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Absurdez catalana

Llevo algunos días alejado del blog, o más bien que el blog está alejado de mí.

Últimamente estoy escribiendo cosas superficiales, o (aparentemente) insignificantes, aunque en verdad dicen mucho de mí. El hecho es que, supongo que conscientemente, no estoy escribiendo nada sobre lo que hago diariamente, o sobre mi vida personal, precisamente por eso, porque forma parte de mi vida privada.

Porque sí, queridos lectores, ¡uno también tiene su vida privada! Y a veces le apetece a uno reservársela para sí.

El hecho es que curiosamente esa vida privada mía está en plena ebullición, porque últimamente me están pasando cantidad de cosas, algunas interesantes, otras jugosas, y otras menos. Pero bueno, pasando cosas al fin y al cabo, y eso es lo importante.

De todas formas querría contar algo aquí que me acaba de suceder hoy mientras comía y que me ha dejado anonadado.

He salido a comer solo a un restaurante cercano a mi oficina, con la sola compañía de un buen libro, y dispuesto a absorberme (y aislarme) en su lectura mientras comía, cuando de pronto me han sentado junto a una mesa de unos siete (7) ejecutivos ruidosos y escandalosos. Eran de ese tipo de hombres de mediana edad (mayorcillos, vamos), de aspecto gris y anodino, compañeros de trabajo, que tanto abundan en los restaurantes de una gran (cualquier) ciudad a mediodía. 

En ningún momento me interesaba inmiscuirme en sus comentarios, pero a veces gritaban tanto que era casi imposible no hacerlo.

Al pedir el postre a la camarera ésta empezó a enumerar todo lo que tenían, y al nombrar “crema catalana” todos dieron un respingo, y entre risas y comentarios soeces, decían que ellos no querían nada que oliera a catalán. Se jactaban de ello, y se les veía hasta orgullosos.

Fue oir la palabra “catalana” y era como si un ente maligno hubiera entrado en sus cuerpos y reaccionaron todos de la misma manera, con un rechazo extremo a lo que acababan de oir.

Evidentemente yo no daba crédito a lo que estaba oyendo y viendo, porque nunca entenderé esa postura que está adoptando mucha gente últimamente en este país. Porque a ver, si a alguien le gusta tomarse una crema catalana de postre, ¿por qué va a tener que dejar de hacerlo ahora? ¿Simplemente porque venga de Cataluña? ¿Simplemente porque sea algo catalán?

Pero...., ¿¿qué más les da??

¡Me saca de quicio! ¡Esta situación me pone de los nervios!

¡Cada vez entiendo menos a esta España de nacionalismo de pandereta!   

2 comentarios

MM -


De nuevo Xabi da en el clavo; lo ke se está pretendiendo es sacar de kicio a todo el país, por lo tanto; mucha calma.

Xabi -

Jajaja... ¡Qué huevos tiene esa camarera! Podría haberle llamado Crema Mena, que seguro que se la hubiesen pedido todos :-)))
No quiero dejar que la indignación me pueda. Ya es demasiado...