Blogia
lifeonmars

Saberes inútiles

Tengo para mí que los más placenteros son los saberes inútiles, los que uno adquiere como sin querer, por mera afición, y a los que apenas saca ningún provecho.

2 comentarios

lifeonmars -

CK, gracias por tu comentario.
Efectivamente creo que estoy pasando por un momento dulce. ¡Ya iba siendo hora! Realmente, como hemos hablado tantas veces, pienso que lo mejor es aprovecharlo y disfrutar el momento.
Se a lo que te refieres con lo de dormir solo, y las sensaciones que produce estarlo o no. Tranquilo, que son rachas o situaciones pasajeras, que vienen y van, como las estaciones.
Por cierto, me ha encantado la imagen de Nueva York que has descrito. Realmente preciosa. No sé por qué pero se me acaba de ocurrir que tu y yo deberíamos ir una vez a Nueva York, que lo pasaríamos bien juntos. ¿Qué te parece empezar a programar una escapada para la primavera del 2006? (¡Dios, qué bonito es soñar!).
Por cierto, me tienes que dar el nombre del libro.

Respecto a Bin-Jip, se que me va a apasionar y emocionar. Se que ya está en dvd y que me la compraré en cuanto salga, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de verla en una pantalla de cine.

C.K.. DEXTER HAVEN -

Este planeta empieza a dejarse impregnar de un aire cada vez + amoroso/ardoroso, de lo cual me alegro, porque se te percibe bien contento. Sin duda disfrutarás de BinJip, estás en el mejor momento para ello, ya intercambiaremos opiniones.
Anoche me fui a la cama solo (no es novedad) junto con el más grande novelón (por la extensión, desde luego) de David Levitt y ya estoy llegando a las páginas + interesantes, aquellas en las que Martín Bauman empieza a enamorarse por primera vez. En particular, me gustaron las páginas en las que al pasar su primera noche en cama ajena rememora tantas otras noches en las que durmió a solas. Y ese recuerdo, según dice, se desvanece al instante, al igual que los primeros copos de nieve del invierno en New York, que al depositarse en el suelo se convierten instantáneamente en agua... Deliciosa imagen, no? Pues eso, que yo al pagar la luz recordé las otras noches, aquellas en las que había alcanzado el sueño rodeado de unos brazos que no eran los míos.
En fin, majo, confío en que durante este fin de semana donostiarra te dejarás abrazar no sólo por las pelis del Kursaal, sino por los brazos del “adorable”, que ya se está resistiendo demasiado a ser conocido por los habitantes que poblamos este planeta.