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El Retrato del Mes

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Si alguien pasa estos días por la ciudad de Londres le recomiendo que no deje de visitar el Museo Nacional del Retrato para contemplar en persona - y de cerca - esta maravilla.

La National Portrait Gallery lleva eligiendo desde hace algunos meses una foto nueva como "el retrato del mes", y la exponen de forma especial durante ese mes concreto.

La fotografía seleccionada para el mes de Diciembre de 2008 es esta maravillosa imagen de Lily Cole tomada por el estupendo fotógrafo Miles Aldridge, que ocupará un discreto espacio en una sencilla pared de la habitación 39 del museo.

A mí me parece un tesoro, que, con su luz, sus colores y su expresión, convierten la esencia de la navidad en todo un arte.

Os dejo que disfrutéis de (y con) ella...


PD: Este fin de semana me voy de puente. No es precisamente por llevar la contraria, pero, mientras la mitad del país se fue de puente el fin de semana pasado, yo me quedé en casa, y justo éste me voy yo por ahí de pendoleo. ;-)
Este fin de semana pueden pasar cosas grandes. Puede que sea el principio del resto de nuestras vidas, o incluso el inicio de una nueva vida, ¿quién sabe?.
Así que, ¡a disfrutar!

Supongo que no volveré por aquí hasta el lunes que viene. Besos, pues.

El Real Sitio de Aranjuez

... y sus diversos príncipes...

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Sorprendente Argelia. Encore une fois. Toujours!

Esta semana he vuelto a viajar a Argelia por motivos de trabajo.

Ya es un destino que, sorprendentemente, se está convirtiendo en algo cotidiano, y a mí me encanta. Cada vez que tengo que preparar las maletas tengo esa mezcla de sensaciones, entre sorpresa, precaución (o pelín de miedo) y alegría. Siempre me encanta viajar a algún país árabe. Las sensaciones que se tienen recorriendo sus calles son tan distintas, y tan auténticas, que nada parecido se puede sentir en algún país europeo, por poner un ejemplo.

Ya se que los viajes relámpago de negocios no dan para mucho. Entre controles de seguridad y chequeos varios, reuniones, charlas, negociaciones, comidas, cenas (con bailes del vientre incluídos) y confortables habitaciones de hotel con mucho oro y mucho mármol, no da tiempo para conocer realmente algo de Argel - y mucho menos del país -; pero una buena sensación de lo que significa un país tan contradictorio sí que tiene uno tiempo de pillar.

Y es que Argelia es muy fuerte. A mí me encanta, y nunca me cansaré.

(Y dios, ¡cuánto me gusta ese Albert Camus y ese L'étranger!)

Imágenes de un verano

Sicilia, Italia.

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Ibiza, España.

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Assilah, Marruecos.

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Tarifa, España.

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YOU CAN STORE ENOUGH SUMMER IN YOUR MIND TO COMBAT EVEN THE DREARIEST OF DAYS...

Cuando llegan estas fechas siempre me gusta recordar esta frase que, además de ser una de mis citas favoritas, resume perfectamente mi estado de ánimo.....


Y es que hay que ver lo bien que sientan el buen tiempo y las vacaciones. Hasta he encontrado a Penélope muy favorecida este verano...

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Intuyo que esta entrada se va a convertir en una especia de "work in progress", es decir, que se va a ir alimentando poco a poco, o construyéndose a pedazos, así sobre la marcha, porque originariamente iba a hablar de mis vacaciones de verano, pero el hecho es que aún no han acabado, con lo cual sigo entrando y escribiendo aquí a trompicones.


He estado un tiempo fuera, y he pasado esta semana rápidamente por aquí pero con muy poco tiempo, ya que sólamente ponerme al dia en el curro ya me ha quitado cualquier otro momento libre para otras cosas. Supongo que es lo que tiene volver a trabajo trás tres semanas seguidas de vacaciones.
Pero yo todavía no me lo tomo como una rentrée propiamente dicha porque esto aún no ha acabado.


Podría hablar de lo bien que han estado mis vacaciones, de lo bien que me ha sentado el repaso a muy distintas y variadas playas del sur, pero esto irá construyéndose sobre la marcha, porque vuelvo a desparecer por cinco días, y no volveré hasta mediados de la semana que viene (esta actualización es del viernes 5 de septiembre).
Efectivamente ha habido mucha playa y mucho sol, pero también mucho y variado pescado, unos ambientes y entornos muy diferentes, y algún que otro lazo en común, como ciudades monumentales - cada una a su manera -, y, por ejemplo, mucha palmera, y sobre todo mucha chumbera, que curiosamente ha sido la planta que más ha abundado en los distintos lugares en que he estado (y que me encanta, por cierto).

En primer lugar puedo hablar muy bien de Tarifa, cuyas playas, su pueblo, sus gentes y su ambiente me han encantado. (Allí pasé la primera semana de mis vacaciones)
En segundo lugar, no puedo sino tener palabras elogiosas para Assilah, el pueblo marroquí donde pasé mi segunda semana de vacaciones. Una pasada de pueblo, de casas, de comidas, de tiendas, de playas salvajes, de gentes, de fotografías, de imágenes, de momentos, de escenarios y de recuerdos. Pero es que Marruecos es mucho Marruecos.
Pero sobre todo, en tercer lugar, debería hablar del tercer lugar en el que he pasado la tercera parte de mis vacaciones: Sicilia. Un sitio cuya sola pronunciación ya evoca infinidad de imágenes y reaciones. ¡Dios mío, qué maravilla de isla! ¡Esos edificios barrocos! ¡Esos templos griegos, árabes, romanos o normandos! ¡Ese volcán! ¡Esos pueblos! ¡Esa mafia! ¡Esa granizada de mandorla (almendra)! ¡Esa pasta con sardinas (serde)! Maravilla, maravilla, maravilla.
Era mi primera vez, y obviamente me ha encantado. Sería muy difícil poner sobre el papel (o sobre la pantalla de ordenador, que a estos efectos es lo mismo) todas las sensaciones que me ha producido ese viaje, porque han sido muchas, y muy agradables.
Pero como mis vacaciones aún no han acabado, y en unas horas salgo para Ibiza - otra isla de las de también quitar el hipo -, para disfrutar allí de mis cuatro días de puente (¡sí, este año los madrileños estamos que nos salimos con tantos puentes!jejeje)(¡¡por una vez ya era hora!!); creo que será a mí vuelta cuando documente y quizá hable un poco más de este verano que parece que está siendo eterno.

Lo que decía en el título: estoy intentando albergar en mi cabeza el máximo de impresiones posibles de este verano para que me ayuden a superar los momentos duros....

08 / 08 / 08

Hoy es un día muy especial. Pero no porque empiecen las Olimpiadas ni chorradas de esas, sino porque empiezan mis vacaciones.

No hay nada que me pueda interesar menos que los Juegos Olímpicos. Me la traen sin cuidado. Pero, sobre todo, lo que no me interesa nada es que se celebren en China. Eso me parece muy serio, y también me parece indecente que se organice un acto de esos en un país parecido, donde se pasan por el forro los derechos humanos, la tolerancia y la mera libertad individual, que es lo más importante que pueda existir. Vergüenza ajena es lo que siento.
No pienso disfrutar ni un momento de esos actos.

Pero de lo que sí pienso disfrutar, y mucho, es del acto de mis vacaciones. Ya está todo preparado, aunque este verano sí que ha sido fácil preparar la maleta porque va a ser todo muy salvaje, muy hippy, mucha camiseta, mucho pantalón corto, y chancla y tal.
Y mucho sur, como debe ser (no concibo un verano sin sur, playa, calor, arena y sudor). Habrá un poquito de Cádiz, de Tarifa, y un muchito de Marruecos; y sobre todo mucho tiempo libre por delante.


Hay quien dice que los deportistas que participarán en las Olimpiadas que comienzan hoy son los héroes de nuestro tiempo, pero no estoy nada de acuerdo. Los héroes sólo existen en las películas o en las novelas y en los libros de cómics. Y sobre todo sólo existen en la mente de cada uno. Y yo este año sólo tengo espacio en mi mente para este héroe...

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Sin duda, mi fotografía favorita de este verano. Por eso os quiero dejar con ella para que tengáis un buen recuerdo y también os haga soñar en estas calurosas noches de estío.

Nos vemos en Septiembre, allá cuando el tiempo empiece a refrescar y los días sean más cortos. Ufff, ¡¡queda tanto para eso...!!

Besos a tutti.

Por los rios de Alemania

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I (love) Deutschland

A ver, no es que me guste mucho. Pero bueno, un poquito sí que me gusta. Además, ¡a caballo regalado...!

Salgo pitando al aeropuerto para pillar un avión a Munich.

Un viaje de trabajo, pero también de placer. Más bien de placer.

Vuelvo el miércoles, así que ya contaré por entonces.

Espero que no esté lloviendo en Munich. Ya que me estaba acostumbrando al sol, no me apetece que llueva. No me apetece nada...

Refréscate, tú que puedes

Con el calor que hizo ayer en la ciudad de Madrid (y supongo que en el resto de España igual), no me extraña que los que vivan por aquí y aún no estén de vacaciones intenten quitarse de en medio cuanto antes.
Creo que ayer miércoles debe haber sido uno de los días de más calor que hayan hecho jamás en esta ciudad (¡dios, qué bochorno inaguantable!), así que aprovechando que hoy empieza un puente por aquí (algo bueno debe de haber, ¿no?) - la verdad es que aún no sé muy bien a cuento de qué este año el 25 de julio es fiesta aquí -, lo mejor es salir echando leches para la playa.

Cada año constato más claramente que conforme se va acercando el verano esta ciudad se vuelve cada vez más insoportable; y los que aquí vivimos tenemos la necesidad física (y moral) de quitarnos de en medio lo más rápido posible si queremos que nuestra integridad permanezca en pie.
Yo ya voy notando que cuando llevo aquí muchos meses seguidos necesito cambiar un poco de aires y salir de este contaminado, secano y llano lugar.

Así pues, sin pensarlo mucho, he decidido un poco a última hora que eso de estar tres días inactivos en la capital sin hacer nada iban a ser demoledores, así que rápidamente me he sacado un billete de tren para Málaga y listo. Se arregla en un periquete.

Con lo cual en los próximos días pienso embadurnarme de arena, sol y agua por los cuatro costados, como el de la foto de abajo. Aunque espero no convertirme en un boquerón rebozado (bueno, para buenos boquerones fritos los que me comeré por las noches por esas tierras).


Hasta pronto y buena suerte.

Besos para todos. ¡Y que cada uno se arrime al árbol que mejor cobije...!

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Traveler... dans le plat pays

¿Os he dicho ya lo muy recomendable que es el último número de la edición española de la revista Condé Nast Traveler?

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 Bueno, la revista no está nada mal (Sicilia, Cabo de Gata, Argentina, Roma, Trancoso, Chipre, etc), pero es un poco lo mismo de siempre. Lo que de verdad merece la pena es el libro especial que venden con este número, dedicado en exclusiva a Flandes y a la ciudad de Bruselas.

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Esta parte del mundo forma parte de mi vida - no por nada he vivido allí mucho más tiempo del necesario para que se me  pueda olvidar -, con lo cual no pienso ni quiero olvidarlo.

Además en este libro han participado dos amigos, con sendos artículos estupendos sobre la ciudad de Amberes (lugar altamente recomendable, por otro lado), por lo que se ha convertido en un objeto, no sólo de colección, sino de necesaria consulta para los que quieran visitar esa estupenda (y desgraciadamente desconocida) parte de Europa.

Yo sólo puedo decir que me ha traído muchos - y muy buenos - recuerdos. Y que siempre me gustó la nostalgia.

Me gusta NY

Decididamente soy una persona nueva trás mis vacaciones de una semana en la ciudad de Nueva York.

No existe una ciudad igual en el mundo. No existe un paraíso parecido.

Simplemente alucinante.

Ich liebe die Schweiz

Ich liebe die Schweiz

Un gran país la Suiza, sí señor.

La nieve no puede esperar

Aún no repuesto completamente de la visión de ocho y medio, ya ando enfrascado en la preparación de la maleta para pasar unos días, cinco y medio, exactamente, en el que será el último gran destino de este primer trimestre tan viajero que he tenido.

Vuelvo a Zurich, y vuelvo a las montañas suizas.

Parece ser que este viaje ya se está convirtiendo en algo habitual, porque exactamente en las mismas fechas que el año pasado, o parecidas, vuelvo a aceptar la gentil invitación de un cliente (no, si al final hay hasta clientes agradables y gentiles, y todo) para pasar unos días esquiando en las maravillosas montañas suizas. Iré al mismo destino que la otra vez, Arosa, se llama, e, igual que el año pasado, me iré un par de días antes para visitar a algunos clientes que tengo allí en Zurich; cosa de hacer un poco de contactos, vida social y esas cosas.

El viaje en sí es excitante, por lo del esquí, lo bonito que es aquello, y todo el rollo; pero este año no voy yo muy animado, porque precisamente ahora hay mucha gente que quiero que me necesita, y mi deber hubiera sido quedarme aquí con ellos, o ir a visitarles, pero me temo que a veces las obligaciones y compromisos no pueden anularse.
De todas formas, de buena gana lo hubiera anulado porque es completamente cierto que ya estoy cansado de tanto viaje que he tenido últimamente, y no es que se pueda decir precisamente que tenga la moral muy alta, la verdad. Y por supuesto no lo suficiente como para subir allí arriba a esas montañas tan blancas y tan frías.

Porque a mí, si he de ser sincero, lo de esquiar me la trae al pario. No me puede importar menos. Pero bueno, una invitación así, supongo que sería de tontos dejarla pasar.

He crecido yo tan feliz todos estos años sin haber esquiado en mi puta vida, y a ver quién me mandará a mí ahora, a esta edad, ponerme a empezar con lo de los esquís. ¡¿Quién me mandará a mí?!
Es cierto que este año voy incluso con un pelín más de propensión, y hasta de cague. Porque el año pasado era la primera vez en mi vida que me ponía unos esquís y bueno, la inconsciencia es lo que tiene, que es muy inocente, y no te deja ver el peligro que hay detrás. Como cuando al segundo día ya me estaba tirando por unas colinas escarpadas como quien no quiere la cosa (¡qué malo es el desconocimiento!) ;-)
Pero este año, ay señor, señor, ¡ya sé yo lo que son aquellas montañas tan empinadas!, ¡y sé yo lo que es dejarte caer por aquellos peñascos, con la simple protección de tus endebles (o robustas, depende de quién las mire) piernas, que se te abren o se ponen zambas dependiendo de por dónde les de.

En fin, que intentaré disfrutarlo y aprovecharlo al máximo, que son experiencias de esas que hay te tomarlas cuando llegan, y espero que la gente que acuda en el grupo sea maja (porque esto no es sólo un viaje de placer y diversión, no señor; es un lugar y momento propicio para hablar de y cerrar negocios (¡sí hijo, sí!)), y que me sea un pelín leve por esa parte.

Por lo demás, estaré de vuelta en casita el domingo por la noche - espero que sano y salvo -. Y, si las agujetas de las piernas me lo permiten, pasaré y escribiré por aquí el lunes que viene. Aunque bueno, pensándolo bien, me doy cuenta que las piernas no hacen mucha falta para escribir aquí, que también se puede escribir con los dedos de las manos. ¡Qué tonto estoy!

Perderse entre tanta Santa

Sin tiempo para parar, sin tiempo para reflexionar, sin tiempo para pasar tranquilamente por el blog (y visitar los blogs amigos), y casi sin tiempo siquiera para mí, sigo viajando. Esto es un no parar...

Estoy viajando más últimamente que el baúl de La piquer, aunque, entre otras muchas diferencias que tengo con la folclórica, lo bueno de mi maletita negra aerodinámica es que me cabe en cualquier parte, y meto en ella lo mínimo imprescindible para cualquier viaje que vaya surgiendo - que haber más, los habrá-.

Aún no repuesto del viaje a Egipto, que me ha marcado profundamente (cuánto caos, cuánta pobreza, cuánto esplendor, cuanta decadencia, qué trafico, qué locura, qué sociedad, qué suciedad, cuánta belleza) y que por supuesto me ha incitado a volver algún día - espero que pronto -, hoy martes tengo un viaje relámpago a Barcelona, por trabajo (lamentablemente), y que me permitirá estrenar y dar buena cuenta del flamante AVE.

Y el mismo miércoles empiezo mis vacaciones de semana santa cogiendo otro AVE muy temprano por la mañana (otra dirección, otra latitud, other voices, other rooms...)

La semana santa está para eso, para perderse. Cada uno se pierde donde quiere. Los hay que se perderán en las playas (un poco húmedas en esta época del año), otros se perderán detrás de las imágenes, sonidos y pasos religiosos, los habrá que harán turismo rural, y otros turismo de ciudad. Yo supongo que haré un poco de todo eso, y quizá nada al mismo tiempo. A veces sentarse en un sillón con buena luz y un buen libro es una de las mejores vacaciones posibles.
Me apetece perderme, y eso haré.

También seguiré perdido del blog, pero imagino que eso a veces hasta también es bueno.


Por cierto, ayer lunes ha sucedido algo muy importante que cambiará para siempre el rumbo de mi vida. Todavía no contaré mucho, pero sólo diré que la emoción y los nervios harán que me cueste dormir esta noche. Os seguiré dejando con la incógnita. Nos vemos la semana que viene.

Paz, amor y desenfreno... Y mucho pecado.

Vota a... Egipto

Llegó el día.

Después de votar con todas mis fuerzas, cojo la maleta y me marcho para Egipto. Ahí es nada.

Es la primera vez que viajo a ese país tan especial, pero lamentablemente es un viaje de negocios que no me dejará mucho (o ningún) tiempo libre para turistear y ver un poco. Aún así me llevaré mi cámara de fotos viajera, y el disfrute para la vista que me producirán sus populosas y ruidosas calles, las pirámides y el Nilo (porque llegaré hasta el Canal de Suez), aparte de disfrutar de mi exótico hotel, no me lo quita nadie.

Por culpa de este viaje, he tenido que vender la entrada al concierto de La Casa Azul, que ya tenía, porque no podré ir a su actuación de mañana lunes, y tampoco podré ver a mi admirado Marc Almond en su concierto íntimo, cabaretero y tan especial que dará con Baby Dee también mañana en Madrid - es lo que suele ocurrir, o nunca pasa nada o de pronto coinciden varias cosas -. De hecho casi me alegro, porque si hubiera estado aquí me hubiera encontrado ante una gran duda existencial sobre a qué concierto debería acudir. Pero bueno, supongo que no se puede tener todo, y este viaje compensa lo que dejaré atrás. Y además estoy convencido que mis amigos, que sí que disfrutarán de esos conciertos, me darán buena cuenta de ellos a mi vuelta.

De todas formas, aunque el viaje me apetece cantidad, me da rabia no poder disfrutar más de un destino tan apetitoso, porque tiempo, lo que se dice tiempo, no tendré mucho. Pero me lo tomaré como una primera toma de contacto con ese país al que sin duda volveré.

 

Estaré fuera unos días, y ya no pasaré por aquí hasta finales de la semana que viene, así que os dejo con uno de mis últimos descubrimientos, que espero os entretenga durante estos días.


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Se trata de un bellezón exótico (Wendell Lissimore, se llama) al que posiblemente veremos pronto enseñando su estupendo cuerpo por las pasarelas internacionales y en las próximas campañas de moda planetarias. Pero a mí me interesa por su punto más terrenal, y es que, aparte de sus atributos naturales, ¿no encontráis irresistible ese punto blackexploitation setentero con un aire de gamberro de suburbio de cualquier ciudad árabe...? Mira por donde, pienso que me está isnpirando bastante para este viaje.;-)

Qué será, será

No sé exactamente por qué será. Quizá sea por sus bulevares, o por su luz, o por sus gentes y su personal estilo, o por sus tiendas, o por sus edificios, o por sus plazas, o por su comida, o por su champán, o por sus croasanes y su pan, o por su rio, o por sus puentes, o por su orilla izquierda (siempre la izquierda), o por sus museos; pero siempre que vuelvo a Paris me dan ganas de quedarme a vivir.
Juro que esta vez me hubiera quedado allí para siempre.

Es increíble cómo en un simple fin de semana el tiempo se detiene de una forma tan fácil y se saca partido a cada momento, y todo cunde mucho más.

Será por las vistas sobre el Sena y el Louvre desde la habitación del Hotel...

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Hasta la pinta de la gente que te cruzas por la calle...

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O en los clubs...

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Pasando por la entrega de los premios César del cine francés, que de pronto te encuentras en una plaza un viernes por la noche al volver hacia tu hotel...

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O por la Place de la Concorde, siempre...

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O la torre Eiffel...

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Y las impresionantes vistas desde la torre misma...

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Sus puentes...

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Sus ventanas...

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O esculturas callejeras...

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Y hasta sus luminosos...

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O la maravillosa cena del sábado noche en un estupendo bistrot de barrio con mis amoureux favoritos de Paris...

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Son todos momentos inolvidables.

Paris es todo eso y mucho más....

(Para ser, yo hasta he venido oliendo a esa orilla izquierda que tanto me gusta, por gentileza de Mademoiselle S y de Monsieur YSL, claro está) ;-)) (Muchas gracias de nuevo, S+J)

Paris Paris

Road to nowhere

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Circular por esos campos de lava de Lanzarote es un espectáculo realmente impresionante.

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Juro que mientras recorríamos esas carreteras a ninguna parte, soñé que me encontraba en una de mis escenas favoritas de My own private Idaho, y que el bello narcolépsico de River Phoenix iba a caer de un momento a otro entre mis brazos...


Nada que ver. El paisaje volcánico de Lanzarote no se parece en nada a los desiertos norteamericanos, más bien se diría un escenario lunar. Por eso se han rodado allí películas tan míticas como El planeta de los simios. Sin duda es un espacio muy cinematográfico, la verdad.


Por lo demás, es muy parecido a lo que los turistas que visitamos las zonas turísticas de las Islas Canarias (yo sólo conozco Gran Canaria y Lanzarote pero imagino que mucho del resto será casi igual) nos podemos encontrar en cualquiera de ellas. Es decir, macrohoteles/macrohorteras con todo el lujo que el hombre de hoy en día puede (o a veces quiere) esperar, o sea, mucha palmera, mucho mármol, mucho dorado, mucho cocktail y mucha piscina superceleste. ¡El paraíso terrenal, vamos! Jejeje.

Eso sí, los Jameos del Agua y en general toda la obra de César Manrique son realmente impresionantes...

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Y de verdad, de verdad, que pasar unos días del mes de diciembre en una playa como ésta no se puede comparar con nada.

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Altamente recomendable...

Super Angela/Super Findesemana

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Siempre me ha gustado esta antigua foto de Angela Lindvall, con ese aire tan setentero de putón bervenero.

La encontré anoche por casualidad y me he dado cuenta que refleja muy bien el espíritu en el que puede ser que me encuentre durante este largo fin de semana.

Si todo va bien hasta quizá pueda disfrutar de días de playa y sol. Algo que no deja de ser inaudito para un mes de diciembre.
Aunque con las cosas estas del cambio climático ya nada me sorprende.

Pero sin duda mis merecidos dias de descanso en la playita no hay quien me los quite...

Besos a todos.

London, visto y no visto

Una vez más, tanto viaje como me ha salido últimamente no me ha dejado pasar por aquí con la asiduidad que me hubiera gustado; y otra vez me ha impedido contar mis experiencias del concierto del pasado sábado noche como hubiera querido.
Ya han pasado demasiados días, así que nada. Ya no escribo nada. Además, ya me da un poco de pereza, y ya no me apetece contar con pelos y señales cómo fue aquella noche para no olvidar. De todas formas otros amigos como telecine e inthesity, con quienes pasé esa noche, ya lo han contado mejor que yo.

Sólo decir que me lo pasé estupendamente y que el directo de Chico y Chica me gusta cada vez más. Cada vez es diferente - y cada vez mejor -, pero siempre están igual de ingeniosos y divertidos. Realmente pasé una noche muy divertida.
Es cierto que me esperaba algo más de Carlos Díez dj (& friend). Me gustó algo de lo que pincharon (y bailamos), pero en general me defraudó, porque, vamos, lo de pinchar a Camela no tiene perdón de dios. Es verdad eso de que a veces los modernos pierden el norte... Porque está claro que hay cosas como que no, y que no todo debe estar permitido.
Porque lo del eclecticismo a veces debe tener un límite, ¡¿o no...?!


De todas formas trás un domingo de cansancio/resaca/compromisos varios/llámalo x, no tuve tiempo de escribir, y por la tarde/noche ya estaba preparando la maleta para mi viaje a Londres del lunes y martes.


Ha sido todo muy rápido, pero ya estoy de vuelta. Y ya estoy aquí, o sigo aquí, con más trabajo del que pueda absorver y menos tiempo del que me gustaría disponer...


Lo de Londres ha sido un eso, un visto y no visto. Pero, como suelo decir, siempre me gusta ir a Londres, aunque sea por trabajo y con tantas reuniones y citas que no me dejen tiempo para nada más, porque me da mucha vida. Me renueva, aunque sólo sea por sentir un poco el ritmo de esa ciudad que no para, o por oir ese acento que tanto me pone.


Aún así, sí que tuve tiempo para pasear un poco el lunes por la noche por Covent Garden y Soho, y empaparme de la energía que esa ciudad transmite (aunque sea un lunes por la noche).
Lo malo es que no iba solo. Iba con mi jefe, y entre mucha duda, y tanta oferta culinaria internacional, tuvimos la mala fortuna de meternos a cenar en una trattoria italiana malísima (nada que ver con las de Roma de semanas pasadas). Así que nada, entre tanto japonés o buen oriental para elegir, nos tuvimos que ir a las peores pizzas del Soho. En fín, otre vez será.


Pero sin lugar a dudas, lo mejor de la noche (y del corto viaje) fue el esbozo de fiesta que vislumbré, y que alimentó por unos días mi ración de mitomanía... Resulta que paseando por Leicester Square, pasamos por delante del Café de Paris (uno de los clubs de moda en Londres), y ví que había un montón de gente apelotonada en la puerta y muchas cámaras de televisión y tal. De pronto ví una pared de esas de cartón para los photo-calls (o como se llamen), con el símbolo de la revista Q (una de mis revistas de música favoritas), y eso quería decir que posiblemente estarían celebrando su fiesta anual de entrega de premios - sus famosos Q Awards -.

No llegué a vislumbrar nada, ni ví a nadie que yo conociera (los que estaban pasando en ese momento eran cualquier grupo inglés pre-adolescente de esos de pelo largo y cuerpos extra-small, que no reconocí), pero en la televisión esa misma noche ví que por ejemplo Kylie Minogue había posado en ese photocall en plena calle. Con lo cual, fue sólo cuestión de minutos no encontrarme frente a frente con la diminuta cantante australiana, o quizá precisamente por lo diminuta que es a lo mejor lo mismo no hubiera visto nada. Whatever!

De todas formas me hubiera divertido ver en persona a la Kylie enfundada en su traje cocktail negro.


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Después me enteré que por allí pasaron Paul McCartney, Damon Albarn, Ian Brown, Bono, Billy Bragg, Johnny Marr, Arctic Monkeys, e infinidad de artistas dignos de mi devoción (y admiración).
¡Vamos, que con mucho gusto me hubiera quedado allí en la puerta toda la noche sólo para ver cómo iban pasando las limusinas con unos y otros!
En fín, no pudo ser.
Por cierto, esta es la lista de premiados.


Aunque para confirmar la regla de que no sé qué pasa pero siempre tengo una gran habilidad para ver a gente famosa o famosilla cuando viajo (por cierto, se me olvidó decir el otro día que en mi viaje a Roma de largo fin de semana me encontré por la calle con el mismísimo Giulio Andreotti - paseando por el centro de Roma un sábado por la mañana - y con la ministra española Elena Salgado (la ex de Sanidad) - que salía de la exposición de Valentino el domingo por la mañana -, o sea, que un fin de semana bastante "político"), cumplí con mi cupo en este viaje cuando me encontré en el avión de ida a Londres el lunes por la mañana con el mismísimo Mister Mundo. Juan García Postigo, se llama.


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Vale, ya sé que éste entra más bien en el saco de los famosillos de medio pelo, y que es más hortera que un ataud con pegatinas brillantes de Texaco, pero uno no se encuentra con un Mister Mundo todos los días. Y eso marca. jejejeje... Y vale, yo también me pregunto cómo lo habrá conseguido, y qué potra ha tenido, pero hay que reconocer que el chaval al menos alto y atractivo sí que es, y mucho.
Y ya eso es suficiente para alegrarle a uno un aburrido vuelo de lunes por la mañana lleno de no menos aburrridos hombres de negocios de traje gris. ¡Como yo! Jajajajajaja....


PD: Por cierto, ¡feliz cumpleaños, Alicia!