Crustacés & Coquillages
Vengo del cine de ver una película francesa deliciosa, "Crustacés & Coquillages".
Después de comer me fui a Bruselas a dar una vuelta por las tiendas (me compré una camiseta muy vistosa con dibujo de cómic japonés) y tomar un café, y por la tarde quedé con Luc y Xavier para ir al cine.
Hemos visto la maravillosa nueva película de una pareja de realizadores franceses (pareja también en la vida real) que me gustan mucho, Olivier Ducastel y Jacques Martineau, y de quienes lamentablemente nunca se ha estrenado ninguna película suya en los cines en Espanha (a ver si se entera de una vez algún distribuidor y las traen, porque son todas realmente recomendables).
En todas sus pelis está presente el tema de la homosexualidad, pero siempre de una forma divertida y totalmente residual. Sus tres primeras películas me encantaron: "Jeanne et le garçon formidable", "Drôle de Felix" y "Ma vraie vie à Rouen".
Pero sobre todo "Jeanne et...", con la maravillosa Virginie Ledoyen, en esa historia inolvidable de chica mona que se enamora de chico mono que tiene sida, y todo en plan de comedia musical con canciones y coreografías estupendas y un tono muy vitalista y optimista. Forma ya parte, por nombre propio, de la lista de mis muchas pelis favoritas de todos los tiempos.
"Crustacés & Coquillages" es una estupenda fresca comedia de verano sobre una familia de vacaciones en la Costa Azúl (dan ganas de irse para allá nada más empezar la peli) y con una historia simple sobre las relaciones (y falta de comunicación) entre padres e hijos y sobre la relación de pareja.
Es una historia de confusión de géneros, con hijos que parecen homosexuales pero no lo son; con padres que no son homosexuales pero que podrían serlo; con padres modernos y avanzados (la madre es mitad francesa mitad holandesa, por eso "ella es muy liberal, y comprende y entiende todo") que quieren que sus hijos hagan de una puta vez su "coming out"; y con hijos con mentalidad a veces más conservadora que los propios padres; con padres que se sienten atraidos por los amigos de sus hijos adolesecentes; con hijos que se pasan todo el día en la ducha haciéndose pajas; con un fontanero tremendamente sexy; con hijas adolescentes que prefieren irse con los novios chulazos en moto a Portugal antes que quedarse en la Costa Azúl; con un verano caliente; con buen marisco y vino para comer; con playas maravillosas y dunas donde se liga de noche; con amantes y sexo por doquier; etc....
En fin, como la vida misma. O por lo menos como debería ser una vida ideal y perfecta, por lo menos en verano y de vacaciones!
Hacía mucho tiempo que no me reía tanto ni me lo pasaba tan bien en el cine. Es una de esas comedias en las que te alegras de haber ido al cine porque te hacen pasar de verdad un momento simpático, relajado y agradable, y además con un fondo de tolerancia y libertad del que deberíamos aprender todos.
Los actores están todos muy bien, pero la mejor, sin duda, es la que hace de madre y esposa, la estupenda Valeria Bruni (para mi gusto una de las mejores actrices del cine europeo actual), hermana de la no menos divina Carla Bruni.
También me ha encantado encontrarme con un actor que me pone muchísimo, y que no me puede gustar más, Jean-Marc Barr (que suele actuar en casi todas las pelis de su amigo Lars Von Trier), en un papel tremendamente seductor y sexy.
En fin, una delicia para los sentidos, y en todos los sentidos, nunca mejor dicho.
Después nos hemos ido a cenar a un Thailandés por la animada zona de los alrededores de la universidad, y trás un pequenho paseo a pie para charlar y rebajar la comida, cada uno para su casa.
Manhana paso el día en Amberes porque por la noche me invitan a cenar a su casa mis amigos Dirk y Luca. Seguro que lo pasamos bien.
Después de comer me fui a Bruselas a dar una vuelta por las tiendas (me compré una camiseta muy vistosa con dibujo de cómic japonés) y tomar un café, y por la tarde quedé con Luc y Xavier para ir al cine.
Hemos visto la maravillosa nueva película de una pareja de realizadores franceses (pareja también en la vida real) que me gustan mucho, Olivier Ducastel y Jacques Martineau, y de quienes lamentablemente nunca se ha estrenado ninguna película suya en los cines en Espanha (a ver si se entera de una vez algún distribuidor y las traen, porque son todas realmente recomendables).
En todas sus pelis está presente el tema de la homosexualidad, pero siempre de una forma divertida y totalmente residual. Sus tres primeras películas me encantaron: "Jeanne et le garçon formidable", "Drôle de Felix" y "Ma vraie vie à Rouen".
Pero sobre todo "Jeanne et...", con la maravillosa Virginie Ledoyen, en esa historia inolvidable de chica mona que se enamora de chico mono que tiene sida, y todo en plan de comedia musical con canciones y coreografías estupendas y un tono muy vitalista y optimista. Forma ya parte, por nombre propio, de la lista de mis muchas pelis favoritas de todos los tiempos.
"Crustacés & Coquillages" es una estupenda fresca comedia de verano sobre una familia de vacaciones en la Costa Azúl (dan ganas de irse para allá nada más empezar la peli) y con una historia simple sobre las relaciones (y falta de comunicación) entre padres e hijos y sobre la relación de pareja.
Es una historia de confusión de géneros, con hijos que parecen homosexuales pero no lo son; con padres que no son homosexuales pero que podrían serlo; con padres modernos y avanzados (la madre es mitad francesa mitad holandesa, por eso "ella es muy liberal, y comprende y entiende todo") que quieren que sus hijos hagan de una puta vez su "coming out"; y con hijos con mentalidad a veces más conservadora que los propios padres; con padres que se sienten atraidos por los amigos de sus hijos adolesecentes; con hijos que se pasan todo el día en la ducha haciéndose pajas; con un fontanero tremendamente sexy; con hijas adolescentes que prefieren irse con los novios chulazos en moto a Portugal antes que quedarse en la Costa Azúl; con un verano caliente; con buen marisco y vino para comer; con playas maravillosas y dunas donde se liga de noche; con amantes y sexo por doquier; etc....
En fin, como la vida misma. O por lo menos como debería ser una vida ideal y perfecta, por lo menos en verano y de vacaciones!
Hacía mucho tiempo que no me reía tanto ni me lo pasaba tan bien en el cine. Es una de esas comedias en las que te alegras de haber ido al cine porque te hacen pasar de verdad un momento simpático, relajado y agradable, y además con un fondo de tolerancia y libertad del que deberíamos aprender todos.
Los actores están todos muy bien, pero la mejor, sin duda, es la que hace de madre y esposa, la estupenda Valeria Bruni (para mi gusto una de las mejores actrices del cine europeo actual), hermana de la no menos divina Carla Bruni.
También me ha encantado encontrarme con un actor que me pone muchísimo, y que no me puede gustar más, Jean-Marc Barr (que suele actuar en casi todas las pelis de su amigo Lars Von Trier), en un papel tremendamente seductor y sexy.
En fin, una delicia para los sentidos, y en todos los sentidos, nunca mejor dicho.
Después nos hemos ido a cenar a un Thailandés por la animada zona de los alrededores de la universidad, y trás un pequenho paseo a pie para charlar y rebajar la comida, cada uno para su casa.
Manhana paso el día en Amberes porque por la noche me invitan a cenar a su casa mis amigos Dirk y Luca. Seguro que lo pasamos bien.
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