De vueltas de todo
Pués al final llegó el día en que todo el mundo volvió de sus viajes y todos tuvimos que volver al trabajo.
Al final el mío no ha sido tan duro como me temía, y he tenido un día bastante tranquilo (sobre todo comparado con la semana pasada). ¡A ver cuánto dura!.
De todas formas ya es Miércoles, y por muy mal que se den estos dos días, ya pronto tenemos el fin de semana otra vez. ¡Qué ganas!
Pués eso, que casi todo el mundo ha vuelto de sus vacaciones, y ya he hablado con algunos amigos, aunque todavía me queda más de uno que me cuente.
Mis compañeras de ofi, MJ y H, me han traido un regalo de su viaje a Egipto, y me ha hecho mucha ilusión. Es una taza para tomar el té con unas esfinges y dibujos egipcios en dorado, sobre un fondo turquesa muy de Egipto. Hombre, es un diseño como muy Versace, pero los colores son bonitos. En fin.
Por fin hablé con Lulu (c'est moi!), a quién hacía mogollón de tiempo que no veía, y que acaba de volver de su puente en Córdoba (supongo que se habrá hartao de ver patios y flores y beber rebujitos). El tema es que para ponernos al día (yo también tenía un montón de cosas que contarle) me ha invitado a tomar el aperitivo en su casa. Quedé en ir al salir del trabajo y trás el yoga.
Hoy me he reído mogollón, porque era una clase en parejas, y me han puesto con una señora gorda de unos 50 años. Toda la clase era de estiramientos de extremidades, brazos y piernas (más que nada), de uno contra otro, poner espalda contra espalda, etc... Y yo con lo bruto que soy no hacía más que tirar con fuerza de ella, y la pobre señora se iba todo el rato para el suelo. Se quejaba, pero también se reía. O sea, que muy divertido. ¡Le dí un tute a la pobre!
Mañana iré otra vez para recuperar, porque la semana que viene estaré casi toda la semana de viaje y perderé clases. Me ha dicho el profe que nos toca la misma clase. O sea, que espero que mañana me toque un compañero más a mi altura. Je, je, je...
Lo que pasa que con tantos sudores, al salir de allí yo no estaba ni para aperitivos en casa de nadie ni para nada.
Pero bueno, me puse otra vez la corbata en su sitio, como pude, y para la nueva casa de Lulu (c'est moi!) que me fui.
Tenía dos noticias que darme: estrenaba nuevo piso (ático, con terraza, para ser más precisos) y nuevo novio.
¡Aquí el que no corre vuela, oiga! No nos vemos desde hace unos siete (7) u ocho (8) meses, y ahora va y en ese tiempo se ha cambiado dos veces de piso (yo el anterior ni siquiera llegué a verlo), tiene novio desde hace tres meses y llevan tres semanas compartiendo ático. En fín, vivir para ver. ¡Quién lo iba a decir de Lulu!
El piso muy chulo, oiga. Pequeñito pero coqueto. Y la terraza muy bonita. Nada que ver con la mía, por supuesto, pero muy bonita. ¡Que no, que es broma! Me ha encantado, de verdad.
Pero lo que más me ha impresionado ha sido el novio cuando lo he visto.
Cuando yo llegué a la casa todavía no había llegado, por lo que nos dió tiempo a ponernos al dia de nuestras cosas en unos veinte minutos, y contarle todas las cosas que me han pasado en mi último medio año de vida (que no han sido pocas). Pero cuando vi entrar al chaval me quedé de piedra.
¡Cómo describirlo! Piel chocolate, bueno, más bien, café con leche o chocolate con leche, y un cuerpo y unas hechuras para quitar el hipo. El pelo rapado, y además vestido muy elegentemente y con muy buenos modales. En fín, que ahora no me estraña que Lulu estuviera tan contenta últimamente. Ya me explico por qué nos tenía olvidados a todos los amigos últimamente.
En fin, te perdonamos, y ya nos dirás dónde lo conseguiste.
Según me contaba desde que se conocieron hace tres meses no se han dejado un solo día. En fin....
Por supuesto mañana a primera hora la llamo para que me diga de qué país es, porque así de un pronto como que no sabía identificar de dónde podría ser. Digamos que cubano, creo yo.
Para el aperitivo le llevé por supuesto una botella de rosado. Para quién no lo sepa, Lulu (c'est moi!), es "Madame rosée", porque le gusta más un vino rosado que a la Obregón un traje de Versace o de los Dolce &.
Trás mis tres copitas del susodicho me vine para casa y quedamos para cenar o vernos más formalmente otro día.
Así que he cenado tranquilamente en mi casita y he escrito un poco antes de irme a dormir.
Buenas noches.
Al final el mío no ha sido tan duro como me temía, y he tenido un día bastante tranquilo (sobre todo comparado con la semana pasada). ¡A ver cuánto dura!.
De todas formas ya es Miércoles, y por muy mal que se den estos dos días, ya pronto tenemos el fin de semana otra vez. ¡Qué ganas!
Pués eso, que casi todo el mundo ha vuelto de sus vacaciones, y ya he hablado con algunos amigos, aunque todavía me queda más de uno que me cuente.
Mis compañeras de ofi, MJ y H, me han traido un regalo de su viaje a Egipto, y me ha hecho mucha ilusión. Es una taza para tomar el té con unas esfinges y dibujos egipcios en dorado, sobre un fondo turquesa muy de Egipto. Hombre, es un diseño como muy Versace, pero los colores son bonitos. En fin.
Por fin hablé con Lulu (c'est moi!), a quién hacía mogollón de tiempo que no veía, y que acaba de volver de su puente en Córdoba (supongo que se habrá hartao de ver patios y flores y beber rebujitos). El tema es que para ponernos al día (yo también tenía un montón de cosas que contarle) me ha invitado a tomar el aperitivo en su casa. Quedé en ir al salir del trabajo y trás el yoga.
Hoy me he reído mogollón, porque era una clase en parejas, y me han puesto con una señora gorda de unos 50 años. Toda la clase era de estiramientos de extremidades, brazos y piernas (más que nada), de uno contra otro, poner espalda contra espalda, etc... Y yo con lo bruto que soy no hacía más que tirar con fuerza de ella, y la pobre señora se iba todo el rato para el suelo. Se quejaba, pero también se reía. O sea, que muy divertido. ¡Le dí un tute a la pobre!
Mañana iré otra vez para recuperar, porque la semana que viene estaré casi toda la semana de viaje y perderé clases. Me ha dicho el profe que nos toca la misma clase. O sea, que espero que mañana me toque un compañero más a mi altura. Je, je, je...
Lo que pasa que con tantos sudores, al salir de allí yo no estaba ni para aperitivos en casa de nadie ni para nada.
Pero bueno, me puse otra vez la corbata en su sitio, como pude, y para la nueva casa de Lulu (c'est moi!) que me fui.
Tenía dos noticias que darme: estrenaba nuevo piso (ático, con terraza, para ser más precisos) y nuevo novio.
¡Aquí el que no corre vuela, oiga! No nos vemos desde hace unos siete (7) u ocho (8) meses, y ahora va y en ese tiempo se ha cambiado dos veces de piso (yo el anterior ni siquiera llegué a verlo), tiene novio desde hace tres meses y llevan tres semanas compartiendo ático. En fín, vivir para ver. ¡Quién lo iba a decir de Lulu!
El piso muy chulo, oiga. Pequeñito pero coqueto. Y la terraza muy bonita. Nada que ver con la mía, por supuesto, pero muy bonita. ¡Que no, que es broma! Me ha encantado, de verdad.
Pero lo que más me ha impresionado ha sido el novio cuando lo he visto.
Cuando yo llegué a la casa todavía no había llegado, por lo que nos dió tiempo a ponernos al dia de nuestras cosas en unos veinte minutos, y contarle todas las cosas que me han pasado en mi último medio año de vida (que no han sido pocas). Pero cuando vi entrar al chaval me quedé de piedra.
¡Cómo describirlo! Piel chocolate, bueno, más bien, café con leche o chocolate con leche, y un cuerpo y unas hechuras para quitar el hipo. El pelo rapado, y además vestido muy elegentemente y con muy buenos modales. En fín, que ahora no me estraña que Lulu estuviera tan contenta últimamente. Ya me explico por qué nos tenía olvidados a todos los amigos últimamente.
En fin, te perdonamos, y ya nos dirás dónde lo conseguiste.
Según me contaba desde que se conocieron hace tres meses no se han dejado un solo día. En fin....
Por supuesto mañana a primera hora la llamo para que me diga de qué país es, porque así de un pronto como que no sabía identificar de dónde podría ser. Digamos que cubano, creo yo.
Para el aperitivo le llevé por supuesto una botella de rosado. Para quién no lo sepa, Lulu (c'est moi!), es "Madame rosée", porque le gusta más un vino rosado que a la Obregón un traje de Versace o de los Dolce &.
Trás mis tres copitas del susodicho me vine para casa y quedamos para cenar o vernos más formalmente otro día.
Así que he cenado tranquilamente en mi casita y he escrito un poco antes de irme a dormir.
Buenas noches.
1 comentario
JE -
Paris ha estado genial (comme d'habitude !) y con 30 grados. Los franceses alucinaban. Hablamos.
Ah, y enhorabuena por el lavado de imagen de la página, ahora me gusta mucho más. Bisous.