Cielo Líquido
El Sábado vimos una película alicinante y alucinógena.
Era la segunda que veía del ciclo de Cine de Verano que están haciendo en La Casa Encendida llamado Invasiones en la Terraza. El ciclo plantea un recorrido por películas de ciencia ficción a lo largo de la historia, centrándose en las invasiones extraterrestres o en contactos humanos con seres alienígenas.
Ayer ya iban por los años 80, y proyectaron una película realmente alucinante, "Liquid Sky" ("Cielo Líquido"), de Slava Tsukerman, realizada en 1982.
Es una película del tipo de las que hacía Almodóvar cuando empezó, por la misma época, con ese punto de surrealismo, locura y modernez que tanto nos gustaba.
Es una película que retrata de forma magnífica el espíritu del post-punk y el inicio de la new wave. El cielo de Manhattan se presenta como una escenografía bizarra, donde todos los excesos son posibles. Un platillo volante se instala en el corazón de Nueva York. Transporta a unos extraterrestres que vienen a la tierra a alimentarse de las endorfinas humanas y no tienen mejor lugar para aparcar su platillo volante que en el ático de una traficante de heroína, donde el sexo libre abunda por doquier. Los aliens descubren que han tenido suerte y en la casa pueden encontrar todo lo que buscan.
Resulta que a estos extraterrestres les gusta la droga, y se alimentan del líquido que genera el cerebro de los seres humanos (algo parecido al opio) justo en el momento del orgasmo.
Es un puro delirio, con unos colores y una música totalmente psicodélica. Los personajes van peinados y vestidos a la moda del momento, dispuestos a convertirse en los reyes de la noche. Los escenarios favoritos son las discotecas o pistas de baile, los dormitorios o camas donde pasa de todo y los cuartos de baños donde la gente se droga o maquilla.
Con un clima surrealista y endemoniado, la película posee momentos y frases gloriosas. Hay muchas que quise retener, pero pocas las que se me quedaron grabadas. Entre ellas, una en la que la protagonista gritaba que era una asesina porque mataba a la gente con su coño. Y es que como ella vivía en el ático, y los extraterrestres se habían apoderado de su cuerpo, y ella nunca llegaba al orgasmo, pués se cargaba a todos los que se follaba (chicos y chicas, poco importaba), justo en el momento en que llegaban al orgasmo. ¡Genial!
De lo mejorcito de la película es la actriz protagonista, una modelo/actriz de los años 80, Anne Carlisle, completamente andrógina y oxigenada, y de una belleza realmente arrebatadora. Además tiene un doble papel, de chica y de chico, los dos modelos, ella adicta al sexo (con cualquiera) y él a la droga (a cualquiera). Y estaba igualmente guapa/o tanto de mujer como de hombre.
Me gustó sobre todo el colorido (esos desfiles de moda en la discoteca, o los dos modelos posando para una sesión de fotos, o ella maquillándose con maquillaje fluo frente a un espejo en penumbra). Pero por encima de todo la buena recreación que hace de aquella época, de aquel Nueva York que nunca volverá, de aquellos estilismos, de aquellos excesos y de aquella libertad, de todo tipo, libertad sexual y libertad para hacer realmente lo que te diera la gana. ¡Ahora ya todo es distinto!
La peli es totalmente surrealista, friky, rara y un poco ida de olla, pero al mismo tiempo ya un clásico del cine de los ochenta (80). Parece ser, me cuentan, que en aquella época estuvo durante años programada sin interrupción en los cines Alphaville en Madrid, y todos los modernos de la época iban a verla. Ellos sí que eran modernos. Yo creo que yo era un adolescente por aquella época.
La vi con Miguel, en la segunda fila de un cine de verano al aire libre, en una terreza en plena noche de Agosto, y debo decir que ese sonido atronador y esos colores chillones, psicotrópicos y psicodélicos, en una pantalla gigante delante de tus narices, no es algo que se olvida fácilmente.
Era la segunda que veía del ciclo de Cine de Verano que están haciendo en La Casa Encendida llamado Invasiones en la Terraza. El ciclo plantea un recorrido por películas de ciencia ficción a lo largo de la historia, centrándose en las invasiones extraterrestres o en contactos humanos con seres alienígenas.
Ayer ya iban por los años 80, y proyectaron una película realmente alucinante, "Liquid Sky" ("Cielo Líquido"), de Slava Tsukerman, realizada en 1982.
Es una película del tipo de las que hacía Almodóvar cuando empezó, por la misma época, con ese punto de surrealismo, locura y modernez que tanto nos gustaba.
Es una película que retrata de forma magnífica el espíritu del post-punk y el inicio de la new wave. El cielo de Manhattan se presenta como una escenografía bizarra, donde todos los excesos son posibles. Un platillo volante se instala en el corazón de Nueva York. Transporta a unos extraterrestres que vienen a la tierra a alimentarse de las endorfinas humanas y no tienen mejor lugar para aparcar su platillo volante que en el ático de una traficante de heroína, donde el sexo libre abunda por doquier. Los aliens descubren que han tenido suerte y en la casa pueden encontrar todo lo que buscan.
Resulta que a estos extraterrestres les gusta la droga, y se alimentan del líquido que genera el cerebro de los seres humanos (algo parecido al opio) justo en el momento del orgasmo.
Es un puro delirio, con unos colores y una música totalmente psicodélica. Los personajes van peinados y vestidos a la moda del momento, dispuestos a convertirse en los reyes de la noche. Los escenarios favoritos son las discotecas o pistas de baile, los dormitorios o camas donde pasa de todo y los cuartos de baños donde la gente se droga o maquilla.
Con un clima surrealista y endemoniado, la película posee momentos y frases gloriosas. Hay muchas que quise retener, pero pocas las que se me quedaron grabadas. Entre ellas, una en la que la protagonista gritaba que era una asesina porque mataba a la gente con su coño. Y es que como ella vivía en el ático, y los extraterrestres se habían apoderado de su cuerpo, y ella nunca llegaba al orgasmo, pués se cargaba a todos los que se follaba (chicos y chicas, poco importaba), justo en el momento en que llegaban al orgasmo. ¡Genial!
De lo mejorcito de la película es la actriz protagonista, una modelo/actriz de los años 80, Anne Carlisle, completamente andrógina y oxigenada, y de una belleza realmente arrebatadora. Además tiene un doble papel, de chica y de chico, los dos modelos, ella adicta al sexo (con cualquiera) y él a la droga (a cualquiera). Y estaba igualmente guapa/o tanto de mujer como de hombre.
Me gustó sobre todo el colorido (esos desfiles de moda en la discoteca, o los dos modelos posando para una sesión de fotos, o ella maquillándose con maquillaje fluo frente a un espejo en penumbra). Pero por encima de todo la buena recreación que hace de aquella época, de aquel Nueva York que nunca volverá, de aquellos estilismos, de aquellos excesos y de aquella libertad, de todo tipo, libertad sexual y libertad para hacer realmente lo que te diera la gana. ¡Ahora ya todo es distinto!
La peli es totalmente surrealista, friky, rara y un poco ida de olla, pero al mismo tiempo ya un clásico del cine de los ochenta (80). Parece ser, me cuentan, que en aquella época estuvo durante años programada sin interrupción en los cines Alphaville en Madrid, y todos los modernos de la época iban a verla. Ellos sí que eran modernos. Yo creo que yo era un adolescente por aquella época.
La vi con Miguel, en la segunda fila de un cine de verano al aire libre, en una terreza en plena noche de Agosto, y debo decir que ese sonido atronador y esos colores chillones, psicotrópicos y psicodélicos, en una pantalla gigante delante de tus narices, no es algo que se olvida fácilmente.
4 comentarios
mvf -
daniel cacciavillani -
lifeonmars -
Sí, la peli es mala, mala, pero me gustó mucho, mucho. Es realmente chula, y como un caramelo lleno de colorines.
Hay que ver qué moderno érais en los Bs As en aquella época. Bueno, en aquella y siempre...
Me encantaría volver a verla. Además pienso que para verla en condiciones hay que ir un poquito colocado o algo, ¿no crees?
telecine -