracia de ser la hija de Ron Howard) ya había sido la protagonista de "El Bosque", quizás una de las pelis más logradas de N.M. Shyamalan, un director que a mi me gusta muchísimo. Y en esa película estaba genial.
Lo malo es que en esta tiene que hacer el papel que anteriormente hizo Nicole en Dogville y esas cosas son siempre muy desagradecidas.
A mi lo que me pasó con esta película es que, aparte de su indudable interés, todo me sonaba a ya visto: el mensaje, la forma de realizarla, etc etc... y encima con actores, no diré de segunda división, pero que no estaban a la altura de sus predecesores...
No se, yo pienso que el L.V.Trier, al igual que se sacó de la manga el Dogma y luego pasó de el, debería hacer lo mismo con esta trilogía y si quiere seguir sorprendiéndonos, debería dar una vuelta de tuerca en la prometida tercera parte y volver a impactarnos tal como lo ha venido haciendo siempre, en vez de copiarse a sí mismo.