All that glitters!
Al llegar el Sábado noche, y cuando todo el mundo se prepara para salir - aunque haga cero (0) grados en la calle -, quedamos con Xabi y Olaf en el Sierra para ir todos juntos a la fiesta de Sylvie. La cerveza de allí acabó en un café un poco más allá para ir entrando a tono en un día en el que ya casi todos estábamos cansados. Así que al llegar a su casa ya había cantidad de gente, y un ambiente muy cosmopolita (creo que más de la mitad de la gente eran extranjeros) y animado.
Sylvie estaba tan simpática y animada como siempre, y no le importó nada que su casa resultara un poco pequeña para albergar a tanta gente como había invitado. Saludamos a los conocidos (Laurence, sobre todo) y nosotros cuatro (4) nos hicimos una piña y ya desde entonces pasamos casi toda la velada juntos. Aunque es cierto que también socializamos bastante. Lo pasamos muy bien, y nos reimos cantidad hablando de la gente y/o con alguna gente de la fiesta.
Lo cierto es que todas las fiestas (¡y puedo jurar que hay muchas!) de Sylvie son divertidas, y esta estuvo especialmente brillante. Hubo muchas cosas que brillaron esa noche: E estuvo brillante durante toda la velada; la camisa negra (Armani) de Sylvie era brillante; Madonna no dejaba de chillar de una forma brillante por los altavoces; la casa estaba brillante con tantas velas; había muchos invitados brillantes, y hasta nos sorprendía que hubiera tantísima gente que trabaja en esa marca del cangrejo con forma de L (y brillante) que simboliza el lujo en español; los pullovers que nos pusimos Olaf, Xabi y yo eran brillantes (no porque brillaran, sino porque eran muy bonitos los tres (3)); el puntito que pillé fue brillante; hasta los cigarros que fumábamos eran más brillante de lo habitual; y hasta las estrellas brillaban de una forma especial esa noche, supongo que de puro frio...
No recuerdo a qué hora llegamos a casa, pero por lo menos eran las cinco (5) de la mañana pasadas. Con lo cual el Domingo amaneció tardísimo y con mucho frío, lo que no invitaba para nada a dejar la casa. Sólo pisé la calle para comprar el periódico, y al comprobar las ráfagas de gente que pasaban por mi calle paseando, y al comprobar las ráfagas de aire frio que calaban mis huesos, decidí que lo mejor era atrincherarnos en casa y no salir en todo el día. Así pués hubo buena comida y buena peli en dvd, de la que hablo en otro post.
Lo triste es que al llegar la noche estaba tan resacoso y cansado que aunque lo dudé mucho - y hasta el último momento - al final decidí no ir a la fiesta de cumpleaños del EPT. Me dió mucha rabia perdérmela, pero al levantarme fresco al día siguiente para ir a trabajar, me dió mucha alegría no haber ido, sobre todo cuando me enteré que no me había perdido gran cosa. Y es que estos del EPT se están repitiendo tanto que ya empiezan a cansar y aburrir un poco. Se nota el mal rollo que hay entre ellas, y parece ser que les queda poco tiempo. A ver si ya pronto empiezan a salir otras nuevas fiestas o propuestas originales que nos inciten a salir para ver algo realmente original, auténtico y divertido. Aunque he de decir que estas de EPT han sido de las mejores que se han hecho por estos lares últimamente.
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