¡¡Qué bonito..., me recuerda a Donosti, Donosti!!
Efectivamente ha sido un fin de semana cargado de buenas sensaciones, que me va a resultar muy difícil plasmar aquí.
Ya la salida, el Viernes trás el trabajo, resultó muy emocionante (¡por fín iba a conocer a algunos de los amigos de E!). Conducía el famoso I1 - director, guionista y artista en general - a quién había conocido sólo dos (2) días antes, y con quien desde el primer momento tuve una sintonía muy especial (creo que nos entendemos y nos caemos bien, y es algo mutuo). Nos acompañaban dos (2) chicas fabulosas y guapísimas: L, con una increíble dulzura y belleza - y con unos ojos tan bonitos que son difíciles de olvidar - ex compañera sentimental de Julio Medem, sin duda uno de mis directores de cine español favoritos de todos los tiempos (junto con Buñuel, Almodóvar y Victor Erice) que actualmente trabaja con I1 en un documental que dará mucho que hablar; y S, una de las mejores y más reconocidas directoras de casting de este país, con una gran belleza y elegancia innata, que con sus bonitas gafas de sol me recordaba a una curiosa mezcla entre Charo López y Anouk Aimée.
Contactamos todos rápidamente, y eso hizo que un viaje largo se nos pasara en un santiamén.
Llegamos tarde a Donostia, pero con el justo tiempo para tener una primera impresión de La Concha iluminada bajo una fina capa de lluvia (increíble, pero mi primera impresión fue muy cinematográfica, al recordar los primeros planos de "La ardilla roja" con esa moto que se estrella en las barandillas blancas del paseo marítimo y cae a una arena de playa nocturna (¡muy curioso!)), tomar algo de cena e irnos a "la fiesta" que había en la ciudad esa noche, la organizada por Max Factor para elegir "el rostro más bonito del cine español".
Sólo fuimos E y yo, supongo que teníamos ganas de aprovechar el fin de semana a tope. Le echamos morro en la entrada y los gorilas nos dejaron pasar cuando E les dijo que trabajábamos en Canal + (¡sic!).
La fiesta no estuvo mal, sobre todo por el marco incomparable de la discoteca Bataplán, con una estupenda terraza sobre la misma playa de La Concha, aunque la música y el ambiente dejaban mucho que desear. Estuvimos hablando de cosas interesantes y mirando a algún que otro famosillo que pasaba por allí. En verdad no había celebrities de las de categoría, más bien diría que gente de la zona o locales en busca de gloria, pero vimos a algunos profesionales del ramo de televisión, y por ejemplo a un chico muy guapo que sale (o salía, no estoy muy seguro) en esa serie de Tele5 llamada Motivos Personales, y que hubiera despertado la envidia de más de uno (¿verdad, Mogkumo?).
Sin duda lo mejor de la noche fue encontrarme con Michael Winterbottom por la pista de baile. Justo casi estuve en un trís de entrarle y decirle que le admiro mucho y esas cosas, porque en verdad me gusta mucho (incluso físicamente), pero al final no me atreví por mi tonta timided. Aunque debo decir que el mito se me vino un poco abajo cuando lo ví morrearse por las esquinas con una simple groupie local (vasca, me refiero), y bastante horterilla, todo hay que decirlo.
El Sábado fue el día de ir al Kursaal y vivir en primera persona lo que significa estar en un festival de cine de esa categoría: mucha alegría y buenas sensaciones.
Por todo, no sólo por el marco incomparable de la ciudad y del festival en sí, sino también por el público que por allí se veía y por la posibilidad de conseguir entradas para ese mismo día, con un margen de pocas horas (¡un gustazo, y muy bien organizado!).
Me hubiera encantado encontrar entradas para cualquier peli de Kim Ki-Duk ("Hierro 3" o "The Bow" ("El Arco")), pero ya no quedaban pases, o incluso para "Inside Deep Throat" ("Dentro de Garganta Profunda"), o alguna que otra más; pero finalmente, o bien por falta de entradas o bien por coincidencia de horarios, tuvimos que elegir las últimas de Michael Winterbottom (a las 16:30 horas) y la de Abel Ferrara (a las 23:00 horas), dos directores que admiro mucho y sobre cuyas películas hablaré en otras entradas posteriores.
Trás la primera peli, en pleno centro comercial desolado entre la plaza de toros y el campo de fútbol de la Real Sociedad, nos fuimos a merendar a primera línea de playa de La Concha. Preciosa luz, precioso escenario y preciosa puesta de sol.
I1 y L se retiraron a descansar un rato, mientras E y yo nos fuimos a pasear y seguir disfrutando de la ciudad.
Quedamos para cenar, y lo hicimos estupendamente por la zona del puerto, trás lo cual ya estábamos en forma para la segunda película del festival. A la salida nos esperaba el grandioso I2, y un acoplado llamado Telesforo, y todos nos fuimos de copas por el barrio antiguo.
Al final quedamos los cuatro (4) y tuvimos una noche de lo más marchosa. Pasamos por un bar que me encantó, cuyo nombre en euskera no recuerdo (pero era algo así como Demonio) y acabamos en una especie de disco/bar enorme llamado Komplot, donde todo el mundo se lo estaba pasando en grande. Era un bar bastante mixto y heterogéneo (if you know what I mean!), es decir, había gente para todo: chicas a las que les gustaban los chicos, chicos a los que les gustaban los chicos, chicos con chicas, chicas con chicas...
Pero sobre todo en lo que sí parece que estaban de acuerdo la mayoría, y lo que gustaba a casi todo el mundo, era pasar por el baño para empolvarse la nariz. ¡Dios mio, cuánto trajín hay en San Sebastián!
¡En fín, supongo que ciudad exagerada en todos los aspectos...!
El día acabó a las mil (1000) horas. Realmente me cayó muy bien I2, y me lo pasé estupendamente con él. Hablamos mucho de sus amigos, que incluyen desde los ChicoyChica, Arakis o Gaüeca, pasando por García Calvo, Nacho Canut, etc..., es decir, lo mejorcito de la sociedad vasca, bueno, y de la sociedad en general.
¡Vaya nivelón!
¡Qué bien me lo pasé! Tanto, tanto que no quería que la noche acabara nunca, y no me quería ir a casa. El pobre E tuvo que tirar casi literalmente de mí para llevarme a dormir.
El Domingo amaneció tarde, y con casi el tiempo justo sólo para pasear y seguir disfrutando de los paisajes, playas y vistas maravillosas de la ciudad; con desayuno en la playa incluido y comida en pleno club de tenis local llamado "Wimbledom" (¡dios, qué pijos son tambien los vascos cuando quieren!).
Trás el almuerzo quedamos con los chicos, y tranquilamente planteamos la vuelta a Madrid. Fue un viaje largo, pero muy tranquilo y relajado. Con tiempo para charlar, reir, comer bocadillos de jamón, admirar una luna hermosa, disfrutar de los recuerdos de todo lo que nos había deparado el fin de semana intenso, y sobre todo con esa tonta sensación de haber sido muy feliz.
Por supuesto volveré a ver a Iñaki, a Lola, a Sara y a Iñigo... y a Edorta, que ya está dentro de mí.
Ya la salida, el Viernes trás el trabajo, resultó muy emocionante (¡por fín iba a conocer a algunos de los amigos de E!). Conducía el famoso I1 - director, guionista y artista en general - a quién había conocido sólo dos (2) días antes, y con quien desde el primer momento tuve una sintonía muy especial (creo que nos entendemos y nos caemos bien, y es algo mutuo). Nos acompañaban dos (2) chicas fabulosas y guapísimas: L, con una increíble dulzura y belleza - y con unos ojos tan bonitos que son difíciles de olvidar - ex compañera sentimental de Julio Medem, sin duda uno de mis directores de cine español favoritos de todos los tiempos (junto con Buñuel, Almodóvar y Victor Erice) que actualmente trabaja con I1 en un documental que dará mucho que hablar; y S, una de las mejores y más reconocidas directoras de casting de este país, con una gran belleza y elegancia innata, que con sus bonitas gafas de sol me recordaba a una curiosa mezcla entre Charo López y Anouk Aimée.
Contactamos todos rápidamente, y eso hizo que un viaje largo se nos pasara en un santiamén.
Llegamos tarde a Donostia, pero con el justo tiempo para tener una primera impresión de La Concha iluminada bajo una fina capa de lluvia (increíble, pero mi primera impresión fue muy cinematográfica, al recordar los primeros planos de "La ardilla roja" con esa moto que se estrella en las barandillas blancas del paseo marítimo y cae a una arena de playa nocturna (¡muy curioso!)), tomar algo de cena e irnos a "la fiesta" que había en la ciudad esa noche, la organizada por Max Factor para elegir "el rostro más bonito del cine español".
Sólo fuimos E y yo, supongo que teníamos ganas de aprovechar el fin de semana a tope. Le echamos morro en la entrada y los gorilas nos dejaron pasar cuando E les dijo que trabajábamos en Canal + (¡sic!).
La fiesta no estuvo mal, sobre todo por el marco incomparable de la discoteca Bataplán, con una estupenda terraza sobre la misma playa de La Concha, aunque la música y el ambiente dejaban mucho que desear. Estuvimos hablando de cosas interesantes y mirando a algún que otro famosillo que pasaba por allí. En verdad no había celebrities de las de categoría, más bien diría que gente de la zona o locales en busca de gloria, pero vimos a algunos profesionales del ramo de televisión, y por ejemplo a un chico muy guapo que sale (o salía, no estoy muy seguro) en esa serie de Tele5 llamada Motivos Personales, y que hubiera despertado la envidia de más de uno (¿verdad, Mogkumo?).
Sin duda lo mejor de la noche fue encontrarme con Michael Winterbottom por la pista de baile. Justo casi estuve en un trís de entrarle y decirle que le admiro mucho y esas cosas, porque en verdad me gusta mucho (incluso físicamente), pero al final no me atreví por mi tonta timided. Aunque debo decir que el mito se me vino un poco abajo cuando lo ví morrearse por las esquinas con una simple groupie local (vasca, me refiero), y bastante horterilla, todo hay que decirlo.
El Sábado fue el día de ir al Kursaal y vivir en primera persona lo que significa estar en un festival de cine de esa categoría: mucha alegría y buenas sensaciones.
Por todo, no sólo por el marco incomparable de la ciudad y del festival en sí, sino también por el público que por allí se veía y por la posibilidad de conseguir entradas para ese mismo día, con un margen de pocas horas (¡un gustazo, y muy bien organizado!).
Me hubiera encantado encontrar entradas para cualquier peli de Kim Ki-Duk ("Hierro 3" o "The Bow" ("El Arco")), pero ya no quedaban pases, o incluso para "Inside Deep Throat" ("Dentro de Garganta Profunda"), o alguna que otra más; pero finalmente, o bien por falta de entradas o bien por coincidencia de horarios, tuvimos que elegir las últimas de Michael Winterbottom (a las 16:30 horas) y la de Abel Ferrara (a las 23:00 horas), dos directores que admiro mucho y sobre cuyas películas hablaré en otras entradas posteriores.
Trás la primera peli, en pleno centro comercial desolado entre la plaza de toros y el campo de fútbol de la Real Sociedad, nos fuimos a merendar a primera línea de playa de La Concha. Preciosa luz, precioso escenario y preciosa puesta de sol.
I1 y L se retiraron a descansar un rato, mientras E y yo nos fuimos a pasear y seguir disfrutando de la ciudad.
Quedamos para cenar, y lo hicimos estupendamente por la zona del puerto, trás lo cual ya estábamos en forma para la segunda película del festival. A la salida nos esperaba el grandioso I2, y un acoplado llamado Telesforo, y todos nos fuimos de copas por el barrio antiguo.
Al final quedamos los cuatro (4) y tuvimos una noche de lo más marchosa. Pasamos por un bar que me encantó, cuyo nombre en euskera no recuerdo (pero era algo así como Demonio) y acabamos en una especie de disco/bar enorme llamado Komplot, donde todo el mundo se lo estaba pasando en grande. Era un bar bastante mixto y heterogéneo (if you know what I mean!), es decir, había gente para todo: chicas a las que les gustaban los chicos, chicos a los que les gustaban los chicos, chicos con chicas, chicas con chicas...
Pero sobre todo en lo que sí parece que estaban de acuerdo la mayoría, y lo que gustaba a casi todo el mundo, era pasar por el baño para empolvarse la nariz. ¡Dios mio, cuánto trajín hay en San Sebastián!
¡En fín, supongo que ciudad exagerada en todos los aspectos...!
El día acabó a las mil (1000) horas. Realmente me cayó muy bien I2, y me lo pasé estupendamente con él. Hablamos mucho de sus amigos, que incluyen desde los ChicoyChica, Arakis o Gaüeca, pasando por García Calvo, Nacho Canut, etc..., es decir, lo mejorcito de la sociedad vasca, bueno, y de la sociedad en general.
¡Vaya nivelón!
¡Qué bien me lo pasé! Tanto, tanto que no quería que la noche acabara nunca, y no me quería ir a casa. El pobre E tuvo que tirar casi literalmente de mí para llevarme a dormir.
El Domingo amaneció tarde, y con casi el tiempo justo sólo para pasear y seguir disfrutando de los paisajes, playas y vistas maravillosas de la ciudad; con desayuno en la playa incluido y comida en pleno club de tenis local llamado "Wimbledom" (¡dios, qué pijos son tambien los vascos cuando quieren!).
Trás el almuerzo quedamos con los chicos, y tranquilamente planteamos la vuelta a Madrid. Fue un viaje largo, pero muy tranquilo y relajado. Con tiempo para charlar, reir, comer bocadillos de jamón, admirar una luna hermosa, disfrutar de los recuerdos de todo lo que nos había deparado el fin de semana intenso, y sobre todo con esa tonta sensación de haber sido muy feliz.
Por supuesto volveré a ver a Iñaki, a Lola, a Sara y a Iñigo... y a Edorta, que ya está dentro de mí.
3 comentarios
iñigo -
lifeonmars -
Realmente me dió mucha pena no haber podido ir ayer a ver la proyección de la obra de Lucina. Me dió realmente mucha rabia, pero me alegro que tu fueras. ¡Ya me contarás! ¡Es que Lucina es tan maja! La llamaré esta noche para que me cuente cómo fue todo.
Además también me dió rabia perderme una fiesta que me acaba de contar D que se celebró el sábado durante el día en pleno Fuencarral, con actuaciones de Mastretta y Glamour to Kill, entre otros. Seguro que estuvo genial.
Bueno, ¿cuándo nos vemos y nos contamos?
C.K. DEXTER HAVEN -