Sevilla
Hoy me tocó viajar a Sevilla por temas de trabajo.
El AVE genial.
En un principio estaba un poco acojonado porque iba con una compañera con la que, aunque me llevo bien, no tengo nada en común, y es un poco coñazo. Como ibamos sentados juntos, pensé que no sabría de qué hablar durante todo el viaje, pero resulta que trás los saludos iniciales, nos metimos cada uno muy respetuosos en nuestras respectivas lecturas. Y me encantó hacer un viaje soleado hacia el sur imbuido en mi historia de amor japonesa.
Durante todo el trayecto tuve la sensación de que me iba de vacaciones, ya que (casi) siempre que voy a mi tierra voy de vacaciones. Y me gustó la idea. En verdad fue llegar a Sevilla, y notar ese bochorno de calor y ambiente cargado que sólo se da por esos lares. Realmente hizo mucho calor. ¡No sé que va a pasar en Julio y Agosto!
Lo cierto es que últimamente voy tan poco a Sevilla que cada vez que paso por allí la conozco menos, y cada vez me gusta menos, la verdad.
De las reuniones de trabajo y comida de negocios mejor no hablo. Fueron un poco rollo. Sólo sirvieron para estrechar aún más los lazos con la gente de la oficina de allí, y de eso se trataba.
Finalmente resaltar que fue curioso pasarte cinco (5) horas en un tren, para llegar a un sitio y pasarte allí exactamente otras cinco (5) horas. Curioso día.
El viaje de vuelta me lo pasé durmiendo todo el rato. Y sólo me despertaba de vez en cuando por las voces de un energúmeno que viajaba en el mismo vagón y que se pasó todo el rato llamando a gente diciendo que trabajaba en Mitsubushi y que se casaba este Sábado. Acabamos riéndonos de él una gran parte del vagón, que nos mirábamos con complicidad y estupefacción. En fín, ¡ver para creer!
Además nos pusieron la misma película a la ida y a la vuelta (no se quién o qué programa las películas en el tren (¿?)). Una gilipollez americana del tio ese judio moreno que no soporto (Ben Stiller o algo así) con la ex de Brad Pitt, una chica que me parece horrible de fea y que no recuerdo cómo se llama, ni me importa. Creo que la peli era "Ella siempre dice sí", o un título tonto parecido. Todavía no puedo entender cómo la gente se reía con lo que se estaba viendo en las pantallas. Lo dicho, ¡ver para creer!
Al llegar a casa me tocaba de nuevo preparar maletas otra vez porque mañana salgo para Londres. En fín, eso estará mucho mejor (ir a Londres, aunque sea por trabajo, siempre está bien), y supongo que tendré mucho más que contar.
Pero eso no será hasta el Jueves noche cuando vuelva a Madrid. Portaos bien y sed felices.
El AVE genial.
En un principio estaba un poco acojonado porque iba con una compañera con la que, aunque me llevo bien, no tengo nada en común, y es un poco coñazo. Como ibamos sentados juntos, pensé que no sabría de qué hablar durante todo el viaje, pero resulta que trás los saludos iniciales, nos metimos cada uno muy respetuosos en nuestras respectivas lecturas. Y me encantó hacer un viaje soleado hacia el sur imbuido en mi historia de amor japonesa.
Durante todo el trayecto tuve la sensación de que me iba de vacaciones, ya que (casi) siempre que voy a mi tierra voy de vacaciones. Y me gustó la idea. En verdad fue llegar a Sevilla, y notar ese bochorno de calor y ambiente cargado que sólo se da por esos lares. Realmente hizo mucho calor. ¡No sé que va a pasar en Julio y Agosto!
Lo cierto es que últimamente voy tan poco a Sevilla que cada vez que paso por allí la conozco menos, y cada vez me gusta menos, la verdad.
De las reuniones de trabajo y comida de negocios mejor no hablo. Fueron un poco rollo. Sólo sirvieron para estrechar aún más los lazos con la gente de la oficina de allí, y de eso se trataba.
Finalmente resaltar que fue curioso pasarte cinco (5) horas en un tren, para llegar a un sitio y pasarte allí exactamente otras cinco (5) horas. Curioso día.
El viaje de vuelta me lo pasé durmiendo todo el rato. Y sólo me despertaba de vez en cuando por las voces de un energúmeno que viajaba en el mismo vagón y que se pasó todo el rato llamando a gente diciendo que trabajaba en Mitsubushi y que se casaba este Sábado. Acabamos riéndonos de él una gran parte del vagón, que nos mirábamos con complicidad y estupefacción. En fín, ¡ver para creer!
Además nos pusieron la misma película a la ida y a la vuelta (no se quién o qué programa las películas en el tren (¿?)). Una gilipollez americana del tio ese judio moreno que no soporto (Ben Stiller o algo así) con la ex de Brad Pitt, una chica que me parece horrible de fea y que no recuerdo cómo se llama, ni me importa. Creo que la peli era "Ella siempre dice sí", o un título tonto parecido. Todavía no puedo entender cómo la gente se reía con lo que se estaba viendo en las pantallas. Lo dicho, ¡ver para creer!
Al llegar a casa me tocaba de nuevo preparar maletas otra vez porque mañana salgo para Londres. En fín, eso estará mucho mejor (ir a Londres, aunque sea por trabajo, siempre está bien), y supongo que tendré mucho más que contar.
Pero eso no será hasta el Jueves noche cuando vuelva a Madrid. Portaos bien y sed felices.
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Nader -