Lujo, glamour y famosas
Anoche le pude dar rienda suelta a mi lado vanidoso y superficial, y reirme de ese snob que llevo dentro (todos tenemos uno, creo).
Resulta que estaba en casa (casi en pijama) de marujeo total, recién cenado y tendiendo ropa de la lavadora cuando me llama mi gran amiga Sylvie (francesa/suiza) con quién me llevo muy bien, para decirme que estaba debajo de mi casa con Olivier (otro amigo belga que vive en Madrid) y con José Enrique Oña Selfa, que iban a cenar por el barrio y que me invitaban a cenar con ellos.
Me dió mucha rabia, porque ya había cenado en casa, pero les dije que me uniría a ellos para tomar una copa.
Me duché, vestí y me fui para el sitio; una terraza alucinante en la Calle del Rollo, en pleno barrio de los Austrias y con vistas casi al puente de Segovia.
Para poneros en antecedentes y para quién no le conozca, J.E. Oña Selfa es el diseñador de ropa femenina de LOEWE, y un diseñador a quién sigo desde hace años y me gusta mucho. Lleva en Loewe unas ocho (8) temporadas, pero ya era famoso en Bélgica cuando llevaba su propia marca (es de origen español pero ha nacido en Bélgica y ha vivido allí toda su vida).
Y como me gusta tanto ese mundo, pués comprenderéis que me hacía mucha ilusión. Reconozco que tuve mi momento Marijose, pero ¡es que soy muy fan!
Vive en Bruselas, y viene a Madrid unas dos (2) veces cada quince (15) días para controlar los temas, y cuando está en Madrid se hospeda en El Palace, ¡toma ya!
Pués resulta que tuvimos una noche de lo más divertida. Hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto ni me lo pasaba tan bien.
Pero es que nos juntamos cuatro (4) personas con muchísima complicidad y muchas cosas y vivencias en común, y nos entendimos y entretuvimos a las mil maravillas.
Pasábamos del francés al español sin ningún problema (los cuatro somos bilingües), y el tema de las dos lenguas y las culturas francesas y españolas daba mucho juego.
Nos reimos cantidad con los juegos de palabras y las equivocaciones lingüisticas en las que caemos los extranjeros cuando vivimos en otras culturas con lenguas diferentes.
Además los cuatro somos unos enamorados de Bélgica, por lo que teníamos mucho de que hablar.
Aparte de comentar mucho sobre el mundo laboral en el que ellos se mueven, con todos sus cotilleos (lujo, glamour y miserias, includidos, por supuesto), que me fascina.
Al final acabamos la noche en el Berlin Cabaret, un local histórico de la capital, al que hacía mucho tiempo que no iba, y que un Martes por la noche estaba bastante bien de público, no tan agobiado como suele estar los fines de semana. La música era toda de los años ochenta (80), por lo que no paramos de bailar durante toda la noche, sobre todo José Enrique, Sylvie y yo.
Al final acabamos tan encantados que nos pasamos los teléfonos y nos despedimos con la promesa de volver a repetirlo y volver a vernos pronto.
Fue una de esas veladas en las que te vas a la cama con esa cara tonta que se te pone cuando eres feliz.
PD: Para el que no sepa lo que significa la expresión "mi momento Marijose", esto es un guiño que usamos mucho sobre todo entre Javi, Telecine, y otros amigos, en referencia a ese cd mítico que nos encanta, el "Status" de Chico y Chica, en cuyo interior hay una especie de telenovela radiada (me gusta llamarla así), donde hay una tal Marijose que se pone muy nerviosa cuando está delante de sus ídolos o de gente a la que admira. Excatamente como nosotros. ¡Pués eso! ¡Nosotros nos entendemos!
Resulta que estaba en casa (casi en pijama) de marujeo total, recién cenado y tendiendo ropa de la lavadora cuando me llama mi gran amiga Sylvie (francesa/suiza) con quién me llevo muy bien, para decirme que estaba debajo de mi casa con Olivier (otro amigo belga que vive en Madrid) y con José Enrique Oña Selfa, que iban a cenar por el barrio y que me invitaban a cenar con ellos.
Me dió mucha rabia, porque ya había cenado en casa, pero les dije que me uniría a ellos para tomar una copa.
Me duché, vestí y me fui para el sitio; una terraza alucinante en la Calle del Rollo, en pleno barrio de los Austrias y con vistas casi al puente de Segovia.
Para poneros en antecedentes y para quién no le conozca, J.E. Oña Selfa es el diseñador de ropa femenina de LOEWE, y un diseñador a quién sigo desde hace años y me gusta mucho. Lleva en Loewe unas ocho (8) temporadas, pero ya era famoso en Bélgica cuando llevaba su propia marca (es de origen español pero ha nacido en Bélgica y ha vivido allí toda su vida).
Y como me gusta tanto ese mundo, pués comprenderéis que me hacía mucha ilusión. Reconozco que tuve mi momento Marijose, pero ¡es que soy muy fan!
Vive en Bruselas, y viene a Madrid unas dos (2) veces cada quince (15) días para controlar los temas, y cuando está en Madrid se hospeda en El Palace, ¡toma ya!
Pués resulta que tuvimos una noche de lo más divertida. Hacía muchísimo tiempo que no me reía tanto ni me lo pasaba tan bien.
Pero es que nos juntamos cuatro (4) personas con muchísima complicidad y muchas cosas y vivencias en común, y nos entendimos y entretuvimos a las mil maravillas.
Pasábamos del francés al español sin ningún problema (los cuatro somos bilingües), y el tema de las dos lenguas y las culturas francesas y españolas daba mucho juego.
Nos reimos cantidad con los juegos de palabras y las equivocaciones lingüisticas en las que caemos los extranjeros cuando vivimos en otras culturas con lenguas diferentes.
Además los cuatro somos unos enamorados de Bélgica, por lo que teníamos mucho de que hablar.
Aparte de comentar mucho sobre el mundo laboral en el que ellos se mueven, con todos sus cotilleos (lujo, glamour y miserias, includidos, por supuesto), que me fascina.
Al final acabamos la noche en el Berlin Cabaret, un local histórico de la capital, al que hacía mucho tiempo que no iba, y que un Martes por la noche estaba bastante bien de público, no tan agobiado como suele estar los fines de semana. La música era toda de los años ochenta (80), por lo que no paramos de bailar durante toda la noche, sobre todo José Enrique, Sylvie y yo.
Al final acabamos tan encantados que nos pasamos los teléfonos y nos despedimos con la promesa de volver a repetirlo y volver a vernos pronto.
Fue una de esas veladas en las que te vas a la cama con esa cara tonta que se te pone cuando eres feliz.
PD: Para el que no sepa lo que significa la expresión "mi momento Marijose", esto es un guiño que usamos mucho sobre todo entre Javi, Telecine, y otros amigos, en referencia a ese cd mítico que nos encanta, el "Status" de Chico y Chica, en cuyo interior hay una especie de telenovela radiada (me gusta llamarla así), donde hay una tal Marijose que se pone muy nerviosa cuando está delante de sus ídolos o de gente a la que admira. Excatamente como nosotros. ¡Pués eso! ¡Nosotros nos entendemos!
0 comentarios