Fin de (algo) semana
No sé qué pasa pero cuando llega el fin de semana, o cuando estoy varios días de vacaciones, como ahora, lo último que me apetece es sentarme frente al ordenador a escribir en el blog. Simpre se me ocurren otras veinte mil (20.000) cosas que hacer antes que entrar en el ordenador y contar lo que está pasando por mi vida en estos momentos.
Pero esto es un arma de doble filo, porque conforme menos escribes más te cuesta escribir después. Cuando dejas un día sin escribir no pasa nada, te repones rápido, pero conforme van pasando más días, y lo vas dejando, pués cuesta mucho más.
Hoy estamos a Martes, y sigo de vacaciones, pero estoy tranquilamente solo en casa y no hay película ni libro ni revista que me seduzca o que me tiente ver ni leer ni leer en estos momentos, así que lo mejor será escribir un poco y relatar cómo han sido estos últimos días.
Voy a pasar muy someramente por encima de los hechos, porque el fin de semana no sólo ha sido largo, sino que además ha sido muy intenso, en el buen y en el mal sentido del término.
De la parte lúdica y superficial, lo más interesante han sido las dos (2) fiestas nuevas que se acaban de inaugurar en Madrid, una para un viernes al mes y la otra para cada domingo, y que espero vengan a llenar el vacío creativo que tiene la noche (y movida) madrileña.
El Viernes noche me llamó Juancho ("alarecherche") para proponerme que fuéramos a la segunda fiesta de Nancy Boite, pero antes había quedado con E, Xabi y Telecine para ir a la noche del socio en la Fnac. Supongo que somos los únicos a los que se nos ocurre ir de compras un Viernes a las once (11) de la noche, pero bueno, somos así. Y aunque sólo fuera por recoger nuestras agendas 2006 que conseguimos como regalo, cortesía de la Fnac, y darnos una vueltecita, ya merecía la pena. Telecine y Ander se fueron los primeros, y al final el único que compró algo fue E (el primer disco de Antonhy & The Jonhsons). Al salir de allí nos fuimos al Josealfredo a tomar una copa y allí esperamos a Olaf y un amigo y a Juancho, para ir a la fiesta. Xabi y E decidieron irse a dormir, y los otros cuatro (4) continuamos para ver qué era eso de la Nancy Boite.
Al final decepcionó bastante. La sala Cool es grande, pero en ella se reunen todo tipo de gente de diversa índole, con lo cual el público era de lo más variopinto. Incluso me atrevería a decir que la mayoría de gente que por allí circulaba no habían ido a la fiesta, sino a la discoteca normal. Cuando llegamos había un concierto de Pedro Marín, haciendo versiones de canciones de Amanda Lear, pero perfectamente olvidable.
Al acabar, se puso a pinchar la Nancy Anoréxica, y estuvo graciosa, pero no mucho más. La música que puso era bastante obvia, la verdad. Olaf y su amigo se fueron rápido y me quedé con Juancho un rato más. Nos subimos a la boite (o zona reservada para la ocasión) y aquello estaba mucho mejor, de ambiente, de música y de todo, pero no del todo bien; no sé cómo decirlo. Me dió la sensación que esta nueva fiesta es sólo una mera excusa que se han buscado Olvido/Alaska, su marido, V y su troupe para estar con sus amigos y pasarlo bien, pero los que estamos fuera de ese grupo pués como que no.
Aún así me lo pasé bien hablando con Juancho, ya que hacía tiempo que no nos veíamos.
El Sábado fue más bien tranquilo, de almuerzo con Iñaki y Manuel, de esos que se prolongan hasta las mil, con siesta enorme incluida y cenita tranquila en casa, seguida de sesión doble de cine:
- Una película malísima, que nunca había visto, y que no sé cómo se atreven a sacar o a distribuir en los cines (y me parece que hasta fue un éxito hace un par de temporadas). "Love actually", se llama. Y aunque sea británica y todo eso, hacía mucho tiempo que no veía una cosa tan tonta.
- Y la segunda fue una de esas obras maestras absolutas que aunque pase el tiempo por ella, y aunque la veas mil (1.000) veces, siempre te gusta más. "Breakfast at Tiffany’s", se llama. Y aunque sea de 1961 y todo eso, cada vez que la veo la disfruto más.
El Domingo hubo paseo matinal y buen almuerzo en casa. Por la noche quedé con Nader a tomar un café en el Naranja, donde Supervago pinchaba una sesión tranquila, a la que E no quiso acompañarnos. Estuvimos un rato de charla y después se nos unieron Xabi y Mark. Nos tomamos otro café más y los tuve que dejar allí porque a las diez y media (10,5) había quedado con Olaf en la puerta del Flamingo para asistir a la presentación del Wateke, esas nuevas fiestas - tea dance - que se van a celebrar a partir de ahora en el local del Ochoymedio, para los que busquen distracción un domingo por la noche.
Realmente estuvo muy muy bien. Me gustó mucho el ambiente y la gente que había, la música y las proyecciones que pusieron, la actuación de La Prohibida, cómo pinchó Roberta Marrero, cómo no había demasiada gente, con lo cual el ambiente no era tan agobiante y cargado como suele ser habitual en ese sitio, los buenos y abundantes bailes que nos pegamos, etc...
Al rato se nos unió Telecine y ya pasamos la noche juntos.
Poco antes de que cerrarán se marchó Olaf porque trabajaba al día siguiente, y Telecine y yo nos fuimos al Weekend a quemar la noche, como se suele decir.
Nos habían dicho una contraseña para entrar, "Vengo del wateke a mover el esqueleto", con lo cual todo fue mucho más divertido y cómodo.
Allí estuvimos bailando un rato más, hasta que decidimos que enough era enough.
El lunes fue un día tonto, tonto, y así hasta hoy.
He repasado muy por encima la parte lúdica del largo fin de semana, porque después hay muchas más cosas más profundas e importantes que sólo me reservo para mí y para las personas implicadas.
Digamos que una vez más tengo que replantearme todo y ver cómo quiero encauzar mi vida. Hay mucho cariño, y mucho amor. Debemos volver a replantearnos todo, pero lo que de verdad no queremos por encima de todo es hacernos daño, ni que haya malos rollos y falta de comunicación. ¡Que así sea!
Pero esto es un arma de doble filo, porque conforme menos escribes más te cuesta escribir después. Cuando dejas un día sin escribir no pasa nada, te repones rápido, pero conforme van pasando más días, y lo vas dejando, pués cuesta mucho más.
Hoy estamos a Martes, y sigo de vacaciones, pero estoy tranquilamente solo en casa y no hay película ni libro ni revista que me seduzca o que me tiente ver ni leer ni leer en estos momentos, así que lo mejor será escribir un poco y relatar cómo han sido estos últimos días.
Voy a pasar muy someramente por encima de los hechos, porque el fin de semana no sólo ha sido largo, sino que además ha sido muy intenso, en el buen y en el mal sentido del término.
De la parte lúdica y superficial, lo más interesante han sido las dos (2) fiestas nuevas que se acaban de inaugurar en Madrid, una para un viernes al mes y la otra para cada domingo, y que espero vengan a llenar el vacío creativo que tiene la noche (y movida) madrileña.
El Viernes noche me llamó Juancho ("alarecherche") para proponerme que fuéramos a la segunda fiesta de Nancy Boite, pero antes había quedado con E, Xabi y Telecine para ir a la noche del socio en la Fnac. Supongo que somos los únicos a los que se nos ocurre ir de compras un Viernes a las once (11) de la noche, pero bueno, somos así. Y aunque sólo fuera por recoger nuestras agendas 2006 que conseguimos como regalo, cortesía de la Fnac, y darnos una vueltecita, ya merecía la pena. Telecine y Ander se fueron los primeros, y al final el único que compró algo fue E (el primer disco de Antonhy & The Jonhsons). Al salir de allí nos fuimos al Josealfredo a tomar una copa y allí esperamos a Olaf y un amigo y a Juancho, para ir a la fiesta. Xabi y E decidieron irse a dormir, y los otros cuatro (4) continuamos para ver qué era eso de la Nancy Boite.
Al final decepcionó bastante. La sala Cool es grande, pero en ella se reunen todo tipo de gente de diversa índole, con lo cual el público era de lo más variopinto. Incluso me atrevería a decir que la mayoría de gente que por allí circulaba no habían ido a la fiesta, sino a la discoteca normal. Cuando llegamos había un concierto de Pedro Marín, haciendo versiones de canciones de Amanda Lear, pero perfectamente olvidable.
Al acabar, se puso a pinchar la Nancy Anoréxica, y estuvo graciosa, pero no mucho más. La música que puso era bastante obvia, la verdad. Olaf y su amigo se fueron rápido y me quedé con Juancho un rato más. Nos subimos a la boite (o zona reservada para la ocasión) y aquello estaba mucho mejor, de ambiente, de música y de todo, pero no del todo bien; no sé cómo decirlo. Me dió la sensación que esta nueva fiesta es sólo una mera excusa que se han buscado Olvido/Alaska, su marido, V y su troupe para estar con sus amigos y pasarlo bien, pero los que estamos fuera de ese grupo pués como que no.
Aún así me lo pasé bien hablando con Juancho, ya que hacía tiempo que no nos veíamos.
El Sábado fue más bien tranquilo, de almuerzo con Iñaki y Manuel, de esos que se prolongan hasta las mil, con siesta enorme incluida y cenita tranquila en casa, seguida de sesión doble de cine:
- Una película malísima, que nunca había visto, y que no sé cómo se atreven a sacar o a distribuir en los cines (y me parece que hasta fue un éxito hace un par de temporadas). "Love actually", se llama. Y aunque sea británica y todo eso, hacía mucho tiempo que no veía una cosa tan tonta.
- Y la segunda fue una de esas obras maestras absolutas que aunque pase el tiempo por ella, y aunque la veas mil (1.000) veces, siempre te gusta más. "Breakfast at Tiffany’s", se llama. Y aunque sea de 1961 y todo eso, cada vez que la veo la disfruto más.
El Domingo hubo paseo matinal y buen almuerzo en casa. Por la noche quedé con Nader a tomar un café en el Naranja, donde Supervago pinchaba una sesión tranquila, a la que E no quiso acompañarnos. Estuvimos un rato de charla y después se nos unieron Xabi y Mark. Nos tomamos otro café más y los tuve que dejar allí porque a las diez y media (10,5) había quedado con Olaf en la puerta del Flamingo para asistir a la presentación del Wateke, esas nuevas fiestas - tea dance - que se van a celebrar a partir de ahora en el local del Ochoymedio, para los que busquen distracción un domingo por la noche.
Realmente estuvo muy muy bien. Me gustó mucho el ambiente y la gente que había, la música y las proyecciones que pusieron, la actuación de La Prohibida, cómo pinchó Roberta Marrero, cómo no había demasiada gente, con lo cual el ambiente no era tan agobiante y cargado como suele ser habitual en ese sitio, los buenos y abundantes bailes que nos pegamos, etc...
Al rato se nos unió Telecine y ya pasamos la noche juntos.
Poco antes de que cerrarán se marchó Olaf porque trabajaba al día siguiente, y Telecine y yo nos fuimos al Weekend a quemar la noche, como se suele decir.
Nos habían dicho una contraseña para entrar, "Vengo del wateke a mover el esqueleto", con lo cual todo fue mucho más divertido y cómodo.
Allí estuvimos bailando un rato más, hasta que decidimos que enough era enough.
El lunes fue un día tonto, tonto, y así hasta hoy.
He repasado muy por encima la parte lúdica del largo fin de semana, porque después hay muchas más cosas más profundas e importantes que sólo me reservo para mí y para las personas implicadas.
Digamos que una vez más tengo que replantearme todo y ver cómo quiero encauzar mi vida. Hay mucho cariño, y mucho amor. Debemos volver a replantearnos todo, pero lo que de verdad no queremos por encima de todo es hacernos daño, ni que haya malos rollos y falta de comunicación. ¡Que así sea!
1 comentario
juancho -
mañana me voy a la france, a ver la navidad en alsacia, cuando vuelva te llamo besos